• ¿Corcho o madera? ¿Plástico reciclado o bioplástico? Llegan nuevos materiales al mundo del juguete, mucho más sostenibles y respetuosos.
  • Y para mantenerlos bien organizados, estas ideas bonitas y creativas para ordenar los juguetes.

Los hábitos ecológicos van integrándose en nuestro estilo de vida y poco a poco, vamos enfocándonos hacia un consumo más responsable, impregnando nuestra alimentación, nuestra ropa, el transporte que utilizamos... Pero ¿y el resto de ámbitos domésticos? La inmensa mayoría de los juegos y juguetes que reciben nuestros hijos están fabricados en plástico. Muñecos, piezas de construcciones, coches, camiones, cubos y palas, cocinitas y un sinfín de accesorios de plástico que van acumulándose casi sin control cada vez que cumplen años o durante la época de Navidad. ¿Cómo se afronta esto, cuando en 2020, más que nunca, el activismo ecológico nos llama urgentemente a disminuir el uso de plásticos en nuestra realidad cotidiana? Las familias más concienciadas sobre la importancia de minimizar el impacto sobre el medio ambiente comienzan a demandar alternativas a los tradicionales juguetes de plástico, mucho más sostenibles, seguras y respetuosas con el planeta, y a ser posible igual de divertidas y educativas. Y afortunadamente, junto a la revolución zero waste y la conciencia social alrededor del entorno que nos rodea han surgido muchas marcas de juguetes fabricados con materiales sostenibles, reciclados o reciclables de gran calidad y hechos por fabricantes minoritarios. La madera, el corcho o el algodón son algunos de estos materiales, son naturales, renovables y se biodegradan mucho más rápido, pero hay también otros más innovadores, como el bioplástico, que surgen a partir de materia orgánica vegetal como la caña de azúcar, el maíz, el almidón de patata o de arroz.

¿Qué recomendaciones tienes que tener en cuenta a la hora de elegir un juguete sostenible o ecológico? ¿En qué debes fijarte? Te proponemos acercarte a un nuevo enfoque más responsable que te haga replantearte el uso de estos materiales más sostenibles en los juegos y juguetes, sin olvidar que todavía se puede hacer mucho con las piezas de plástico que ya tengas, sean de buena calidad y no estén fabricados con plástico desechable: aún pueden aprovecharse para jugar con ellos durante mucho tiempo, pueden pasar a las generaciones posteriores y por supuesto, son susceptibles de ser donados y reutilizados. Toma nota de cómo puedes dar un paso más en tu compromiso con el planeta.

Razones para evitar los juguetes de plástico

Definitivamente, hace tiempo que nos hemos dado cuenta que el plástico no es, ni de lejos, el material más saludable ni sostenible para fabricar juguetes, pues además de la huella importante que dejan la gran mayoría de plásticos (procedentes del petróleo, un recurso no renovable), numerosos estudios han demostrado los efectos nocivos que pueden tener sobre niños y bebés por los aditivos tóxicos que contienen.

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Algunos de estos tóxicos son los ftalatos o el bisfenol A, potencialmente peligrosos especialmente para ellos, que son más vulnerables que los adultos y tienden a llevarse los juguetes a la boca o incluso morderlos.

Además, la mayoría de los plásticos no se pueden reciclar ya que muchos de los juguetes están fabricados con una mezcla de diferentes tipos de plásticos y acaban en vertederos e incineradoras, sin contar, claro, con todos los que terminan en bosques y entornos naturales donde se fragmentan en micropartículas que pueden causar problemas de toxicidad en los ecosistemas y ser ingeridas por los animales.

¿Por qué optar por un juguete ecológico?

Los juguetes eco-friendly, además de estar elaborados con materiales naturales y renovables como el bambú, el algodón o el corcho, que se biodegradan más rápidamente, responden a otras necesidades pedagógicas y de economía doméstica igual de importantes: su relación directa con la naturaleza (su materia prima es natural) acerca a los más pequeños a lo natural a través de los colores, las texturas y los olores, creando en ellos una sensibilidad especial e intuitiva hacia el planeta en el que viven.

Suelen ser juguetes atemporales, que no atienden a modas pasajeras y pueden pasar de generación a generación (¿quién no recuerda las peonzas, los barquitos y trenes de madera o las muñecas de trapo?), donar a otros niños, y al ser mucho más sencillos y menos estructurados (sin luces ni sonidos) que los juguetes de plástico al uso, estimulan mucho más su imaginación, 'obligándoles' a crear un mundo más complejo, personal e imaginativo.

