Una de las primeras cosas que más nos llaman la atención cuando visitamos la casa de otra persona es su estantería llena de libros. Recorrer con la mirada los lomos de todos los ejemplares contenidos en ella (incluso detenernos para sacar uno y hojearlo brevemente) nos da buena cuenta de los intereses, las pasiones, los viajes, los recuerdos y los deseos que llenan el alma de su dueño.

Como buen ratón de biblioteca que eres, sabemos que te sientes muy orgulloso de todos esos libros que hablan de ti, pero reconócelo, con el tiempo tu librería se ha visto desbordada y bastante desorganizada. Cuesta mucho tirar los que ya no te sirven, pero como no querrás que el caos se apodere de ella, deberás aplicar un plan de acción para mantenerlos bien ordenados y no perder tiempo a la hora de localizar un título.

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Design by Hudson Interior Designs / Photography by Michael J. Lee

Por género, por orden alfabético, por tamaño y sí, también por colores. Lo que comenzó siendo un truco de estilismo dentro del mundo del interiorismo y las revistas especializadas es ahora toda una tendencia deco (y un criterio de organización válido) que comienza a tomar Instagram, y por ende, hogares de diseño de todo el mundo. ¿Te parece frívolo o un sistema que prioriza la estética sobre la funcionalidad? Te contamos, en cuatro argumentos, por qué deberías organizar tus libros por colores.

1. Puede ser (muy) práctico

La próxima que alguien te espete eso de que tu librería 'sí, es muy bonita, pero poco práctica', dile que los otros sistemas de organización como el orden alfabético o por género literario no funcionan para todos. A muchos se nos olvidan fácilmente los nombres y los títulos y si tienes algo de memoria visual, no te resultará muy complicado recordar el color del libro o la portada.

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2. Admítelo, el impacto visual es insuperable

Vale, visto así, ordenar una biblioteca según el color de su tapa o portada puede juzgarse como un signo de frivolidad, pero hay que reconocer que una librería en sí es una especie de trofeo, donde exhibimos nuestras obras literarias.

Frente a la vista algo caótica de los libros organizados con alguno de los otros métodos tradicionales, los diferentes bloques de color en nuestro salón, despacho o dormitorio se ven mucho más frescos y vibrantes, especialmente sobre espacios neutros o de color blanco.

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Suvi Kesalainen via Dustjacket Attic

3. Es una solución divertida para que los niños ordenen sus cuentos

Partiendo de que el color es algo que los niños ven y aprecian desde una edad muy temprana, para ellos es mucho más fácil encontrar lo que quieren y de manera intuitiva saben cómo guardar (con un punto de diversión) sus libros y cuentos cuando están organizados según el código de colores ROYGBIV.

Aplicando este sistema, su habitación se traducirá en un espacio de juegos mucho más armonioso, percibiéndose un tono general de calma y orden, algo difícil de conseguir en un dormitorio infantil.

4. Los libros también son objetos de decoración

Los detractores de este sistema no sólo acusan de no leer sus libros a las personas que los ordenan así, también de verlos sólo como meros objetos de decoración.

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Michelle Drewes x Rue Magazine Interior

Bueno, no es exactamente así, porque además de disfrutar de su valioso contenido, también es posible apreciar su belleza y valor decorativo, una cosa no excluye a la otra. Ordenarlos por colores puede ser algo así como crear arte a partir de los objetos cotidianos.

¿Convencido? Déjanos que te demos algunos tips útiles antes de cambiarte al 'modo arco iris':

- Saca todos los libros de los estantes y antes de ponerte a colocarlos, ve creando pilas de libros separadas para cada color. Así verás cuántos tienes de cada uno y podrás hacerte una idea general de cuánto espacio ocupará.

- Ten en cuenta que el blanco y el negro dominarán la estantería, al ser los dos tonos más comunes para imprimir las cubiertas de los libros. Esto significa que puede que necesites varios estantes para estos colores, mientras que para otros, como el morado por ejemplo, no llenarás ni medio estante.

- Piensa en cómo quieres distribuir los distintos colores para que el efecto quede equilibrado. Una buena perspectiva es empezar con el blanco (y los tonos más claros) desde la esquina superior izquierda e ir degradando la paleta hacia los más oscuros (los negros en la esquina inferior derecha).

- No te obsesiones demasiado. Hay colores (y diferentes tonos) que no sabrás muy bien dónde encajar. Sólo colócalos donde se vean mejor. Lo mismo con el tamaño y altura de los libros, intenta poner los más grandes en los bordes de cada estante.