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Berlín con niños

Rutas, ideas y 'tips' para descubrirla en familia.

y Fotos: Jaime Fernández y Oficina de Turismo de Berlín
Puerta de Brandemburgo, Berlín, elle.es
RICOWde

La capital alemana es una ciudad 'kids friendly'. Y no precisamente porque sus restaurantes tengan muchas tronas o porque los museos dispongan de guardería, que no es el caso, sino porque sus parques, sus rincones, sus amplias aceras, su accesibilidad y la disponibilidad de su gente le hacen ideal para planear una escapada con 'peques'. Sigue nuestras pistas y dirás: “Ich liebe Berlin”.

Reichstag y Puerta de Brandemburgo

<p>El monumento más emblemático de la ciudad es la <strong>Puerta de Brandemburgo,</strong> construida en 1791 como puerta real; a los peques les encantará pasar por debajo. A un lado se encuentra el <strong>Tiergarten</strong>, el mayor parque de Berlín y uno de los mayores del mundo, donde es obligatorio dar un paseo. Al otro lado se encuentra la elegante plaza de París, donde puedes asomarte al <strong>DZ Bank,</strong> de Frank Gehry y preguntar a tus hijos qué forma aprecian en la extraña escultura del vestíbulo. A menos de 500 metros de la Puerta se encuentra el <strong><a href="http://www.bundestag.de/htdocs_e/visits" target="_blank">Reichstag,</a> </strong>la sede política alemana, a cuya cúpula de cristal se puede subir con ascensor o rampa (conviene reservar y registrarse con antelación). El impresionante <strong>Monumento al Holocausto</strong> es un memorial de 2.711 lápidas que los peques podrán recorrer a modo de laberinto. Está a una manzana al sur de la Puerta.</p>

El monumento más emblemático de la ciudad es la Puerta de Brandemburgo, construida en 1791 como puerta real; a los peques les encantará pasar por debajo. A un lado se encuentra el Tiergarten, el mayor parque de Berlín y uno de los mayores del mundo, donde es obligatorio dar un paseo. Al otro lado se encuentra la elegante plaza de París, donde puedes asomarte al DZ Bank, de Frank Gehry y preguntar a tus hijos qué forma aprecian en la extraña escultura del vestíbulo. A menos de 500 metros de la Puerta se encuentra el Reichstag, la sede política alemana, a cuya cúpula de cristal se puede subir con ascensor o rampa (conviene reservar y registrarse con antelación). El impresionante Monumento al Holocausto es un memorial de 2.711 lápidas que los peques podrán recorrer a modo de laberinto. Está a una manzana al sur de la Puerta.

Unter den Linden

<p>Justo delante de la Puerta de Brandemburgo se abre una de las avenidas más importantes de Berlín, <strong>Unter den Linden,</strong> de amplias aceras y agradable de pasear, a pesar de las obras que la invaden por la nueva línea de metro. Caminando hacia el río, irás descubriendo edificios señoriales, y a toda la familia le encantará tumbarse en la <strong>Bebelplatz.</strong> Allí, si hace bueno, se ponen colchonetas en el suelo y estanterías con libros a modo de biblioteca al aire libre. Si a los niños les gustan los libros, no dejes de llevarles al mercadillo de segunda mano que ponen en la puerta de la <strong>Universidad Humboldt</strong> (donde estudiaron Marx y Engels y donde dieron clase Einstein y los hermanos Grimm). Termina el paseo por <strong>Gendarmenmarkt,</strong> una preciosa y enorme plaza flanqueada por dos catedrales, la alemana y la francesa (a cuya cúpula se puede subir) en la que podrán jugar al balón mientras los mayores toman algo.</p>

