Si buscas en Google a Susana Rodríguez Gacio, un nombre y apellidos nada fuera de lo común, aparecen más de 21 millones de entradas. No es para menos. Porque cuando Susana Rodríguez Gacio, médico, triatleta y medallista olímpica, se empeña en algo, lo consigue. Lo demostró desde que era niña, pero hubo algo que marcó un antes y un después. Un día, la profesora de la ONCE que a iba su colegio un par de veces por semana le propuso, por primera vez, participar en una competición deportiva para niños y niñas con discapacidad visual. Aquello fue clave en la vida de esta gallega, oro en los Juegos Paralímpicos de Tokio, nueve medallas en el Campeonato Mundial de Triatlón Adaptado y ocho medallas en el Campeonato Europeo de Triatlón Adaptado.

"Tú vete detrás de las otras niñas y vete regulando. Y, si eso, cuando llegues a última vuelta, si te ves con fuerzas, cambia de ritmo y ya las adelantas", le dijo su entrenadora de aquel entonces. Pero aquélla no era la ideal de Susana. Ella, si competía, era para ganar. "Recuerdo que en cuanto sonó el pistoletazo de salida, salí con la idea de que quería ganar esa carrera, de ponerme delante y a mí que nadie me pille. Y la verdad es que siempre fue mi forma de competir", asegura.

Espíritu de ganadora

Quién le iba a decir a la niña Susana Rodríguez de entonces que, años después, se le iba a plantear la oportunidad de ir sus primeros Juegos Paralímpicos. Fue en 2016 en Río de Janeiro y, aunque deportivamente no consiguió todo lo que esperaba, sí se dio cuenta de que tenía todo para lograrlo porque "la capacidad de adaptación del ser humano es infinita", tal y como explica.

a man drinking from a bottle
Cabreiroá.

Después llegaron muchas otras competiciones, muchas medallas y su oro en Tokio, aunque ninguno de ellos es su mayor hazaña. "Mi mayor logro hasta el momento ha sido confiar en mí para lograr mis objetivos y mis sueños, a pesar de otras voces que considerasen que iba a ser imposible”, reconoce con orgullo. Sin esa confianza en sí misma no hubiera llegado a ser una de las mejores deportistas españolas, tampoco a licenciarse en medicina, un tesón que le inculcaron desde niña. Reconoce que su vida dista mucho de la de otras personas con capacidad y cree que, en cierta manera, es porque pudo crecer "en un entorno de confianza donde cuando tenía un problema, una dificultad, podía compartirla y encontraba una ayuda" para ella.

La importancia de la igualdad y del apoyo familiar

Otro de los puntos más importantes de la historia de Susana Rodríguez es que su familia siempre supo que su discapacidad podía ser una ventaja: "Yo pude crecer en un entorno de confianza donde cuando tenía un problema, una dificultad, podía compartirla y encontraba una ayuda para mí". Además, el hecho de que Susana tuviese una hermana sin discapacidad visual se convirtió en un punto clave para ella: "Mi hermana ha sido mi principal referente porque gracias a ella pues pude ver, observar y compartir las cosas que hacía una niña, en este caso dos años mayor que yo, pero sin discapacidad y querer ser igual que ella y mi familia".

Triatleta y médico

Cada mañana, Susana Rodríguez tiene una cita con sus pacientes. Además de deportista, es médico y está especializada Medicina Física y Rehabilitación. En el colegio, su asignatura favorita era Conocimiento del Medio porque, en realidad, le gustaba todo lo que estuviera relacionado con el cuidado de las personas y la salud. Y eso, unido a la pasión, el orgullo y el cariño con el que su padre, médico anestesista de profesión, ahora ya jubilado, le hablaba de sus jornadas de trabajo, la impulsó a estudiar la medicina, aunque antes ya se había diplomado en fisioterapia.

Solo 15 días después de regresar de Tokio con el oro olímpico, había oposiciones del Servicio Gallego de Salud, se presentó y aprobó. “Desde hace un año trabajo en el Hospital Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, en el Servicio de Medicina Física y Rehabilitación, y estoy muy feliz de poder hacer el trabajo que me gusta en mi ciudad, de ayudar a los pacientes a veces a curarse o recuperarse”.

Susana Rodríguez es fuerza, esfuerzo, pero, sobre todo, un ejemplo de superación que conocemos a través de Nacer Fuego, un proyecto de Cabreiroá, que recoge historias de personas que, a pesar de estar marcadas por determinadas circunstancias en su vida, han luchado por sus sueños. Y lo hacen con el mismo ímpetu que el calor del interior de la Tierra impulsa el agua Cabreiroá, que significa Agua que Nace del Magma. A Susana Rodríguez hubo un fuego que la impulsó a cumplir sus sueños, un fuego que nació de forma natural y que la ha empujado a lograr sus metas.

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