Sabemos que uno de los motivos por lo que estás leyendo este artículo ahora mismo es la curiosidad que te ha invadido al ver este pretencioso y a la vez encantador concepto. ¿Vestido de té? What? ¿Es algo parecido al vestido clásico que se ponían nuestras abuelas en verano? ¿O tiene algo que ver con la deliciosa infusión que los ingleses toman entre las 4 y las 5 de la tarde? Pues para terminar de clarificar el misterio, que sepas que ambas hipótesis tienen su fundamento: sin duda, el tea dress tiene sabor vintage y evoca la elegancia de otra época -es probable que recuerdes a tu abuela luciéndolo regia en su juventud-, aunque su verdadero origen hay que buscarlo en la segunda.

A finales del siglo XIX, la costumbre social de tomar el té a primera hora de la tarde representaba un escenario que requería un atuendo cómodo, sin la opresión del corsé, para que la mujer pudiera atender a sus invitados con total libertad de movimientos. Y así nació el tea dress. Un vestido de andar por casa, sin corsé y confeccionado en telas ligeras, que con el devenir de las temporadas y los años iría adquiriendo cortes más ajustados, cuello en V, mangas con cierto volumen y estampados con motivos retro como flores, lunares o frutales, manteniendo el largo a media pierna o acortándose a la altura de la rodilla. Y el cual, como ya habrás caído en la cuenta, tanto firmas high street como de nicho llevan ya tiempo vendiéndonos como uno de los estandartes del estilo más favorecedor cuando llega el buen tiempo, con el que no es difícil imaginarse en plena campiña gala. A saber: Rouje, Reformation, Faithfull the brand, Dôen, HVN o Realisation Par son esas marcas de moda con sello francés cuyos vestidos de té tienen el poder de subirte el guapo y deberías tener en tu radar particular.

Estamos muy seguras de que ya has sucumbido desde hace tiempo a su favorecedor influjo y tienes dos, tres, cuatro ejemplares florales, de topos o cualquier otro estampado retro, colgados en el guardarropa, esperando con ilusión ser lucidos en casi cualquier ocasión que el verano tenga a bien ponerte en bandeja, acompañados de tus sandalias de cabecera del verano. Bien, nosotras te vamos a dar muchas más ideas para sacarle todo el jugo a tus tea dresses, incluso más allá de los meses de verano, porque como bien sabes, los vestidos veraniegos tienen muchas vidas. Es posible que algunas de ellas te resulten familiares o creas haberlas visto ya en alguna otra parte. No es ningún espejismo, es la prueba de que el vestido de té nunca pasa de moda, sin importar el tiempo que transcurra, y los estilismos con él permanecen, a día de hoy, más relevantes que nunca.

Con zapatos blucher

cómo llevar el vestido de té en verano
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Posible registro: para ir a trabajar.

Con sandalias doradas

cómo llevar el vestido de té en verano
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Posible plan: para un evento de tarde en la ciudad.

Con capazo y bailarinas nude

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Posible plan: para ir a comprar al mercado.

Con mules de taconcito

Posible plan: para salir a tomar algo.

Con botas de montaña

cómo llevar el vestido de té en verano
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Con bailarinas y bolso animal print para un verano en la ciudad

cómo llevar el vestido de té en verano
Alo Ceballos//Getty Images

Registro: para los primeros días del otoño.

Con palas planas

cómo llevar el vestido de té en verano
Edward Berthelot//Getty Images

Posible plan: para ir a la playa o la piscina.

Con bailarinas de tacón y bolso baguette

Posible plan: para salir a comer.

Con sandalias y bolso de cuero natural

cómo llevar el vestido de té en verano
Edward Berthelot//Getty Images

Posible registro: para turistear en vacaciones.

Con sneakers blancas

cómo llevar el vestido de té en verano
Edward Berthelot//Getty Images
cómo llevar el vestido de té en verano
MPI67/Bauer-Griffin//Getty Images

Posible plan: para salir a hacer recados.

Con bailarinas destalonadas y cárdigan

Registro: para un día de verano fresco.