Justo delante de la Puerta de Brandemburgo se abre una de las avenidas más importantes de Berlín, Unter den Linden, de amplias aceras y agradable de pasear, a pesar de las obras que la invaden por la nueva línea de metro. Caminando hacia el río, irás descubriendo edificios señoriales, y a toda la familia le encantará tumbarse en la Bebelplatz. Allí, si hace bueno, se ponen colchonetas en el suelo y estanterías con libros a modo de biblioteca al aire libre. Si a los niños les gustan los libros, no dejes de llevarles al mercadillo de segunda mano que ponen en la puerta de la Universidad Humboldt (donde estudiaron Marx y Engels y donde dieron clase Einstein y los hermanos Grimm). Termina el paseo por Gendarmenmarkt, una preciosa y enorme plaza flanqueada por dos catedrales, la alemana y la francesa (a cuya cúpula se puede subir) en la que podrán jugar al balón mientras los mayores toman algo.

Isla de los Museos

<p>Apéate en la estación de tren de Hackescher Markt; tras un paseíto llegarás a la <strong>Isla de los Museos,</strong> una preciosa isla del río Spree donde podréis disfrutar de cinco museos: el de <a href="http://www.smb.museum/en/museums-and-institutions/pergamonmuseum/home.html" target="_blank"><strong>Pérgamo</strong></a> (escultura clásica y arquitectura de Grecia, Roma, Babilonia y Oriente Medio), el <a href="http://www.smb.museum/en/museums-and-institutions/neues-museum/home.html" target="_blank"><strong>Neues Museum</strong></a> (de prehistoria, Egipto e historia antigua), el <a href="http://www.smb.museum/en/museums-and-institutions/bode-museum/home.html" target="_blank"><strong>Bode-Museum</strong></a> (arte bizantino y escultura europea), la <a href="http://www.smb.museum/en/museums-and-institutions/alte-nationalgalerie/home.html" target="_blank"><strong>Alte Nationalgalerie</strong> </a>(arte europeo del siglo XIX) y el <a href="http://www.smb.museum/en/museums-and-institutions/altes-museum/home.html" target="_blank"><strong>Altes Museum</strong></a> (arte y escultura griega, etrusca y romana). Hay una entrada combinada que se amortiza con visitar dos, pero si solo tenéis tiempo (y ganas) para uno, el esencial es el de Pérgamo. Los peques alucinarán con la puerta de Ishtar, la entrada al Mercado de Mileto o el paseo procesional de Babilonia. Si a tu hijo le gusta el mundo egipcio, id al Neues Museum. Si habéis acabado 'hartos' de museos, podéis descansar justo enfrente, en el parque Monbijou, donde hay tumbonas, una piscina pública y mucho césped para tumbarse. </p>

Apéate en la estación de tren de Hackescher Markt; tras un paseíto llegarás a la Isla de los Museos, una preciosa isla del río Spree donde podréis disfrutar de cinco museos: el de Pérgamo (escultura clásica y arquitectura de Grecia, Roma, Babilonia y Oriente Medio), el Neues Museum (de prehistoria, Egipto e historia antigua), el Bode-Museum (arte bizantino y escultura europea), la Alte Nationalgalerie (arte europeo del siglo XIX) y el Altes Museum (arte y escultura griega, etrusca y romana). Hay una entrada combinada que se amortiza con visitar dos, pero si solo tenéis tiempo (y ganas) para uno, el esencial es el de Pérgamo. Los peques alucinarán con la puerta de Ishtar, la entrada al Mercado de Mileto o el paseo procesional de Babilonia. Si a tu hijo le gusta el mundo egipcio, id al Neues Museum. Si habéis acabado 'hartos' de museos, podéis descansar justo enfrente, en el parque Monbijou, donde hay tumbonas, una piscina pública y mucho césped para tumbarse.

