Hay novias, y luego hay NOVIAS. De tal belleza, de tal autenticidad, y de tal maravilla en su elección de look que no podemos por menos que compartirlas. Y es que esta novia, que nos hemos encontrado en el blog de la firma española Matilde Cano nos tiene entusiasmadas. Se llama Carolina, es una novia de 50 años que ha llevado un vestido (¡y qué vestido!) de esta firma y les ha querido contar su historia.
Como ellos cuentan, en la vida, nunca es tarde para nada, ni mucho menos para que llegue el amor y esta historia es la prueba de ello. “Resulta que el amor apareció de repente, no tarde -nunca es tarde-, fue de sopetón, y esas cosas no pasan nunca hasta que pasan. Amor sin remedio, lleno de admiración, de golondrinas en el estómago, de risas y celebraciones, de ganas de atesorar recuerdos y de envejecer el uno junto al otro", les ha contado Carolina.
Así, el 30 de septiembre se dieron el Sí quiero en una boda preparada con mucho mimo y a conciencia ya que, como dice Carolina, "no íbamos a organizar la típica boda, no somos típicos ya, somos novios cincuentañeros, tenemos esa edad en la que ya no toca entrar dando saltos por un comedor lleno de gente, ni bailar a ritmos que no son los nuestros. A nuestra edad todo es más pausado y detallado, como nuestro amor, medido pero improvisado, empujados los dos por una felicidad concentrada y contagiosa, que lo impregnó todo y a todos los que nos acompañaron".
Ella lo tenia claro, y "la elección del vestido fue antes incluso que la decisión de la fecha de la boda. Se lo vi en internet a una novia cordobesa, de mi edad más o menos, y ya no fui capaz de elegir ni verme en otro. Era ese o teníamos un problema. Era adecuado para mi, impecable, maravilloso, el camisero joya más bonito del universo, imposible no brillar con él", cuenta entusiasmada.
Carolina compró este vestido camisero largo con lentejuelas en julio de 2022, un año antes de la boda, pero Carolina, "no quería bajo ningún concepto que se agotara, pues es una joya de edición limitada y lucirlo, es un privilegio. Desde entonces ha permanecido en un “armario secreto” -para que el novio no lo viese- y a ratitos, durante este año y dos meses, a escondidas, lo he sacado, me lo he probado, lo he mirado, lo he remirado, lo he admirado, … hasta el día de la boda, que me lo puse para casarme con el amor de mi vida y, lo sé y estoy absolutamente segura, fui la novia más feliz de la tierra".
Junto al vestido largo joya de Matilde Cano, unos zapatos de terciopelo azul de Flor de Asoka, ideales para contrastar este increíble estilismo de novia.
Carolina y Ricardo nos han dejado unas imágenes de una boda preciosa, hecha a la medida de sus sueños y de su historia de amor. Ambos guapísimos. Y felices.
Enhorabuena a la pareja.
Nos encanta.
