Vacaciones con la familia, con la pareja o con amigas y amigos son las opciones más habituales, pero cada vez más personas quieren, necesitan, un tiempo solas para separarse durante unos días de la actividad, del ruido o, simplemente, para aprender a conocerse mejor. Una de cada cuatro personas se plantea un viaje en solitario en un futuro cercano. Entre ellas, el 70% son mujeres.
Para viajar sola hace falta querer estar unos días en paz con una misma y, muy importante, buscar un destino que te proporcione posibilidades de disfrutar sin necesidad de nadie más alrededor. Tenerife, por su clima, sus paisajes, su gastronomía y las (casi) infinitas opciones de ocio y culturales puede ser el lugar donde pases unas alucinantes vacaciones completamente a tu aire.
Camina despacio si quieres llegar lejos
Nada hay más evocador, si pensamos en dedicarnos tiempo, en bajar nuestro ritmo diario, que un buen paseo. Al ritmo de tus pasos tu mente puede volar tan lejos como quieras. Pero, ojo, también puede centrarse en el momento y disfrutar de lo que te rodea. No queremos apabullarte, pero para eso Tenerife es casi imbatible. Si lo que te gusta es sentirte libre en la naturaleza, la isla cuenta con cuarenta y tres espacios protegidos. Solo tienes que elegir el que más te apetezca cada día.
Si lo tuyo es la inmensidad, dominar los grandes espacios y dejar que tu vista se pierda en el horizonte, el Parque Nacional del Teide es tu lugar. Sube con el teleférico hasta muy cerca de la cumbre y disfruta de esos últimos pasos de la ascensión. Las vistas no pueden ser más increíbles, tanto de la propia isla como del océano que la rodea.
Puede ser que prefieras el frescor de la vegetación, caminar entre miles de plantas. Si es así, los helechos gigantes y las laurisilvas de los parques de Anaga y Teno van a darte horas de paz en un entorno propio de un cuento. Más legendarios son, sin embargo, los monumentales Acantilados de Los Gigantes, que se elevan más de 600 metros sobre el mar para que, por un momento, conectes con la naturaleza más salvaje.
Arena rubia o negra, con origen en los volcanes que han dado forma a la isla. La climatología permite disfrutar durante todo el año de las playas tinerfeñas y bañarse en las aguas del Atlántico. Hay playas para todos los tipos de viajera al norte y al sur de la isla, cada una con sus particularidades. De la arena negra del El Bollulo a las maravillosas vistas de Benijo, en Tenerife hay chapuzones para todos los gustos.
Observa y disfruta
No tenemos pruebas científicas, pero algo que a todas nos hace volver por unos minutos a la infancia, y disfrutar como niñas, es ver delfines. O ballenas. La posibilidad de hacerlo durante tu estancia en Tenerife es muy alta. Grandes colonias de delfines y calderones se establecen en sus aguas y las embarcaciones con el distintivo “barco azul” cumplen con las mejores condiciones para su avistamiento sin molestar a los animales. Siéntate con tu bebida favorita y disfruta de las vistas. Los cetáceos se han contagiado del carácter de la isla y te acompañarán felices durante parte de la travesía.
En la ciudad, con su ajetreo, no solemos levantar demasiado la vista; no paramos a contemplar el cielo. El de Tenerife es uno de los más limpios del mundo y cuando cae la noche se llena con millones de estrellas. Tenerife está reseñado como Reserva y Destino Starlight. Si esto no te dice mucho, te damos otro dato: la isla acoge el Instituto de Astrofísica de Canarias en el que trabajan numerosos científicos de todas partes del mundo. Muy bueno tiene que ser un cielo para venir desde, por ejemplo, Wisconsin, a mirar sus estrellas. Aprovéchalo, que está muy cerca.
Mientras disfrutes de la isla, no dejes pasar una noche sin sentirte parte del universo mirando todas esas estrellas. Si, además, quieres que alguien te cuente más sobre ellas, hay docenas de empresas que organizan actividades relacionadas con el cielo tinerfeño. La sólida relación de las estrellas con la mitología griega te asegura que vas a pasar una noche divina conociendo un poco más esos astros y las andanzas, siempre tan humanas, de los habitantes del Olimpo.
Deja que te cuiden
Nos gusta que nos mimen. Y más en vacaciones. Tenerife es un destino perfecto a la hora de hablar de hoteles con instalaciones de spa y wellness. Ponte en manos de sus muchos profesionales para recibir consejos sobre las mejores terapias para relajarte o para regenerar esas pequeñas heridas que nos ocasiona el día a día.
Después de tu rutina wellness puede ser el momento perfecto para conocer otro de los grandes tesoros (y de los más desconocidos) de la isla: su gastronomía. Siete restaurantes tienen en sus puertas estrellas Michelin: la calidad de los productos autóctonos, mención especial al cochino negro, hacen que sus cocinas sean un reclamo más a la hora de elegir Tenerife como destino. Participa de una cata de vinos en cualquiera de las bodegas. Los suelos volcánicos dan a sus productos un carácter muy especial que te va a enamorar. Lo mismo podemos decir de sus fantásticos (y sorprendentes) quesos.
Haría falta un libro para reseñar todos los encantos de la isla para tus vacaciones en solitario porque nos falta hablar de su oferta de ocio, que te garantiza música, teatro o magia en vivo cada noche, de los parques temáticos, de los campos de golf, de ciudades como Santa Cruz o La Laguna y pequeños entornos históricos como La Orotava, Garachico o Icod de los Vinos (dinos que no te has enamorado al instante de los tres nombres). Lo mejor, pues, es que no dudes mucho y reserves ya el viaje. Te garantizamos que Tenerife es una opción maravillosa para disfrutar de ti misma. Y de la isla, por supuesto.