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Alexanderplatz

<p>Cerca de la Isla de los Museos está situado el centro neurálgico de la antigua RDA, <strong>Alexanderplatz</strong> y su entorno, con su encantador aire socialista. En la plaza, la más grande de Alemania, enseña a los peques el <strong>reloj mundial 'Urania',</strong> con la versión reducida del Sistema Solar. Desde allí podréis divisar la enorme <a href="http://www.tv-turm.de/es/index.php?font=inc" target="_blank"><strong>torre de TV</strong></a> de 368 metros de altura; es visita obligada el ascenso a su mirador (también hay un restaurante por si queréis tomar algo) en el espectacular elevador de techo abierto que va a 6 metros por segundo. Si te toca esperar para subir, justo en la base de la torre hay varias cafeterías y bares que rodean un espacio peatonal ideal para jugar en la que los niños se lo pasarán pipa saltando en unas pequeñas camas elásticas. No lejos de allí, en el <a href="http://www.humboldt-box.com/en//" target="_blank"><strong>Humboldt Box,</strong></a> se explica cómo está siendo el proceso de reconstrucción del Palacio Real de Berlín, lo que hará volar la imaginación de los peques. </p>

Cerca de la Isla de los Museos está situado el centro neurálgico de la antigua RDA, Alexanderplatz y su entorno, con su encantador aire socialista. En la plaza, la más grande de Alemania, enseña a los peques el reloj mundial 'Urania', con la versión reducida del Sistema Solar. Desde allí podréis divisar la enorme torre de TV de 368 metros de altura; es visita obligada el ascenso a su mirador (también hay un restaurante por si queréis tomar algo) en el espectacular elevador de techo abierto que va a 6 metros por segundo. Si te toca esperar para subir, justo en la base de la torre hay varias cafeterías y bares que rodean un espacio peatonal ideal para jugar en la que los niños se lo pasarán pipa saltando en unas pequeñas camas elásticas. No lejos de allí, en el Humboldt Box, se explica cómo está siendo el proceso de reconstrucción del Palacio Real de Berlín, lo que hará volar la imaginación de los peques.

Potsdamer Platz

<p>Es la zona más nueva de Berlín, construida a partir de los años 90 en unos terrenos baldíos por los que pasaba el Muro. En la <a href="http://www.panoramapunkt.de/en/kollhoff-tower.html" target="_blank"><strong>Kollhof Tower</strong></a> se encuentra el ascensor más rápido de Europa y nos lleva a 100 metros de alto para disfrutar de las vistas de la ciudad y la diversión puede continuar en el <a href="http://www.sonycenter.de/en" target="_blank"><strong>Sony Center.</strong></a> Su agradable plaza central cubierta es ideal para descansar; puedes tomar algo en las muchas cafeterías y bares mientras los peques juegan en unos divertidos columpios rojos que hay al lado. Otras opciones son visitar el <a href="https://www.legolanddiscoverycentre.de/berlin/en/" target="_blank"><strong>Lego Discovery Center,</strong></a> un auténtico parque temático con más de 5 millones de piezas Lego o bien disfrutar de una película en el Cine Star Imax. Además de los segmentos que se conservan en plena plaza, en la zona descubriréis otros aspectos de la Berlín dividida como la cercana torre de vigilancia (de las pocas que se conservan) o el <strong>Checkpoint Charlie,</strong> una de las principales puertas de salida y entrada (no os perdáis la exposición fotográfica al aire libre, gratuita, que hay justo delante).</p>

Es la zona más nueva de Berlín, construida a partir de los años 90 en unos terrenos baldíos por los que pasaba el Muro. En la Kollhof Tower se encuentra el ascensor más rápido de Europa y nos lleva a 100 metros de alto para disfrutar de las vistas de la ciudad y la diversión puede continuar en el Sony Center. Su agradable plaza central cubierta es ideal para descansar; puedes tomar algo en las muchas cafeterías y bares mientras los peques juegan en unos divertidos columpios rojos que hay al lado. Otras opciones son visitar el Lego Discovery Center, un auténtico parque temático con más de 5 millones de piezas Lego o bien disfrutar de una película en el Cine Star Imax. Además de los segmentos que se conservan en plena plaza, en la zona descubriréis otros aspectos de la Berlín dividida como la cercana torre de vigilancia (de las pocas que se conservan) o el Checkpoint Charlie, una de las principales puertas de salida y entrada (no os perdáis la exposición fotográfica al aire libre, gratuita, que hay justo delante).

