6 experiencias de enoturismo para disfrutar cerca de Barcelona
Perderse entre viñedos, disfrutar de una copa con vistas al mar o aprenderlo todo sobre sus caldos con denominación de origen. La provincia es un sueño para los amantes del vino y estas experiencias te lo demuestran. ¿Preparada para una escapada única?
Es tiempo de disfrutar y de dejarse llevar por las maravillas que esconden nuestras provincias. Una forma diferente de hacerlo es apostar por unas vacaciones enoturísticas y redescubrir la otra cara de Barcelona. Esa que presume de viñedos y de cinco denominaciones de origen: Penedès, Alella, Pla de Bages, Catalunya y Cava. Un paraíso para cualquier amante del vino en el que podrás hacer catas guiadas en los enclaves más idílicos, deleitarte con la belleza de sus bodegas centenarias y complementar tu estancia con una gran variedad de actividades en plena naturaleza.
Ahora que ya te ves copa en mano y disfrutando de la ‘slow life’, déjanos ser tu guía en este viaje. Haremos un recorrido por las zonas que dan nombre a estas DO y te diremos qué experiencias vivir para sacarle el máximo partido a tu visita. Sin duda, estas vacaciones serán únicas e inolvidables. ¡Y a menos de una hora del centro de la capital catalana!
DO Penedès y DO Cava: territorio de bodegas legendarias
Ubicada entre el mar Mediterráneo y la cordillera Prelitoral, esta zona de viñedos es perfecta para el cultivo de la uva blanca xarel·lo. En combinación con la macabeu y la parellada, compone la fórmula tradicional del cava catalán. Así, no es raro que aquí, en plena comarca del Alt Penedès, se concentre el 95% de la producción de espumoso del país. Esta climatología tan singular, donde abunda el sol y sopla a menudo la brisa, es responsable de la existencia de un gran número de prestigiosas bodegas que buscan vinos de calidad.
Una ruta en bicicleta entre vides
Sus antiguas vías de paso, caminos y sus llanuras interiores la hacen perfecta para pedalear entre viñedos. Hay numerosas empresas locales, como Penedès 360˚, que ofrecen tanto rutas de montaña como otras más ‘slow’ para disfrutar de un buen paseo. Además de deleitarte con sus paisajes, podrás descubrir tranquilos pueblos, bodegas e, incluso, restos de los castillos feudales. Si no te va la bici, estos senderos también están preparados para recorrerlos a pie.
Hospedarte en un templo del vino
La oferta hotelera de este lugar es tan amplia como singular. Nuestra recomendación es alojarte en uno de sus resort ecológicos, perfectamente integrados en la naturaleza, o apostar por hoteles tan originales como Cava & Hotel Mastinell. Situado en la localidad de Vilafranca del Penedès, la fachada de este cinco estrellas emula la colocación en rima –apiladas y en posición horizontal– de unas botellas de cava. Su tejado es, además, un homenaje a Gaudí y sus trencadís (esos mosaicos hechos con trozos irregulares de cerámica).
DO Alella: tierra de vinos ecológicos
Abarca las comarcas de El Maresme y El Vallès Oriental, que se encuentran a unos escasos 15 km de la ciudad de Barcelona. Sus ocho bodegas y doscientas hectáreas de viñedos la convierten en una de las denominaciones más pequeñas. Especializada en vinos ecológicos, puede presumir de producir unos caldos de gran calidad y de ser una de las más antiguas de la península ibérica. Los vinos alellenses ya eran apreciados por los romanos, convirtiéndose después en unos de los más exportados, especialmente, a las colonias de ultramar.
Tomarte un vino con vistas al mar
Ese es uno de los encantos que ofrecen bodegas de la zona, como Alta Alella (en pleno Parque de la Serralada de Marina). Sus visitas enoturísticas te permiten conocer sus viñas, hacer catas guiadas o degustar sus propuestas de maridaje. Tienes donde elegir, pero lo que sabemos es que nunca olvidarás esa copa de vino entre viñedos y con vistas al mar.
Viajar en el tiempo
Y hacerlo a través de una bodega romana. Es lo que encontrarás en Cella Vinaria de Teià, un parque arqueológico que te permitirá conocer cómo se producía vino entonces, los detalles de sus cultivos y las características de aquellos caldos. El yacimiento conserva restos de prensas, de depósitos de vino y de tinas de cerámica donde se fermentaba.
DO Pla de Bages: cuna de la uva picapoll
Tierra de vinos blancos y afrutados, gracias a una variedad autóctona: la uva picapoll. Esta DO se adentra en las comarcas del interior de Barcelona y se extiende por la montaña de Montserrat, las sierras de Castelltallat, Sant Llorenç del Munt i l’Obac y el macizo del Montcau. Un paraje natural que hace millones de años fue un mar interior y ahora presume de haber sido reconocido como Geoparque Mundial de la UNESCO. Un sueño para los amantes de la naturaleza.
Ir en busca de las barracas de viña
No te costará encontrarlas. Estas construcciones de piedra, en forma de caseta, son típicas de la zona. Servían a los payeses para refugiarse de las inclemencias del tiempo y, también, como almacén para sus instrumentos de trabajo. Se conservan unas 4.000 barracas en Pla de Bages. Muchas se han reconvertido en lugares de cata e, incluso, en habitaciones para dormir entre viñedos.
Descubrir la bodega de un castillo
Y cenar con vistas a la montaña de Montserrat. ¿Dónde? En la finca Heretat Oller del Mas, una bodega ecológica que combina el cultivo de uvas tradicionales con otras variedades más nobles, como la merlot, la cabernet sauvignon y la syrah. Completa el homenaje con los platos de su restaurante, Bages964. El chef manresano Alex Portales ha creado una propuesta basada en productos frescos y de proximidad.