No es un biopic al uso ni una de esas películas biográficas que 'pelotean' a su protagonista. 'Spencer' ha sorprendido a la crítica desde que se estrenara primero en el Festival de Venecia y luego en cines el pasado otoño. Ahora tenemos la suerte de poder verla en Amazon Prime Video antes de que Kristen Stewart se alce este domingo (hay muchas posibilidades) con el Oscar a la Mejor actriz por su papel de Diana de Gales.
El director, Pablo Larrain, ya venía fogueado en eso de llevar a la pantalla vidas de 'primeras damas', pues en 2016 rodó 'Jackie', la biografía de Jacqueline Kennedy, con Natalie Portman (antes había filmado 'Neruda', el retrato del poeta chileno). Con 'Spencer' consigue un agrio retrato de una mujer atrapada en la corte británica que en Rotten Tomatoes alcanza nada menos que un 83% de puntuación.
Según la sinopsis oficial, "lo que debería ser un maravilloso respiro navideño con sus hijos en la finca de Sandringham, en cambio, se convierte en una sucesión de obligaciones no deseadas. Mientras tanto, el Príncipe Carlos de Inglaterra está retozando abiertamente con Camilla Parker-Bowles, lo que obliga a Diana a interpretar el papel implacable de la amada y fiel esposa delante de los paparazzi que siguen cada uno de sus movimientos. ¿Aceptará su posición o se revelará y por fin vivirá su vida tal y como desea?".
En efecto, la película empieza en las navidades, en Sandringham, donde se prepara comida, frutas exóticas, langostas... todo lo que la Familia Real necesita para las fiestas. Pero Diana se encuentra sola, conduciendo su Porsche por carreteras rurales. Como buena 'Princesa del pueblo', se para en una cafetería para preguntar su itinerario y, en el interior, todos se quedan asombrados. Está cerca de la zona donde se crió, lleva la chaqueta de su padre. Darren (Sean Harris), el cocinero real, se encuentra con ella y la dirige de vuelta a la finca real.
La princesa va a llegar tarde a la cena de Nochebuena, pero no le importa; nada le importa desde hace tiempo. Se siente como en una prisión decorada en exceso, donde el formalismo estricto y los horarios inflexibles dictan la vida, donde nunca se habla nada en confianza porque los ojos y oídos reales están en todas partes. La Reina (Stella Gonet) ha contratado al mayor Alistar Gregory (Timothy Spall) para que la vigile.
Hay rumores en Sandringham: "Diana se ha rajado", dicen. La vemos con su excéntrico comportamiento, su bulimia, su extraña obsesión con Ana Bolena... pero es que la princesa parece ser el objetivo de un terrorismo psicológico, seguramente orquestado por la Reina y por el descontento de Carlos (Jack Farthing).
Ella se siente cansada, solo quiere acompañar a sus hijos cuando abren sus regalos, pero antes tienen que pasar por la cena real. Vestirse con un traje imponente, llevar el collar de perlas que le regaló Carlos. Está rodeada de una película de terror. Diana araña su collar, lo rompe. Las perlas caen en la sopa y ella se come una. Se la traga. Luego corre al baño a vomitarla. Diana ya no quiere vivir aquí.
Hay una frase memorable que explica el sentido de formar parte de la familia real y que Diana pronuncia a sus hijos: "Aquí sólo hay un tiempo verbal. No hay futuro. El pasado y el presente son la misma cosa". Kristen Stewart da vigor a las emociones de Diana: la ansiedad, el miedo y la desesperación, la sensación de que está perdiendo la cordura.
Es una película que gusta y se odia a partes iguales. 'Spencer' es profunda y molesta, exagerada e indulgente, entretenida y pretenciosa, y aún así encuentran espacio para una visión seria del personaje de Lady Di. Falla en la repetición de símbolos (perlas, faisanes, espantapájaros, Ana Bolena) y con la música de jazz que solo se acaba a los 20 minutos.
Pero acierta en su crítica de la realeza, en lo asfixiante del entorno real, en cómo la vida de palacio es totalmente sin sentido. ¿Habrá visto Isabel II esta película? Le enfadará con razón.