Friedrichshain

<p>El que en los 90 se convirtióera en el distrito estudiantil se ha ido aburguesando, aunque aún queda mucho de aquella bohemia. En él sobresale la <strong>East Side Gallery,</strong> el mayor tramo del Muro que queda en la ciudad, de 1,5 kilómetros de longitud. Está decorado con enormes murales de artistas y es estupendo admirarlos con los más pequeños. Al principio, junto al río Spree, hay una zona verde perfecta para jugar a la pelota. El centro neurálgico del distrito es la acogedora <strong>Boxhagener Platz,</strong> con columpios, hierba para tumbarse y toda ella rodeada de restaurantes, bares y cafés de todo tipo. También vale la pena dar un paseo por la <strong>Karl-Marx-Allee,</strong> una impresionante avenida de 90 metros de ancho y 2,3 km de largo, muy agradable con su césped y sus arbolitos y que es una de las grandes reliquias de la RDA (allí se celebraban los desfiles por el Día del Trabajador). En ella encontrarás dos buenos ejemplos de la arquitectura socialista: el cine <a href="http://www.kino-international.com/" target="_blank"><strong>Kino International</strong></a> y, justo enfrente, el <a href="http://www.cafemoskau.com/en/" target="_blank"><strong>café Moskau.</strong></a></p>

El que en los 90 se convirtióera en el distrito estudiantil se ha ido aburguesando, aunque aún queda mucho de aquella bohemia. En él sobresale la East Side Gallery, el mayor tramo del Muro que queda en la ciudad, de 1,5 kilómetros de longitud. Está decorado con enormes murales de artistas y es estupendo admirarlos con los más pequeños. Al principio, junto al río Spree, hay una zona verde perfecta para jugar a la pelota. El centro neurálgico del distrito es la acogedora Boxhagener Platz, con columpios, hierba para tumbarse y toda ella rodeada de restaurantes, bares y cafés de todo tipo. También vale la pena dar un paseo por la Karl-Marx-Allee, una impresionante avenida de 90 metros de ancho y 2,3 km de largo, muy agradable con su césped y sus arbolitos y que es una de las grandes reliquias de la RDA (allí se celebraban los desfiles por el Día del Trabajador). En ella encontrarás dos buenos ejemplos de la arquitectura socialista: el cine Kino International y, justo enfrente, el café Moskau.

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Prenzlauer Berg

<p>¿Necesitáis parar un poco, buscar un barrio tranquilo, pasear al más pequeño de la casa para que se duerma en su carrito? Coged el metro hasta Eberswalder Strasse o el tren hasta Schönhauser Allee y os plantaréis en Prenzlauer Berg, el distrito residencial más 'cool' de la ciudad, el primer barrio donde el Muro fue destruido (un impresionante mural en un edificio recuerda el sitio exacto). Moda, muebles de diseño, complementos para peques, comida orgánica... todo es 'chic' aquí. El enorme Mauerpark (parque del Muro) mola más si lo visitáis en domingo, con el original mercadillo que se monta y, a partir de la tarde, con un divertido karaoke grupal. En la plaza Kollwitzplatz los peques pueden jugar en el césped y los mayores, si es jueves o sábado, adquirir productos agrícolas en el mercadillo para después hacer un picnic. </p>

¿Necesitáis parar un poco, buscar un barrio tranquilo, pasear al más pequeño de la casa para que se duerma en su carrito? Coged el metro hasta Eberswalder Strasse o el tren hasta Schönhauser Allee y os plantaréis en Prenzlauer Berg, el distrito residencial más 'cool' de la ciudad, el primer barrio donde el Muro fue destruido (un impresionante mural en un edificio recuerda el sitio exacto). Moda, muebles de diseño, complementos para peques, comida orgánica... todo es 'chic' aquí. El enorme Mauerpark (parque del Muro) mola más si lo visitáis en domingo, con el original mercadillo que se monta y, a partir de la tarde, con un divertido karaoke grupal. En la plaza Kollwitzplatz los peques pueden jugar en el césped y los mayores, si es jueves o sábado, adquirir productos agrícolas en el mercadillo para después hacer un picnic.

