En ocasiones, el mayor de los errores que cometemos con nuestro dinero no consiste en qué lo gastamos, por ejemplo, unos zapatos que sabemos que no combinan con ningún vestido de nuestro armario. No, el mayor error es lo que dejamos de hacer con él.
Dejar las cosas como están, seguir pagando servicios y suscripciones que ya no necesitamos o tener el dinero en cuentas de ahorro que no dan intereses y cobran comisiones hasta por respirar, a la larga te saldrá más caro que pasarte todo un día de tiendas. Te contamos los errores que, en este sentido, probablemente estés cometiendo y cómo ponerles remedio.
Pagar por servicios y suscripciones que ya no necesitas
¿Todavía sigues pagando el seguro de un móvil que dejaste de utilizar hace ya tiempo y tienes guardado en un cajón? ¿O quizá estás pagando una suscripción a Spotify, cuando lo que más te gusta es escuchar la música que se emite en las emisoras de radio convencional? Ha llegado la hora de que pongas freno a este derroche. Analiza los gastos que te generan y, si no los necesitas o ya no los usas, date de baja de ellos.
Cambiar divisas en el aeropuerto
Los tipos de cambio que ofrecen los aeropuertos rara vez son competitivos. Si eres una persona previsora que prefiere llevarse dinero del país al que va a viajar y tener efectivo para pagar un taxi o un café nada más llegar, lo mejor es que te pases antes por tu banco o por una oficina de cambio.
Asegúrate de que tengan un servicio de recompra al mismo precio que te lo vendieron por si te sobra dinero al terminar tu estancia. Así no tendrás que dar vueltas por el aeropuerto para gastarte ese dinero en una base de maquillaje que no combina con el tono de tu piel o en un Chupa Chups.
Tener una tarjeta de crédito que cobre un interés muy alto
Las deudas creadas por los intereses que generan nuestras tarjetas de crédito están ente las más habituales. Si no se tiene cuidado es muy fácil que acaben abriendo un importante agujero en nuestra cuenta corriente.
En el mercado podemos encontrar algunas tarjetas que permiten al cliente fraccionar el pago de cierto tipo de compras con un tipo de interés bonificado o, incluso, sin intereses, pagando una comisión que puede ser de unos pocos euros.
Tener el dinero en una cuenta corriente no remunerada
El IPC se situó el año pasado en España en el 0,8%, así que si tu banco no te ofrece, al menos, ese interés por tu dinero, lo mejor es buscar una alternativa. El requisito mínimo es que dicha cuenta te ofrezca un interés por encima de la inflación.
Olvidarse de las cuentas que apenas utilizas
Como ocurre con esas cuentas que nos abren desde niños o cuando vamos a ir a la universidad y que poco a poco hemos dejado de usar, casi todo el mundo tiene una cuenta por ahí que no utiliza y que, con el tiempo, queda en el olvido.
Si la cuenta tenía comisiones de administración, éstas se seguirán aplicando, agotarán el deposito e incluso darán lugar a un descubierto. Por ello es importante cancelar las cuentas que no vamos a seguir usando, en vez de limitarnos a dejarla sin saldo.
No aprovechar las ventajas que ofrecen cuentas y tarjetas
Muchas tarjetas de crédito y cuentas corrientes van acompañadas de ciertas ventajas, así que nunca está de más que te informes de lo que ofrecen las tuyas. Con una llamada de teléfono a tu banco será suficiente. Aprovecha todas esas ventajas y, por ejemplo, si tu cuenta incluye la posibilidad de asegurar el móvil de forma gratuita, no hay razón para que contrates un seguro aparte. Si no son muchas o no merecen la pena, no dudes en cambiar de tarjeta o de banco.
Mantener una actitud pasiva respecto a nuestras finanzas
Como se suele decir, nadie nace sabiendo y ser una experta en las finanzas del hogar no es algo innato: requiere un poco de tiempo y una buena predisposición. Hay que ser consciente de que todos los consejos que te hemos dado resultan un poco pesados de poner en marcha y requieren un seguimiento por tu parte, pero de esta forma tendrás más dinero para comprar cosas que te hagan feliz, como esos zapatos que combinan con casi todos tus vestidos.
