• No hay nada más placentero que llegar a casa y notar el calor del hogar. ¡Hazlo más 'cozy'!
  • Consigue una atmósfera cálida a través de una decoración navideña sencilla y minimalista.

No hay duda de que estamos en plena temporada para recogernos y disfrutar mucho más de nuestra casa, con planes y actividades caseras tan apetecibles como leer un buen libro, una larga sesión de sofá, peli y mantita o simplemente, mirar por la ventana desde la calidez de tu salón y con tu taza de chocolate o té caliente, mientras afuera llueve o nieva de manera copiosa, y encima en plena temporada de Navidad. Ay, sin duda es la estampa perfecta y no hay mejor momento del año para envolvernos en la comodidad de nuestro hogar y, si pudiéramos, pasar meses hibernando cual oso en su cueva. Mucho más perfecto y algo que no tiene precio, es llegar a casa después de una larga jornada de trabajo y que te invada esa sensación tan gustosa de estar dentro de ella, pero si te acabas de mudar, tienes la decoración algo desangelada o sientes que tu casa todavía no te acoge con los brazos abiertos, es hora de ponerse manos a la obra. Realmente no te hace falta mucho, así que no temas por el presupuesto, hay algunas fórmulas sencillas y muy estéticas que dotarán a tu casa de una increíble sensación cálida y acogedora y te harán abrazar incondicionalmente el hygge, la filosofía escandinava que ensalza los planes sencillos, confortables y relajados dentro del hogar, en soledad o en buena compañía, para ser más felices.

Texturas suaves y mullidas, una iluminación más cálida, alfombras bajo tus pies descalzos... Algunas ideas son muy obvias y quizás ya las tienes en mente, pero hay otras que seguramente no te habías planteado y que cuando las apliques, definitivamente, van a marcar la diferencia y contribuirán a una atmósfera mucho más confortable y agradable en casa. ¿A qué esperas para ponerlas en práctica?

Añade algo con textura sherpa

O lo que es lo mismo, la textura de borreguito (sintético) de toda la vida es toda una tendencia dentro del panorama deco. Puede ser una butaca hecha de este tejido, una funda para forrar sofás, sillones, sillas, un cojín o una alfombra, cualquiera de ellos aportará esa dosis extra de suavidad que te hará sentir increíblemente bien.

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Hazte con (muchos) cojines

Haz acopio de almohadones y cojines este invierno y no tengas miedo de mezclar patrones y jugar con los estampados. Ya estés acurrucada en el sofá o descansando frente a la chimenea, no hay nada como estar rodeada de elementos que te hacen sentir bien por dentro y por fuera.

Como estamos casi en Navidad, prueba con texturas de cuadros y estampados de tartán para potenciar el espíritu navideño.

Que no falten mantas, plaids y otros textiles

Es una de las formas más sencillas para añadir calidez a tu casa durante el invierno. Monta capas de textiles para crear tu rincón especial, ya sea en el sofá, sobre la cama o incluso sobre el suelo. Si te lo puedes permitir invierte en texturas lujosas como el mohair o el cachemir, una manta en un tejido así es toda una experiencia para todos los sentidos.

Añade alfombras cálidas

Para pisar con los pies descalzos durante el invierno, es imprescindible cubrir el suelo frío con alfombras suaves y cálidas, que además, te servirán para delimitar espacios y sentirte más arropada. Elige modelos de lana o mezcla, o de algodón de pelo largo, actúan como buenos aislantes térmicos.

Una chimenea decorativa

Probablemente uno de los elementos que más calidez brinda a un hogar. Si no tienes una de verdad ¿por qué no colocar un marco que la emule y con la que puedas añadir ese toque especial en casa? Los hay de yeso, escayola pero también hay chimeneas eléctricas o de gas que también desprenden calor, solo que más cómodas de mantener.

Se convertirá en el punto focal de la estancia en que decidas instalarla. Puedes esparcir algunos cojines y alfombras alrededor e incluso llenar el hueco con velas grandes, leña o troncos de árbol cortados.

Viste tu mesa

La mesa es uno de los elementos más olvidados y al que solo prestamos atención cuando reunimos a la familia y amigos alrededor. Por ello, te animamos a vestirla como se merece, más allá de ocasiones especiales. Bastará un mantel o un camino de mesa de lino, un candelabro con velas o un jarrón con flores o ramas frescas y pasar más tiempo en ella, dando un respiro a la mesa de la cocina.

Ajusta la iluminación

La luz puede tener un gran impacto en tu estado de ánimo, así que tenlo en cuenta antes de comprar tus bombillas. Las hay que simulan el suave resplandor de la luz natural de la tarde, así que úsalas para relajarte, descansar o dormir, en el salón o en tu dormitorio, para un ambiente cálido y no demasiado brillante.

Enciende la llama

Hay algo de místico en esto de encender una o dos velas en casa. Sin duda, es un acto muy relajante que deberíamos practicar más a menudo.

Por ejemplo, puedes agrupar unas cuantas velas en una bonita bandeja, o encender tus velas aromáticas mientras, lees, estudias o te das un buen baño relajante.

Elige una fragancia de invierno

Sigue mimando todos tus sentidos, es el turno del olfato, que puedes deleitar con aromas típicos de los días de invierno como pino, jengibre, naranja, abeto, canela o vainilla. Ya sea a través de una vela aromática o un difusor de aceites esenciales, elige una fragancia reconfortante para acompañarlo en las noches frías.

Ambienta con tu música favorita

Por supuesto, el oído, con tus melodías preferidas. Hazte con varios altavoces bluetooth para distribuirlos por toda la casa y tendrás todo lo que necesitas para no salir de ella.

Trae el verdor del exterior adentro

Limpian el aire, calman los ánimos y crean un ambiente frondoso y fresco en el interior. Llena tu casa de flores y plantas fáciles de mantener en macetas bonitas y aporta carácter en la estancia: puedes colocarlas para realzar rincones o esquinas específicos, en diferentes alturas (en estanterías o taburetes), sobre la mesa, un aparador o un mueble concreto.

No olvides tu toque personal

El hogar está donde está tu corazón, así que los espacios más acogedores deben tener cosas tuyas. Fotos familiares, objetos que colecciones, piedras o minerales, flores secas, láminas artísticas, libros y discos especiales para ti, antigüedades, recuerdos y souvenirs de tus viajes, etc., cualquier cosa que te haga sentir bien y personalice el ambiente.