Una de palacios

<p>Si dispones de algo más de tiempo y a los niños les gusta el mundo de la realeza y los palacios, a poca distancia de Berlín se encuentran los de Charlottenburg y Sanssouci. Este último, a 24 km de la capital de Alemania, es Patrimonio Mundial de la Unesco y fue erigido por Federico el Grande entre 1745 y 1747, sobre unas espectaculares terrazas llenas de viñedos. Sanssouci vale la pena por su fabulosa biblioteca, por su curioso pabellón exterior en forma de trébol y por todo el parque colindante. <a href="http://www.spsg.de/schloesser-gaerten/objekt/schloss-charlottenburg-altes-schloss/" target="_blank"><strong>Charlottenburg,</strong></a> por su parte, es el palacio más grande de todos los que se conservan en Berlín y es algo más antiguo que <a href="http://www.spsg.de/schloesser-gaerten/objekt/schloss-sanssouci/" target="_blank"><strong>Sanssouci.</strong></a> Como el anterior, también vale la pena acercarse con los pequeños para disfrutar de su jardín barroco, que combina el estilo francés y el inglés y en el que hay un interesante estanque de carpas. Ambos ofrecen entradas familiares (válidas para dos adultos y hasta cuatro menores de 18 años) al precio de 49 euros en Sanssouci y 25 euros en Charlottenburg.</p>

Si dispones de algo más de tiempo y a los niños les gusta el mundo de la realeza y los palacios, a poca distancia de Berlín se encuentran los de Charlottenburg y Sanssouci. Este último, a 24 km de la capital de Alemania, es Patrimonio Mundial de la Unesco y fue erigido por Federico el Grande entre 1745 y 1747, sobre unas espectaculares terrazas llenas de viñedos. Sanssouci vale la pena por su fabulosa biblioteca, por su curioso pabellón exterior en forma de trébol y por todo el parque colindante. Charlottenburg, por su parte, es el palacio más grande de todos los que se conservan en Berlín y es algo más antiguo que Sanssouci. Como el anterior, también vale la pena acercarse con los pequeños para disfrutar de su jardín barroco, que combina el estilo francés y el inglés y en el que hay un interesante estanque de carpas. Ambos ofrecen entradas familiares (válidas para dos adultos y hasta cuatro menores de 18 años) al precio de 49 euros en Sanssouci y 25 euros en Charlottenburg.

Una de museos para peques

<p>El <a href="http://www.ddr-museum.de/en" target="_blank"><strong>DDR Museum</strong></a> explica cómo era el día a día de la Alemania socialista, pero resulta muy atractivo porque permite descubrir el contenido del museo de forma interactiva abriendo cajones y armarios, probándose ropa de la época, introducéndose en una casa auténtica... El <a href="http://www.computerspielemuseum.de/1210_Home.htm" target="_blank"><strong>Computerspielemuseum</strong></a> es un museo ¡de videojuegos! ideal para toda la familia, donde puedes volver a jugar al Pacman, al Pong y a otros juegos que ya parecen prehistóricos. El <a href="http://www.naturkundemuseum-berlin.de/en/" target="_blank"><strong>Museum für Naturkunde</strong></a> (de historia natural) es un clásico para los peques, y además en el de Berlín se halla el braquiosaurio más grande del mundo. En la delegación germana del museo de cera <a href="https://www.madametussauds.com/Berlin/en/Default.aspx" target="_blank"><strong>Madame Tussauds</strong> </a>podréis fotografiaros con personalidades del país como Anna Frank, Angela Merkel o Sebastian Vettel. Por último, el <a href="http://www.sdtb.de/English.122.0.html" target="_blank"><strong>Deutsches Technik Museum</strong></a> (museo alemán de tecnología) volverá locos a los niños con sus trenes, sus exposiciones sobre aviación e incluso con el primer ordenador de la historia.</p>

