El desfile de Victoria’s Secret regresa el 26 de septiembre en un nuevo intento por recuperar el título de "la firma de lencería por excelencia", una etiqueta que la firma de Rihanna, Savage x Fenty, le arrebató desde su primer fashion show al haber hecho siempre de la diversidad un elemento mucho más importante que el encaje, el 'push up' y los aros. Mucho se ha escrito ya acerca de cómo fue el empeño de la marca de negarse a apostar por modelos ajenas a los cánones normativos el responsable de su declive, y por eso, su intento de regresar apostando por un casting de tops en el que no faltan nombres como el de Candice Huffine y Paloma Elsesser, conocidas por ser algunas de las más relevantes figuras ‘curvy’ del universo de la moda, ha hecho a muchos levantar la ceja y desconfiar de su intentención, de su repentina diversidad y sobre todo, de su capacidad para volver a ser una marca admirada y deseada. En un mundo que defiende los sujetadores de algodón sin relleno... ¿Tiene sentido la firma que hacía de cada desfile el PortAventura sexualizado de la moda?

¿Llega Victoria's Secret demasiado tarde?

La firma no es conocida por reaccionar ante los problemas rápido, algo elemental para las marcas en un mundo que se mueve y cambia tan rápido como la bolsa. Cuando en 2018 su ex CEO, Ed Razek, explicó a ‘Vogue’ que se negaba a contratar a modelos trans para sus desfiles, la controversia resultante no le pareció lo suficientemente fuerte como para abandonar su puesto, algo que no hizo hasta agosto de 2019. Poco antes, la firma contrató por fin a una modelo trans, Valentina Sampaio.

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¿Demasiado tarde, tal vez? “Llegan tardísimo a subirse al carro de la diversidad pero, sinceramente, no creo que lo que busquen sea promover una belleza diversa, sino adaptarse al mercado haciendo el único giro inesperado que les convertiría en noticia. Porque si siguieran haciendo "lo de siempre", también habría críticas, pero no sería tan llamativo. Si quieren atención, tendrán que hacer las cosas de manera diferente. Y digo que llegan tarde porque las tendencias estéticas están cambiando tan rápido que tener cuerpos diversos en una pasarela ya es mainstream. Y más aún en las líneas de lencería. Rihanna sí que fue pionera, pero es que después ha venido Skims, la línea de Lizzo, y un montón de marcas más, así que creo que ese golpe de efecto que han querido causar ya no lo es tanto, porque ya casi "nos hemos acostumbrado" a que en los desfiles de lencería mainstream haya otro tipo de modelos”, explica a Elle Beatriz Cepeda (Perra de Satán), coautora de ‘¿Puedo hablar de mi salud mental!’.

"Lo que vemos es una marca de prestigio e impacto mundial adaptándose a un contexto socio-cultural"

Un mes después del adiós del polémico Razek Rihanna ponía en marcha el primer desfile de su marca de lencería, Savage x Fenty, en el que había diversas actuaciones y en el que figuras como Laverne Cox, Normani y Paloma Elsesser demostraban que no hay nada más sexy y empoderador que la diversidad. Bueno: tampoco hay nada más rentable, pues fue todo un éxito y logró desbancar de forma inmediata a la marca de los ángeles. Al fin y al cabo, teniendo divas… ¿Quién quiere a modelos aladas que presumen de entrenar como militares? “Creo que lo que vemos aquí es una marca de prestigio e impacto mundial adaptándose a un contexto socio-cultural concreto. La moda evoluciona muy rápido, y las marcas que se supone que son "punteras" (como lo fue Victoria's Secret) tienen dos opciones: o ir asumiendo los cambios para estar siempre "de moda" o crear un identidad muy reconocible que logre estar por encima de las tendencias del mercado más mainstream", asegura Beatriz Cepeda.

"Incluir cuerpos más diversos en sus desfiles es una decisión estratégica"

“Victoria's Secret tenía esa identidad. Era la marca de lencería más sexy y su imagen era clara para cualquiera: sus ángeles. Eran mujeres muy jóvenes, muy guapas y muy delgadas. Pero la marca tuvo una serie de problemas y ahora ha decidido volver a rescatar sus famosos desfiles. Creo que el hecho de incluir cuerpos más diversos en sus shows es una decisión estratégica, por supuesto, porque en los últimos años la imagen de la mujer sexy ha cambiado”, explica.

Victoria's Secret Parecidos (muy) razonables

En agosto de 2021, la firma lencera por excelencia anunció un rebranding que parecía ser más un intento de salvar la marca que la vocación de adaptarse a la nueva sensibilidad y a los nuevos tiempos, pues la acusada caída de ventas y la pérdida de credibilidad cultural fueron el prólogo de esta estrategia. VS Collective estaba formado por diez mujeres de diferentes edades, siluetas y etnias, y la marca subrayaba el empoderamiento femenino por encima de todas las cosas, un cambio que ya vimos con el Calendario Pirelli.

El tráiler del desfile, que en realidad es un corto que se emitirá en Amazon Prime (si: ahí también es donde podemos ver los shows de la firma de lencería de Rihanna) ya ha generado controversia ante el asombroso parecido con la escenografía de uno de los desfiles de la cantante. La marca se ha apresurado a aclarar a ‘The Cut’ que en realidad, la inspiración proviene del Espacio Corberó, donde de hecho se grabó el contenido.

“Esos atuendos tontos eran parte de lo que creó una cultura en la que los hombres en el poder"

¿Ha tomado la fórmula del éxito de la marca de Rihanna de forma demasiado literal? Lo veremos a finales de mes, pero lo imprescindible para que el regreso tenga sentido es que demuestre haber dejado atrás la idea de que las mujeres sueñan con contonearse en tanga sobre tacones vertiginosos, con pesadas alas y rodeadas de globos. El mayor error de Victoria 's Secret es algo que en realidad, no era un error hasta hace bien poco: hablamos de una marca de lencería creada por un hombre en la que la mirada masculina era la que primaba y la que orquestaba diseños y desfiles. Sin embargo, mientras que Skims, la marca de Kim Kardahian, ha hecho de los modelos funcionales, cómodos y que incluso apuestan por los colores menos sexys del planeta (o eso dicen quienes creen que es más sensual un sujetador fucsia que uno nude), habrá que ver si tiene sentido que una firma conocida por sus diseños exuberantes intente acercarse a la funcionalidad…

Si es que lo hace, claro, porque por el momento ya hemos visto a Candice Swanepoel explicar lo complicado que es enfundarse en el vestido que lleva por lo que al parecer, la comodidad sigue siendo la gran ausente de la sala. “Esos atuendos tontos eran parte de lo que creó una cultura en la que los hombres en el poder (incluidos los que mandaban en Victoria 's Secret) veían a las mujeres jóvenes que los rodeaban como juguetes que podían hacer con lo que deseaban”, explica en ‘New York Times’ Vanessa Friedman.

Lo importante del regreso del desfile de la firma es que queda claro que en 2023, nadie va a permitir que nos digan qué es ser sexy.