Quién es capaz de, cuando entra en una habitación, parar el tiempo? ¿De hacer películas con grandes directores de culto de todas las nacionalidades? ¿De aceptar papeles difíciles y protagonizar escenas polémicas que pasarán a la historia del cine? ¿De ser un símbolo universal de belleza atemporal? ¿De recibir premios prestigiosos? ¿De formar parte una y otra vez de las listas de mujeres más sensuales del mundo? Únicamente ella: Monica Bellucci, la protagonista de la portada ELLE agosto. Sólo cuando se quita las gafas de sol y saluda con su voz cálida, la actriz le da permiso al reloj para volver a andar. Tiene una naturalidad sin filtros, a medio camino entre una Venus de Botticelli y una diva del neorrealismo italiano. Sus manos son largas y finas, como las de una pianista curtida en Schubert, y su melena caoba se asemeja a la de las antiguas esculturas helenísticas.

Es la musa de los diseñadores más italianos, Domenico Dolce y Stefano Gabbana, y tiene 54 años, dos niñas (Deva y Léonie, de 14 y 9) y una de las carreras más eclécticas y sólidas de las últimas décadas. Sus papeles son cada vez más arriesgados, algo de lo que dan fe los que verán pronto la luz: de Los años más bellos de una vida –la secuela del clásico Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch– al thriller Spider in the Web, con Ben Kingsley, pasando por la miniserie Radical Eye: the Life and Times of Tina Modotti, en la que encarna a la activista italiana. Aun así, como escribió el director Giuseppe Tornatore (el hombre que la convirtió en Malena) en el prólogo de un libro fotográfico sobre ella hace nueve años, «Monica siempre será Monica. Nunca será una ni un millón de mujeres diferentes. Ella es, simplemente, Bellucci».

Monica Bellucci elle portada agosto
Xavi Gordo

"Quiero experimentar. Ni reniego de mi pasado ni me conformo con el presente. Yo soy quien elige los papeles, y, una vez adoptada la decisión, me encomiendo al director. Me convierto en una musa. Nunca he retrocedido cuando me han pedido una escena difícil. Ni en Irreversible".

"Me llevo bien con los años que cumplo. Significan que estoy viva. En Italia la sensualidad se respira en el aire, donde los cuerpos hablan sin palabras. En cambio, en Francia entendí que la feminidad está ligada a la energía, no a la edad. A nadie le gusta envejecer, pero es una batalla que vamos a perder. Por eso lo que te hace sexy al llegar a la madurez son las experiencias por las que has pasado. Lo demás es irrelevante. Las imperfecciones no deben asustarnos".

Monica Bellucci elle portada agosto
Xavi Gordo

"Yo siempre me he sentido libre. Incluso un poco salvaje. Sin restricciones. No nací para dedicarme a hacer ganchillo".