El DDR Museum explica cómo era el día a día de la Alemania socialista, pero resulta muy atractivo porque permite descubrir el contenido del museo de forma interactiva abriendo cajones y armarios, probándose ropa de la época, introducéndose en una casa auténtica... El Computerspielemuseum es un museo ¡de videojuegos! ideal para toda la familia, donde puedes volver a jugar al Pacman, al Pong y a otros juegos que ya parecen prehistóricos. El Museum für Naturkunde (de historia natural) es un clásico para los peques, y además en el de Berlín se halla el braquiosaurio más grande del mundo. En la delegación germana del museo de cera Madame Tussauds podréis fotografiaros con personalidades del país como Anna Frank, Angela Merkel o Sebastian Vettel. Por último, el Deutsches Technik Museum (museo alemán de tecnología) volverá locos a los niños con sus trenes, sus exposiciones sobre aviación e incluso con el primer ordenador de la historia.

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Cómo moverte

<p>Es una ciudad muy grande y conviene usar transporte público, sobre todo si te alojas en barrios residenciales. Si llevas carrito, debes saber que es fácil acceder a autobuses y tranvías y que en todas las estaciones de trenes hay ascensor, algo bastante más escaso en el metro. Una buena opción para ahorrar es la <a href="http://www.visitberlin.de/es/welcomecard" target="_blank"><strong>Berlin Welcome Card,</strong></a> una tarjeta que te permite usar el transporte todo lo que quieras durante 2, 3 o 5 días (a partir de 19,50 € ) y que te da descuentos en algunos puntos de la ciudad. Si prefieres sacar billetes de ida y vuelta, recuerda que hay 3 zonas tarifarias, que los 'peques' tienen ventajas (los menores de 6 años no pagan y entre 6 y 14 años tienen precio reducido) y que las máquinas expendedoras se pueden utilizar en castellano.</p>

Es una ciudad muy grande y conviene usar transporte público, sobre todo si te alojas en barrios residenciales. Si llevas carrito, debes saber que es fácil acceder a autobuses y tranvías y que en todas las estaciones de trenes hay ascensor, algo bastante más escaso en el metro. Una buena opción para ahorrar es la Berlin Welcome Card, una tarjeta que te permite usar el transporte todo lo que quieras durante 2, 3 o 5 días (a partir de 19,50 € ) y que te da descuentos en algunos puntos de la ciudad. Si prefieres sacar billetes de ida y vuelta, recuerda que hay 3 zonas tarifarias, que los 'peques' tienen ventajas (los menores de 6 años no pagan y entre 6 y 14 años tienen precio reducido) y que las máquinas expendedoras se pueden utilizar en castellano.

Dónde comer

<p>Las posibilidades son numerosas, y si la intención es probar algo de comida típica alemana no os perdáis <a href="http://www.augustiner-braeu-berlin.de/" target="_blank"><strong>Augustiner,</strong></a> una gran cervecería bávara junto a Gendarmenmakt. La terraza Biergarten de la Universidad Humboldt es ideal para hacer una parada y tomar algo mientras los niños juegan. En Alexanderplatz, almorzad en <a href="http://de.vapiano.com/en/magazine/sorting/date/" target="_blank"><strong>Vapiano,</strong></a> un self-service italiano donde la comida la hacen delante de ti (y donde también hay tronas). Si hay un vegano o vegetariano en la familia no hay problema porque casi todos los restaurantes tienen opciones para ellos, pero te recomendamos <a href="http://www.samadhi-vegetarian.de/index.php/en/" target="_blank"><strong>Samâdhi,</strong> </a>en Mitte, un oriental donde los peques degustarán sus sopas y platos de arroz con tofu y verduras. El mejor helado de Berlín lo encontrarás en Caramello, en Friedrichshain, con más de 40 variedades, todos caseros y hechos con productos 'eco'. ¿Tus niños no comen y echan de menos la tortilla de patatas? Plántate en Kreuzberg, donde se halla el bar <a href="http://www.barraval.de/index-es.html" target="_blank"><strong>Raval,</strong> </a>propiedad del actor Daniel Brühl.</p>

