No conocer la política de equipaje de la aerolínea

Cada línea aérea tiene su propia política de equipaje: en unas podrás llevar más de una maleta sin coste, otras solo te permiten una y de un determinado peso... No olvides consultar cuáles son las condiciones de la aerolínea con la que vas a volar y así podrás aprovechar lo máximo o evitar posibles sanciones.

No hacer una lista de equipaje (y no conservarla)

La clave para no olvidar ninguna cosa en casa es hacer una lista de equipaje. Repásala antes de salir, pero no la tires: recuerda que, cuando vuelvas, tendrás que volver a recoger todas tus cosas para meterlas de nuevo en la maleta. La mejor manera de no dejar nada olvidado es volver a consultar la lista para saber todo lo que has llevado.

Asumir que tu hotel tendrá todo lo que necesitas

No cargar con el champú, el gel o el secador puede parecer tentador. Pero si das por hecho que lo encontrarás en tu alojamiento, quizá puedes llevarte una sorpresa... No cuesta tanto llevar una pequeña muestra de champú o un secador de viaje. Por si acaso...

Facturar tus maletas muy tarde

¿Sabes que una de las causas más habituales por la que una maleta no llega a su destino es haberla facturado demasiado tarde? Si llegas con el tiempo justo al mostrador de facturación, puede que al equipaje no le de tiempo a llegar a la bodega. ¿El resultado? Tu maleta estará perdida.

No aislar los líquidos

Una maleta puede dar muchas vueltas (literalmente) desde que la facturas hasta que la recoges en la cinta de equipajes. Esto puede dar lugar a que algún recipiente se rompa o se abra y, créenos, te arrepentirás de no haber cerrado los contenedores de líquidos en una bolsa de plástico o similar cuando todos tus objetos personales estén llenos de champú.

Facturar los aparatos electrónicos y objetos de valor

La regla es la siguiente: todos los objetos valiosos (dinero, aparatos electrónicos, joyas...) deben viajar contigo en el equipaje de mano, a salvo de las garras de posibles amigos de lo ajeno. 'Algunas compañías no aceptan responsabilidad por estos artículos', nos recuerdan desde AENA.

No identificar tu maleta (por fuera y por dentro)

El identificador que se pega al equipaje facturado no es suficiente. ¿Qué pasa si se cae? Introduce dentro de la maleta una tarjeta con tus datos personales (nombre, país, teléfono, dirección...) y así te asegurarás de que siempre pueda volver a su dueño.

No dejar espacio libre

Llenar la bolsa o maleta hasta arriba puede parecerte una gran idea en lo que a optimización de espacio se refiere. Pero... ¿y si en tu destino te 'pasas' con las compras? Es recomendable dejar un poco de margen a 'souvenirs' y demás adquisiciones. ¿Otro truco? Si llevas una maleta facturada, mete dentro una bolsa de tela doblada. Ocupa poco espacio y, si a la vuelta no consigues guardarlo todo, podrás usarla a modo de equipaje de mano.

No pesar tu equipaje

La gran mayoría de los pasajeros tiene muy en cuenta las medidas de su equipaje, especialmente si no van a facturarlo... pero las aerolíneas también pueden interesarse por otro factor: el peso. Muchas de ellas solo permiten a bordo bultos de menos de 10 kilos de peso. Si te pasas... te tocará facturar. De la misma forma, pesar todos los bultos antes de salir te permitirá encontrarte con la sorpresa de tener que pagar un recargo en el mostrador de facturación.

No disponer de un 'plan B'

Uno de los grandes contratiempos del viajero es la pérdida de sus maletas. Pero ir preparado para la adversidad puede permitirte minimizar los daños si te ocurre a tí: si facturas, reserva siempre uno o dos cambios de ropa en tu bolso o equipaje de mano, así como cualquier otra cosa con la que viajes y sea de primera necesidad para ti. Así, si tu equipaje desaparece, el problema será menor, puesto que al menos podrás contar con algo de ropa y objetos personales.