Bianca Brandolini d’Adda (París, 1987) es espontánea, natural, positiva y resuelta, además de una (bellísima) mujer con mucho carácter y, por encima de todo, sin cara B. "Siempre digo lo que pienso, en cada momento. ¡Lo que ves es lo que hay! Valoro un montón el sentido del humor en las personas y en la vida, de ahí que procure rodearme continuamente de risas y energía. Por resumirlo: trato de observar el lado positivo del mundo".

En la personalidad de BB (o sólo B), como la llaman sus amigos, la genética manda. Sus padres, los condes de Valmareno, Tiberto Ruy y Georgina (él, de origen italiano; ella, brasileña), son los culpables del genuino cóctel que es su ADN. "Donde más cómoda me encuentro es en una playa en la que haya buen rollo, lo que demuestra mi faceta brasileña. Mi fuerte personalidad me viene del lado italiano, y el toque francés queda patente en mi pasión por la moda".