En TikTok, numerosas madres han subido vídeos en los que no sin cierta ironía salpicada por unas gotitas de resquemor, denuncian que habitualmente, es la familia materna la que termina por encargarse de poner en marcha las celebraciones de cumpleaños de los niños y de organizar y orquestar en sus hogares los eventos familiares, como por ejemplo, las cenas navideñas. Una de ellas imagina que en el futuro, su hijo le explica a su esposa que la cena de Navidad tendrá lugar en casa de sus padres, porque al fin y al cabo, “el niño necesita a su familia paterna”. Resultan sorprendentes tanto la cantidad de comentarios que aseguran sentir lo mismo como la de voces que le dicen enfadadas que ocurriría como ella fantasea si fuera una “buena suegra”. En un mundo repleto de conceptos como los de “buena madre” o “buena feminista”, al parecer las mujeres tenemos otra meta que cumplir… También tenemos que ser "buenas abuelas" y cómo no, "buenas suegras". Pero al margen de tales hghghjghghjg comentarios, la psicóloga Sonia Salar imparte habitualmente en la Universidad de Utah clases sobre estudios familiares, y cuando lo hace, pregunta a los alumnos siempre quién está más cerca de la familia materna y quién lo está de la paterna.

La ventaja matrilineal es que la mujer tiene más relación con sus padres que con la familia política

Asegura que quienes se sienten más cercanos a la familia materna son mayoría, siguiendo así la denominada ventaja matrilineal, que explica que las mujeres generalmente tenemos vínculos más cercanos con nuestros padres que con nuestra familia política, por lo que las relaciones entre hijos y abuelos maternos son más estrechas. No es de extrañar, pues como las madres suelen encargarse de los cuidados de la casa y de los niños incluso cuando son las principales proveedoras, tienden a ser las que reciben más ayuda de su propia familia para cuidar a los hijos -así lo indica un estudio-, por lo que se forman relaciones más estrechas entre ese lado de la familia y los pequeños. Por supuesto, si los padres comienzan a prestar mayor ayuda, la fórmula se pone en marcha siguiendo tales máximas con el lado paterno de la familia, por lo que se equilibra la balanza.

"Las mujeres son ‘kinkeepers’, un rol social que consiste en promover las relaciones familiares"

Uno de los motivos de este desequilibrio familiar (tanto emocional como de carga) es que las mujeres solemos encargarnos de los cuidados y de esas labores invisibles que se encargan a su vez de fortalecer los lazos familiares, como puede ser recordar los cumpleaños de cada miembro de la familia para que se hagan las pertinentes llamadas. Según un estudio de Somos Equipo, el 54% de las mujeres reconoce ser la principal responsable de las tareas invisibles, frente al 17% de sus parejas. Tal y como ha descubierto una investigación acerca de esa función de fortalecimiento de relaciones familiares, los abuelos se sienten más conectados con los niños de sus hijas que con los de sus hijos; y otro estudio relacionado señala que las mujeres son las ‘kinkeepers’, es decir, las guardianas de la familia. Hablamos de un rol social que tradicionalmente ha sido asumido por las mujeres y que consiste en promover y proteger las relaciones entre los miembros de la familia, como hemos señalado anteriormente. El 91 % de las mujeres se identificaban en la encuesta así.

relaciones con familia paterna
courtesy Disney
La relación entre abuelas y nietos es vital

Tampoco podemos dejar de lado la realidad de que en muchas culturas, lo tradicional es que el lado familiar vinculado al padre haya sido asignado un rol más reservado y apartado a causa de los sistemas patriarcales y de cómo prevalecen los roles de género que priorizan la unidad familiar. Estos patrones han extendido sus tentáculos y han llegado a este ciclo de exclusión actual. Por más que las cosas estén cambiando, su sombra es aún alargada, y parece que no será la próxima generación la que ya disfrute del sol de pleno.

Cuando los roles de la mujer siguen tan arraigados que terminan por salpicar a las relaciones que los hijos tienen con la familia, seguimos construyendo un futuro inamovible en el que los cuidados terminan por recaer en demasiadas ocasiones sobre las mismas personas. “Cuando las chicas les piden a sus madres que cuiden de sus criaturas, estas abuelas que cuidan están retrasando la negociación una generación. Cuando cuido a esa criatura, impido que mi hija negocie con su pareja. Estamos impidiendo que la sociedad avance, porque los chicos tienen que implicarse en la crianza”, explicó Anna Freixas, autora de ‘Yo, vieja’, durante el festival de literatura FLEM 2022.

Si queremos que la familia paterna esté más vinculada en la crianza, tenemos que comenzar a cambiar las cosas desde el propio hogar.