Pocas hogueras le quedan ya a la última edición de 'La isla de las tentaciones', y hemos aprovechado sus últimos coletazos para hacer una lectura diferente del programa. Para comenzar, queremos descubrir por qué este tipo de formatos se considera siempre más ligero y menos relevante que otros. ¿Y si hubiera un sesgo sexista en la forma en la que valoramos la oferta televisiva? June Deery, responsable del departamento que estudia los medios en el Instituto Politécnico de Rensselaer, asegura que “la alta cultura se centra en el espectro masculino, más poderoso y más perteneciente a la élite. Sin embargo, las formas que se consideran más feminizadas, como la prensa rosa, el mundo de las celebridades y la cultura pop, se consideran menores, y es aquí donde entran los realities”, opina. No cabe duda de que los que creen que ver ‘La Isla de las Tentaciones’ es menos culto que ‘Breaking Bad’ es una señal inequívoca de cómo la cultura y el arte ofrecen una mirada sexista sobre el contenido audiovisual que consumimos. “Creo que ver estos shows puede ayudar a la audiencia a ser más crítica y a embarcarse de una forma más profunda en lo que ven”, señala Branda R Weber, autora de ‘Reality Gendervision: Sexuality and Gender on Transatlantic Reality’. “Se suele decir dentro de la telerrealidad que esta funciona como una especie de burbuja y que luego se vuelve a la "vida real". Sin embargo, yo creo que las burbujas funcionan para separarte de tu realidad y así tomar conciencia de lo que realmente estabas viviendo”, explica Roy Galán, cuyos posts analíticos acerca de lo que acontece en cada episodio de 'La Isla de las tentaciones' no han hecho más que subrayar que tras los realities se esconde una lectura más profunda… Si queremos hacerla, por supuesto.

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Las concursantes de ’La isla de las tentaciones’

Nos podemos quedar con la idea de que vamos a ver un reality en el que parejas con problemas se ponen a prueba y en el proceso, generan más memes que emociones. Pero también podemos pensar que el formato nos puede ayudar a vernos reflejadas en muchos aspectos al tiempo que quienes participan en él aprenden a identificar comportamientos problemáticos que marcan sus relaciones. De hecho, Susana Bicho ha reconocido que para ello fue necesario participar en el programa para darse cuenta de que su relación con Gonzalo era problemática. “Yo no me estaba dando cuenta de esas cosas que no me gustan. La gente no comprende que necesitara ir a un programa para verlo desde fuera, pero fue así. Cuando te dicen que estás ciega, es real, y necesitas verlo desde fuera”, explicaba a Luc Loren la influencer. Gracias a su paso por el programa ha escrito la novela ‘Algo así como quererme’, una historia de superación y crecimiento de una mujer que tiene que aprender a quererse.

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Susana Molina rompe con Gonzalo Montoya

"La posesión, los celos y las relaciones tóxicas son algo que todos hemos experimentado". Elisabeth Duval

“Antes, en ‘La isla de las tentaciones’, había quienes lo veían con una sensación de superioridad moral. En esta segunda edición, en cambio, al ver la relación entre las participantes, ese ‘amiga, date cuenta de que tu novio es un gilipollas’, ha habido un proceso de identificación en el que la gente que ve el programa ve aspectos en los que se ha visto identificada. La posesión, los celos y las relaciones tóxicas son algo que todos hemos experimentado, explica Elisabeth Duval en 'Gen Playz'. ¿Es entonces 'La Isla de las Tentaciones' una fábrica de empoderamiento camuflada bajo la arena, las relaciones tóxicas y el mar?

"La isla proporciona ese valor para ser tú que es indispensable para afrontar algo tan complicado como es una ruptura". Roy Galán

Roy Galán comparte con nosotras su parecer al respecto. “En el programa, al separar a una serie de parejas que normalmente viven completamente hipnotizadas en sus relaciones y poder observar cómo se comportan cuando no están "vendiendo" la idea del amor romántico que nos han impuesto, lo que sucede es que se produce un "golpe de realidad". Por eso no es extraño que muchas de las participantes de La isla de las tentaciones decidan irse sin nadie, sin sus novios o con un nuevo amor, porque es en esa escapada, esa huida, ese viaje de Erasmus, en el que sin la mirada del otro por fin puedes pensar quién eres y muchas veces ese pensamiento te lleva a la conclusión de que no lo sabes, de que te has perdido en el otro, de que porque te han enseñado que amar era sacrificar, era apostar, era luchar, era complacer, al final tú no tienes una identidad propia más allá de tu pareja. Empiezas así a recordar que antes de tener pareja tú también eras alguien y tenías deseos que se han visto anulados por la relación. Yo creo que todas las parejas deberían tener su espacio propio, su espacio para pensarse sin el otro, porque solo desde ahí podemos construir cosas que no estén basadas en chantajes o dependencias emocionales. Lo mejor que te puede pasar cuando una relación no funciona es, sin duda, que se acabe y creo que la isla, su dinámica, proporciona ese valor para ser tú que es indispensable para afrontar algo tan complicado como es una ruptura.

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’La isla de las tentaciones 4’

Bajo su aparente frivolidad, encierran mensajes positivos y empoderadores

El formato de ‘La isla de las tentaciones', presente en 19 territorios de Europa, América y Oceanía, ha hecho al universo audiovisual darse cuenta de las virtudes de este tipo de programas, así como de la necesidad de contar con shows que, bajo su aparente frivolidad, encierran mensajes positivos y empoderadores. Ese es el caso también de 'FBoy Island', un programa en el que tres mujeres buscan el amor en una isla paradisíaca. Sin embargo, tal como reza el lema de la serie, “algunos cazan por amor y otros aman la caza”. “Queríamos una visión empoderada y femenina y queríamos contar las historias desde un prisma femenino, por lo que supimos pronto que necesitábamos que fueran pocas las mujeres del show para que fueran así las heroínas. Como mujer, encuentro fascinante que por un lado, aunque no quieras necesariamente salir con un hombre que te va a tomar el pelo, siempre resulte atractivo este tipo de hombre. Por otra parte, está el tema de por qué eso le ocurre a tantas mujeres, por lo que es excitante analizar qué es lo que realmente atrae a las mujeres y por qué se sienten atraídas por determinados comportamientos. También queríamos hacerlo sin un mensaje repleto de moralidad y por supuesto, sin juzgar. La gente puede sentirse atraída por quien quiera pero, ¿por qué?”, se pregunta Sam Dean, 'showrunner' del programa y de ‘Love is Blind’, en ‘The Hollywood Reporter’.

El mensaje de la isla es el que las películas de Disney siempre nos ocultaron

El verdadero poder de ‘La isla de las tentaciones’ y de los nuevos programas de parejas es que las cartas están sobre la mesa desde el comienzo. Al fin y al cabo, una de las primeras palabras de Marta Peñate al comienzo del programa fueron: “Nos queremos mucho, pero nos queremos mal”. El que haya salido de la isla sin su pareja, Lester, no es un 'spoiler', sino una obviedad anunciada. Los participantes en el programa se van dando cuenta de que sus relaciones están repletas de toxicidad, aprenden el poder de la sororidad y descubren que es más valioso el amor propio que cualquier otro, porque es el que logrará que la siguiente relación tenga un adjetivo mucho mejor que "romántica": saludable. Al final, el mensaje de la isla es el que las películas de Disney siempre nos ocultaron: que el final feliz es el que no destroza tu moral y te hace quererte, sobre todo y ante todo, a ti misma.