Conocí al doctor Rui Pedro Loureiro en el hotel Tivoli de Carvoeiro. Compartimos al llegar una comida en la que nos abrió los ojos sobre muchos temas interesantes de nuestra alimentación en el día a día a todos los allí presentes. Y uno de los puntos del día más candentes fue algo inocente: una sencilla infusión. O lo que nosotros pensábamos que era “una infusión”…
El doctor, especializado en Medicina china tradicional por la Universidad de Chengdu y acupuntor formado en Londres y en Pekín, es una eminencia de la epigenética y, si hay algo esencial en esta ciencia, es la alimentación como uno de los pilares fundamentales.
El consumo de agua fue una de nuestras preguntas en esa interesante comida. Todas, convencidas de que bebíamos suficiente agua, estábamos equivocadas. “Una persona debería beber un litro de agua diario por cada 30 kilos de peso”, afirmó. Nuestras caras era un poema. Y entonces, las infusiones saltaron a escena. “¡Yo bebo muchas infusiones al día!”, “¿Vale el agua con limón?”, empezamos a justificar. Y la respuesta fue rotunda: eso NO es agua. El agua, es AGUA.
Y es que para el doctor, lo que nosotros consideramos una infusión (una bolsita de té del supermercado en una taza de agua calentada un minuto en el micro), para él es una taza de agua no lo suficientemente reposada con un saquito de, “vete a saber qué”.
Fue interesante a la par que algo desagradable, conocer a través de su experiencia en la India cómo lo que a nosotros nos llega como infusiones, no son más que los restos de montañas de hojas secas que apenas conservan sus propiedades. Así que mi cabeza empezó a hacer un croquis mental de cómo debería ser una buena infusión y empecé a bombardear con preguntas: ¿cómo se prepara? ¿con qué ingredientes hacerla? ¿qué tés elegir? ¿azúcar o edulcorantes, vale? ¿CÓMO DEMONIOS ES UN TÉ EN CONDICIONES?
El agua
El agua de una buena infusión, según todo lo que nos argumentó el doctor, debería estar bien caliente para eliminar gérmenes y bacterias de los ingredientes y debería estar en reposo entre 35 y 40 minutos.
¿Y después?
Pues aquí está una de las claves más desconocidas: el primer agua en el que reposan los ingredientes, tras esos 35-40 minutos, debería deshecharse. Después, añadirse un nuevo agua (con los ingredientes en la bola de té o infusor que, ahora sí, estarán libres de bacterias).
Para el doctor, un té no es lo mismo que una infusión. Agua con limón para él es una infusión (agua infusionada con limón). ¿Tiene beneficios? Pues fue bastante claro: “ninguno”.
Los ingredientes de una buena infusión
Sin duda, puros. Es decir, para el doctor, un buen té se prepara con ingredientes puros comprados al peso, con la menor trayectoria posible hasta su lugar de venta.
Para el doctor hay 3 tipos de té claros: negro, verde y rojo. Y después, pueden añadirse otros ingredientes que complementen este té: manzanilla, hinojo…
Es decir, ¿sabes de todo eso que has hecho toda tu vida? Pues era de todo, menos un buen té.