Desde la Alfama al Barrio Alto, pasando por el Parque de las Naciones, la capital lusa se vuelca en Lisboa na Rua, una iniciativa que lleva la música, cine y otras disciplinas artísticas a los espacios públicos. Así, destacan Los clásicos a la calle, con conciertos de cámara; El arte de la big band y Meo Out Jazz; Películas en la calle, tributo al cine portugués, y el Proyecto Vicente, sobre la historia del país y el arte urbano que incluye un concierto, una exposición y paseos románticos.

El tranvía 28
Una buena manera de recorrer Lisboa es coger el tranvía 28 que va de la plaza Martim Moniz al cementerio de Prazeres, atravesando los barrios de Gracia; Alfama, con el castillo de San Jorge; el bohemio Chiado y los elegantes Estrella y Campo de Ourique.

La Baixa es el corazón de la capital lusa, destruida en el terremoto de 1755 y reconstruida en forma de cuadrícula por el Marqués de Pombal. La plaza del Comercio, mirando al Tajo, es su seña de identidad y, desde ahí, se puede caminar por las calles peatonales de trazado geométrico repletas de joyerías, terrazas y restaurantes donde probar el bacalhau á brás.

El elevador de Santa Justa, diseñado por un admirador de Gustave Eiffel, llega al Barrio Alto, con maravillosas vistas desde el mirador de San Pedro de Alcántara. Pero para disfrutar del Tajo es imprescindible visitar los antiguos muelles de Santo Amaro, repletos de bares y restaurantes, y Belém, de donde partió Vasco de Gama rumbo a India en 1497. Cerca queda el Monasterio de los Jerónimos, de estilo manuelino, con detalles marinos y vegetales.