Rojeces, imperfecciones, sensación de tirantez, picor... ¿Te suena? No eres la única. De hecho, la piel grasa y sensible es tan propensa a manifestarse como la piel grasa normal. La principal diferencia es que reacciona más fácilmente al estrés y a los cambios de temperatura (entonces es cuando se irrita, aparecen las rojeces...). La buena noticia es que la esperanza no está del todo perdida. Ni mucho menos. Un cuidado de la piel correcto puede ayudar a recuperar una tez suave, de apariencia jugosa y saludable.

¿La clave? Elegir los productos adecuados para cada paso de tu rutina de belleza diaria, desde la limpieza a la hidratación. Te contamos cómo.

Paso 1: Limpiar y exfoliar, todo es empezar

No todos los limpiadores son aptos para la piel grasa y sensible. Por esa razón, necesitamos un producto efectivo contra las impurezas y el maquillaje pero al mismo tiempo exquisito y delicado con la piel. La mejor opción es optar por un agua micelar calmante. Algunas pieles son sensibles al agua, y la ventaja principal del agua micelar frente a un limpiador espumoso, por ejemplo, es que no se necesita retirar el producto con agua al final. Este tipo de limpiadores elimina delicadamente el maquillaje, la suciedad y las impurezas.

Pero ojo, igual de importante que la limpieza es exfoliar la piel al menos una vez a la semana, especialmente en verano, para mantener los poros limpios de cualquier exceso de suciedad y grasa. En este sentido, apuesta por exfoliantes que contengan en sus fórmulas extracto de alga dorada, que ayudan a remover impurezas y dejan la piel visiblemente más saludable.

Paso 2: No sin tu prebase

Nuestro objetivo es conseguir una piel de textura suave y uniforme. Para ello, las esencias de belleza se convierten en un aliado imprescindible que consiguen potenciar la regeneración de la piel y mejorar el sistema de defensa de la epidermis. Se trata de una nueva generación de productos potenciadores de la humedad y rellenadores de la piel que preparan el rostro y ayudan a potenciar la eficacia de la crema hidratante, proporcionando un extra de protección y suavidad para la piel grasa y sensible.

Paso 3: Hidratación al poder

Se trata del último paso para fortalecer la piel grasa y sensible contra las agresiones del medio ambiente, como la polución y los cambios de temperatura bruscos, que pueden alterar el delicado equilibrio de este tipo de cutis. En este caso, además, es fundamental apostar por fórmulas lo suficientemente ligeras para la piel grasa, sin secar o matizar la piel en exceso, y que al mismo tiempo tengan cualidades calmantes para aportar confort al instante, eliminando cualquier sensación de tirantez, rojeces o picor.

Lo ideal por tanto es elegir productos ultrasuavizantes y nutrientes, como la crema humectante Life Plankton™ Sensitive Emulsion, que proporciona hasta 24 horas de hidratación gracias a las propiedades antiedad de su superingrediente Life Plankton™. Extraído directamente de los manantiales del Pirineo francés, este microorganismo, nutre, hidrata y sana la piel a nivel celular gracias a sus propiedades iluminadoras e hidratantes. Con el paso del tiempo, la piel se vuelve menos reactiva, gracias a sus 35 nutrientes, vitaminas y aminoácidos que aportan hidratación y suavidad. Sus cualidades antioxidantes trabajan también para proteger la piel grasa y sensible contra las agresiones del medio ambiente.

¿El resultado? Una piel sin imperfecciones que resulta suave y aterciopelada al tacto. ¿Preparada para hacer la prueba?