1 La comida es sabrosa y heterogénea: no olvides que gran parte del país estaba en la Ruta de las Especias y que ahora conviven malayos, chinos e indios. Nos gusta el nasi lemak, el desayuno típico, con arroz, leche de coco, hoja de pandán… 

2 Las playas, de arena blanca y aguas turquesa, son de postal, sobre todo en Perhentian Island, con nombres tan sugerentes como Love Beach o Moonlight Beach. 

3 Los mercadillos son un lugar idóneo para tomar el pulso a este vibrante país, en especial el de Kota Bharu, un espacio nocturno donde comprar artesanía de seda por unos pocos ringgit (moneda local).   

4 Belum, al norte del país, es el bosque tropical más antiguo del mundo, una inmensa zona boscosa casi virgen donde puedes visitar a la tribu indígena de los Orang Asli y, con suerte, ver tigres y elefantes.

5 Moverse es sencillo y alquilar un coche es una buena opción para los espíritus más independientes: las distancias son cortas y las carreteras, seguras y bien señalizadas.

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