Las posibilidades son numerosas, y si la intención es probar algo de comida típica alemana no os perdáis Augustiner, una gran cervecería bávara junto a Gendarmenmakt. La terraza Biergarten de la Universidad Humboldt es ideal para hacer una parada y tomar algo mientras los niños juegan. En Alexanderplatz, almorzad en Vapiano, un self-service italiano donde la comida la hacen delante de ti (y donde también hay tronas). Si hay un vegano o vegetariano en la familia no hay problema porque casi todos los restaurantes tienen opciones para ellos, pero te recomendamos Samâdhi, en Mitte, un oriental donde los peques degustarán sus sopas y platos de arroz con tofu y verduras. El mejor helado de Berlín lo encontrarás en Caramello, en Friedrichshain, con más de 40 variedades, todos caseros y hechos con productos 'eco'. ¿Tus niños no comen y echan de menos la tortilla de patatas? Plántate en Kreuzberg, donde se halla el bar Raval, propiedad del actor Daniel Brühl.

Dónde dormir

<p>La oficina de turismo de Berlín pone a disposición de los viajeros una treintena de hoteles <a href="http://www.visitberlin.de/en/article/family-friendly-hotels" target="_blank">'Family Friendly',</a> es decir, con habitaciones especiales para familias, 2 niños gratis hasta 9 años si comparten habitación con los padres y desayuno incluido. Son establecimientos que también ofrecen otros servicios como cuna, asientos especiales antideslizantes para el baño, tronas, microondas para calentar potitos y biberones... La mayoría están situados de forma céntrica, en Mitte o cerca del Tiergarten. Otra opción es elegir uno de los diversos hoteles que recrean los establecimientos de la RDA, como el <a href="http://www.ostel-hostal.es/" target="_blank"><strong>Hostal Ostel,</strong></a> cerca del East Side Gallery y donde a un precio razonable se puede uno sumergir en el Berlín Oriental.</p>

La oficina de turismo de Berlín pone a disposición de los viajeros una treintena de hoteles 'Family Friendly', es decir, con habitaciones especiales para familias, 2 niños gratis hasta 9 años si comparten habitación con los padres y desayuno incluido. Son establecimientos que también ofrecen otros servicios como cuna, asientos especiales antideslizantes para el baño, tronas, microondas para calentar potitos y biberones... La mayoría están situados de forma céntrica, en Mitte o cerca del Tiergarten. Otra opción es elegir uno de los diversos hoteles que recrean los establecimientos de la RDA, como el Hostal Ostel, cerca del East Side Gallery y donde a un precio razonable se puede uno sumergir en el Berlín Oriental.

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10 'tips' muy prácticos

<p>
-No busques parques con columpios en el centro; sal a las zonas residenciales, hay cada dos manzanas.<br />
-Anima a tus hijos a que se fotografíen con los numerosos osos de todos colores y estampados que hay en las afueras de muchos locales.<br />
-Descansa de las visitas en la Isla de los Museos subiéndote a uno de los barcos que dan un paseo de una hora por el río Spree (cuesta unos 12 euros/persona; los niños suben gratis).<br />
-Alquila una bici (hay 150 km de carril bici). Los puestos oficiales son los de DB Bahn, de donde puedes sacar como máximo 2. La primera media hora es gratis, un día entero sale por 15 euros. <br />
-Comprar las entradas con antelación no solo para no tener que esperar colas, sino porque suelen salir más baratas.<br />
-No vayas en invierno: la temperatura es de -15 o -20 grados y no se puede hacer nada con los peques.<br />
-Si necesitas comprar algo de urgencia, hay tiendas pequeñitas que abren hasta las 2. Cuidado con las farmacias de guardia: hay muy pocas, y tampoco hay de 24 h o 12 h. No te olvides de llevar la tarjeta sanitaria europea.<br />
–Aunque te parezca extraño, no es común pagar con tarjeta en ningún sitio, y menos aún en los restaurantes.<br />
–No te vayas de Berlín sin un recuerdo de Ampelmann, el hombre con sombrero de los semáforos de la RDA que hace unos años fue implantado en toda la ciudad por petición popular.<br />–A pesar de que suelen incluir una partida de 'servicio' en la cuenta de los restaurantes, los camareros esperan algo más de propina (un 5 o un 10%).</p>

