Somos plenamente conscientes de que Carlota Casiraghi ha heredado de su madre, Carolina de Mónaco, no sólo su belleza y gestos, sino que también ha crecido junto a una de las mujeres con más estilo que conocemos del mundo y eso siempre deja un poso. Y ese poso en esta caso, es que ha heredado su elegancia, su sencillez, sus básicos con un twist. Carlota ha sabido seguir de cerca cada consejo de moda que le ha ido dando su madre Carolina de Mónaco con el paso de los años.
Las prendas atemporales, los colores que le favorecen, los detalles que marcan la diferencia, el minimalismo con sus pequeños toques de tendencia... Ha seguido todos menos uno. Uno que además es básico e importante para su madre.
Con la edad de su hija Carlota, Carolina de Mónaco acudía a todo tipo de eventos, fiestas, actos benéficos, deportivos, sociales, de moda...Y en todos ellos, vestida de manera impecable, elegante, sofisticada, destacando entre la multitud. Y como sello de estilo, muy acorde con la tendencia de la época, siempre con pendientes. Fue de las primeras en llevar varios pendientes en la oreja, en llevar pendientes maximalistas, con perlas, con cristales, dorados, plateados...
En todos los estilos y formas, Carolina de Mónaco daba una importancia vital a este accesorio en concreto, mucho más que a collares y tiaras.
Sin embargo Carlota de Mónaco, no es que lleve menos pendientes, o más pequeños y discretos, es que salvo raras y contadas excepciones, nunca lleva pendientes ni aunque se trate de una alfombra roja, o una fiesta, o un desfile de moda. Carlota de Mónaco no ha seguido este detalle de estilo del que Carolina de Mónaco fue y sigue siendo una de las grandes embajadoras.
Carolina de Mónaco, siempre CON pendientes
Carlota Casiraghi, siempre SIN pendientes
