El mundo de las bases de maquillaje ya no es como lo conocíamos. Cubrir la cara con pintura, el famoso efecto careta, el producto que se cuartea, que se evapora, que brilla… eso ya es pasado. Y si ahora lo que entendíamos antes como base de maquillaje, ha tomado hasta nuevos nombres, ya no es que sólo perfeccione el tono, sino que cada vez son más las que incluyen tratamiento. Un combo que conquista hasta a las que más odian maquillarse.

Y así me ha pasado a mi, que tras la pandemia dejé de maquillarme por comodidad y porque llegué a la conclusión de que me gustaba más verme sin el maquillaje que antes del COVID acostumbraba a hacerme a diario: elaborado, con bastantes productos, muy “2018”. Después, todo eso me saturó y pasé de usar una media de 10 productos cada mañana a 2 o 3. Y desde entonces, así he seguido.

Aunque en eventos u ocasiones especiales me trabajo más el maquillaje (pero no como antes), dejé las bases de maquillaje a un lado, e incluso se las he regalado a alguna amiga.

Hasta que conocí la base de maquillaje “activa” de Shiseido, Revitalessence Skin Glow Foundation. Si nos ponemos puristas, sí, es una base de maquillaje. Ahora bien, no es como las que conoces.

Shiseido Revitalessence Skin Glow Foundation SPF 30 PA+++

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Crédito: Shiseido

De hecho, es una base de maquillaje “activa” que tiene propiedades cosméticas que no sólo revela el brillo natural de la piel y el efecto luminosidad es brutal, al instante, sino que además la mejora, viendo resultados sólo en la primera semana de uso.

Tal y como la describen, es una fórmula híbrida, a medio camino entre el maquillaje y una crema de tratamiento. Su cobertura media es modulable, duradero y su resultado luminoso, aquí viene lo mejor: permanece cuando retiras el maquillaje. Con el uso continuado, se ve la piel más lisa y más jugosa y rellena.

Es un tratamiento con color, que ayuda a igualar el tono, a difuminar los poros y sobre todo, es ultra hidratante. Transforma por completo la cara.

Otra de las cosas que me han hecho que me enganche, de nuevo, al maquillaje, es la forma en que se desliza en la piel y cómo se extiende y difumina. Algo así como una textura sérum ultra ligera que hace aún más fácil el momento de la aplicación.

Entre sus ingredientes, destacan la niacinamida y el kéfir fermentado, probióticos que favorecen que las bacterias buenas que están de forma natural en nuestra piel, proliferen. Y por tanto, es esperable que el resultado y aspecto sea de una piel sana y saludable.

Así que chivada mi nueva favorita, sólo me queda añadir que ni cuartea, ni transfiere, que hay 16 tonos y que es perfecta para todos los tipos de piel, incluso las más sensibles. Por cierto, también tiene protección solar.

Y hay una última buena noticia que te va a gustar. Y es que el Black Friday va a hacer que se agoten en tiempo récord, porque esta base de maquillaje de lujo, cuyo precio habitual ronda los 70€, tiene ahora mismo un descuento del 40% y cuesta en Druni 42€. Así no duele tanto y, en serio, la inversión merece la pena.