-No busques parques con columpios en el centro; sal a las zonas residenciales, hay cada dos manzanas.
-Anima a tus hijos a que se fotografíen con los numerosos osos de todos colores y estampados que hay en las afueras de muchos locales.
-Descansa de las visitas en la Isla de los Museos subiéndote a uno de los barcos que dan un paseo de una hora por el río Spree (cuesta unos 12 euros/persona; los niños suben gratis).
-Alquila una bici (hay 150 km de carril bici). Los puestos oficiales son los de DB Bahn, de donde puedes sacar como máximo 2. La primera media hora es gratis, un día entero sale por 15 euros.
-Comprar las entradas con antelación no solo para no tener que esperar colas, sino porque suelen salir más baratas.
-No vayas en invierno: la temperatura es de -15 o -20 grados y no se puede hacer nada con los peques.
-Si necesitas comprar algo de urgencia, hay tiendas pequeñitas que abren hasta las 2. Cuidado con las farmacias de guardia: hay muy pocas, y tampoco hay de 24 h o 12 h. No te olvides de llevar la tarjeta sanitaria europea.
–Aunque te parezca extraño, no es común pagar con tarjeta en ningún sitio, y menos aún en los restaurantes.
–No te vayas de Berlín sin un recuerdo de Ampelmann, el hombre con sombrero de los semáforos de la RDA que hace unos años fue implantado en toda la ciudad por petición popular.
–A pesar de que suelen incluir una partida de 'servicio' en la cuenta de los restaurantes, los camareros esperan algo más de propina (un 5 o un 10%).

Cómo llegar

<p>Berlín tiene tres aeropuertos: Tegel, Schönefeld y Brandenburg, aunque se espera para pronto el cierre de los dos primeros. El autobús TXL enlaza Tegel y Alexanderplatz aunque, cuidado, su trayecto es largo y pasa por zonas susceptibles de atasco, por lo que el trayecto puede durar más de una hora, lo que puede ser insoportable para los niños (y haceros perder el avión). Desde&nbsp; Schönefeld al centro de Berlín se puede acceder en tren (el trayecto es de unos 30-40 minutos), al igual que desde Brandenburg, con el Airport Express. Desde Madrid, las compañías más baratas (desde 80 €) que vuelan a Berlín son Easyjet, Ryanair, Airberlin, Iberia, Germanwings y Norwegian Air; el trayecto dura unas 3 horas y 10 minutos. Desde Barcelona, además de las mencionadas, también vuela Swissair, y el tiempo de vuelo es algo menor: 2 horas 45 minutos.</p>

Berlín tiene tres aeropuertos: Tegel, Schönefeld y Brandenburg, aunque se espera para pronto el cierre de los dos primeros. El autobús TXL enlaza Tegel y Alexanderplatz aunque, cuidado, su trayecto es largo y pasa por zonas susceptibles de atasco, por lo que el trayecto puede durar más de una hora, lo que puede ser insoportable para los niños (y haceros perder el avión). Desde Schönefeld al centro de Berlín se puede acceder en tren (el trayecto es de unos 30-40 minutos), al igual que desde Brandenburg, con el Airport Express. Desde Madrid, las compañías más baratas (desde 80 €) que vuelan a Berlín son Easyjet, Ryanair, Airberlin, Iberia, Germanwings y Norwegian Air; el trayecto dura unas 3 horas y 10 minutos. Desde Barcelona, además de las mencionadas, también vuela Swissair, y el tiempo de vuelo es algo menor: 2 horas 45 minutos.

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