En este sentido, también se ha comprobado que mejoran la salud física y mental con respecto a las pantallas y dispositivos electrónicos que predisponen más al sedentarismo: los juguetes ecológicos promueven estímulos más tranquilos, ya que no tienen ni luces ni sonidos, invitan a sesiones de juego más tranquilas y pausadas, en contraste con la estridencia de los ruidos y la velocidad de las imágenes de las pantallas.

¿Y son más caros? No, al contrario de la creencia general, los juguetes hechos con estos materiales naturales son más resistentes y duraderos, no pasan de moda y a la larga suponen un ahorro en la economía familiar. Además estos juguetes contribuyen a sostener la actividad de pequeños fabricantes y artesanos, así que ¿qué más razones quieres?

Elegir los mejores juguetes sostenibles

¿Qué debes mirar a la hora de comprar uno de estos juguetes? Si son de madera, deberías tener en cuenta que la madera empleada proceda de bosques gestionados de manera sostenible, con una tala controlada y respetuosa, controlado por el certificado FSC (Forest Stewardship Council).

Es importante que esta madera haya sido tratada con productos naturales, como la cera de abeja, aceites vegetales (como el de linaza) y no sólo esto, también el resto de materiales utilizados para su decoración y montaje, como el pegamento no tóxico certificado E-zero y pinturas con tintes vegetales y de base acuosa.

La marca SKÅGFÄ, por ejemplo, ha lanzado su primera línea de cuchillos de madera Trävnik para niños, para que puedan ayudar en la cocina a cortar la mayoría de las frutas y verduras, sin peligro de cortarse ellos mismos. De diseño fusión escandinavo y mediterráneo, están fabricados en España, con materiales no tóxicos, aceites vegetales y pintura al agua de bonitos y brillantes colores, con la opción de personalizarlos.

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SKÅGFÄ

Si son de caucho, has de asegurarte que los juguetes están hechos íntegramente de caucho natural y no se le ha añadido ningún otro aditivo. En Lanco, marca barcelonesa que se dedica a la fabricación de juguetes de caucho natural y ecológico, tienes mordedores y juguetes blanditos para bebés libres de ftalatos o bisfenol A, con pinturas hechas de colorantes alimentarios y de base acuosa.

Apuesta también por los juguetes y complementos hechos de bambú, ya que la planta de bambú es muy resistente y los bosques de bambú se regeneran rápidamente de forma natural, sin necesidad de añadir fertilizantes o pesticidas, aunque en su contra debes saber que el que se consume aquí no procede de plantaciones locales.

Otro material sostenible e ideal para juguetes es el corcho natural: es blando, impermeable y también flota. Procede del alcornoque (un árbol muy extendido en el Mediterráneo) y lo verás principalmente en bloques para hacer construcciones.

En los muñecos y juguetes de tela, mira que estén hechos con tejidos y rellenos naturales (algodón, lino, lana) y asegúrate que no contienen tóxicos y son totalmente biodegradables. Si necesitas más garantías, comprueba que estén certificados por la GOTS (Global Organic Textile Standard) y no provengan de explotaciones ecológicas o no estén teñidos con colorantes sintéticos o químicos.

¿Y los bioplásticos? ¿Son sostenibles también? En comparación con los plásticos convencionales emiten menos gases de efecto invernadero durante su producción, ya que proceden de materia vegetal orgánica y para el cultivo de ésta no se generan tantos gases. Sin embargo, la superficie de cultivo necesaria, así como la contaminación por parte de fertilizantes y pesticidas durante su producción, hace que no sean del todo idílicos, así como que el hecho que sean bioplástico no implica que todos sean biodegradables.


Para localizar aquellos juguetes de bioplástico que sí sean biodegradables según la normativa europea, atiende a los que sí tengan certificación ecológica, como los de la marca danesa Dantoy.

Consumo responsable, ante todo

Por supuesto, no olvides que antes de comprar un juguete, puedes contribuir a la sostenibilidad reciclando y reutilizando juguetes (sí, los de plástico también), yendo a ludotecas con tus peques para que jueguen con juguetes distintos a los que tienen en casa, donando los que ya no usan a guarderías y escuelas infantiles, compartiendo e intercambiando los juguetes con los amiguitos, y por supuesto, concienciándoles de la importancia de cuidar sus cosas y no romperlas, evitando el exceso de regalos y los caprichos.

Cuando se rompan, antes de tirarlo y sustituirlo por otro, lo mejor es intentar arreglarlo o llevarlo a algún lugar donde lo puedan reparar. Así te ahorrarás una compra innecesaria y generarás un impacto menos en el medio ambiente.