Del cambio climático se viene hablando desde hace años, pero quizás las manifestaciones de estudiantes que se celebraron cada viernes de 2019 impulsadas por el movimiento Fridays for Future de la adolescente sueca Greta Thunberg, llevaron a primera plana al que es el principal problema al que se enfrenta hoy por hoy el planeta.

Cabría preguntarnos si tanta insistencia por parte de los más jóvenes, de ONG que trabajan por el medio ambiente, de científicos y expertos, es una alarma innecesaria o si bien pretenden decirnos alto y claro que, o nos ponemos manos a la obra, o a la Tierra le queda más bien poquito.

Según Greenpeace, 2022 ha sido el año más caluroso de los últimos 107 años. 4700 personas fallecidas como consecuencia de los impactos del cambio climático, que han batido todos los récords en incendios, sequía y olas de calor. Así que está claro: o revertimos ya el proceso del cambio climático y el calentamiento global o en apenas unas décadas el planeta se volverá inhabitable. Pero vamos por partes.

¿Qué es el cambio climático?

El cambio climático es la variación global del clima en la Tierra (sus precipitaciones, su temperatura, etc) y se produce por causas naturales y por la acción del hombre. El progreso humano ha afectado de forma adversa al medio ambiente porque la industrialización ha logrado que la concentración de los gases de efecto invernadero (entre ellos, el dióxido de carbono, el óxido nitroso y el metano) se incremente en un 30% en las últimas décadas.

Por otro lado, también desde la Revolución Industrial han ocurrido otros hechos, como el incremento de la población (en 1750 había menos de 800 millones de habitantes en la Tierra, hoy somos más de 7.700 millones), el exceso de consumismo, el incremento del uso de combustibles fósiles... y todo ello ha supuesto un gran impacto en la Tierra.

¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático?

En los últimos dos siglos y medio, la temperatura del planeta se ha incrementado 1,2ºC de media, lo que supone terribles consecuencias para el ser humano y nuestro entorno: se derriten las masas de hielo de los polos (lo que provoca el aumento del nivel del mar y esto a la vez produce inundaciones y amenaza los litorales costeros); aparecen fenómenos meteorológicos violentos como inundaciones, tornados, tormentas y huracanes; se incrementan las sequías y los incendios; aumentan las muertes de todo tipo de especies vegetales y animales, se desbordan ríos y lagos; hay daños en las cosechas y en las producciones alimentarias; demográficamente nos encontramos con los refugiados climáticos...

Basura, polución, calentamiento global, elle
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¿Qué contribuye al cambio climático?

El plástico

Se trata de un producto no biodegradable que está hecho de petróleo o gas natural, ambos recursos no renovables. Cada año se producen unos 300 millones de toneladas de plástico en todo el mundo, de las que solo se recicla un 10%. De seguir así, en 2050 habrá más plásticos que peces en los océanos del planeta. Y esto es muy grave, porque el plástico está destruyendo la vida marina dado que los animales acuáticos ingieren o se quedan enredados en estos restos.

¿Cómo llega el plástico a los océanos? Por varias vías: por la basura que la gente deja en la playa, por los objetos abandonados en los vertederos, por los alcantarillados urbanos, por lo que se vierte en el WC... No deberíamos estar orgullosos sabiendo que España es el segundo país que más plástico vierte al Mediterráneo: 126 toneladas al día. Además, en nuestro país su consumo anual supera los 3,5 millones de toneladas, de los que 2,5 millones se convierten en residuos.

Cuando poco a poco estábamos adoptando algunos consejos sobre cómo usar menos plásticos, llegó la pandemia y se disparó su uso: en guantes desechables, en mascarillas... La nueva normalidad no debe impedir un uso responsable de todos estos EPI, sin que acaben tirados por los suelos y, sobre todo, no debe impedir que las reciclemos correctamente: deben ir al contenedor de la fracción resto (el que no es ni orgánico, ni envases, ni papel, ni vidrio), donde se depositan todos los residuos que no se recogen de forma separada.

Los combustibles fósiles

Son, por ejemplo, el carbón, el gas natural y el petróleo y se llaman así porque se formaron hace millones de años a partir de restos de organismos vivos. Los usamos para los medios de transporte, para producir electricidad y para la producción industrial, y lo hacemos sin reparos porque son una fuente de energía relativamente barata.

Sin embargo, son muy contaminantes porque al quemarse, emiten cantidades excesivas de dióxido de carbono y otros tóxicos como dióxido de nitrógeno, dióxido de sulfuro y monóxido de carbono. Afectan gravemente nuestra atmósfera y nuestra salud cardiovascular, por no hablar de que, para su extracción, se necesitan entre 13 y 27 millones de litros de agua y de 68.000 a 72.000 litros de productos químicos por pozo.

Según Greenpeace, las emisiones de gases de efecto invernadero crecen en España hasta las 288,6 millones de toneladas, un 5,1 % mayor en 2021 con respecto a 2020, y crecen un 14 % en los cinco primeros meses de 2022, lo cual constituye un efecto rebote de las emisiones tras la pandemia. Este aumento, que se da a pesar del aumento de generación de energía renovable que ha conseguido reducir las emisiones del sector eléctrico a la mitad en los últimos 10 años, es debido al aumento de emisiones por la quema de combustibles en el transporte.

Si seguimos a este ritmo de consumo, la Tierra quedará devastada. Hay estudios que aseguran que, si agotáramos todos los combustibles fósiles que quedan, subirá el nivel del mar unos 60 metros y se inundarán las principales ciudades del mundo, por no hablar de la aceleración del cambio climático.

fábrica de electricidad
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La ganadería y la agricultura industrial

Para hacer frente a una demanda excesiva de productos animales para la alimentación, la ganadería ha tenido que intensificarse, provocando un incremento en los gases de efecto invernadero; de hecho, en el caso de España, Greenpeace estima que el 94% de las emisiones que producimos proceden este sector.

Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el sector ganadero cada vez afecta más a nuestro medio ambiente: "Los pastizales se ven amenazados por el deterioro; se están destruyendo bosques para plantar piensos, los recursos hídricos se están volviendo escasos; la contaminación del aire, el suelo y el agua están aumentando y se están perdiendo los recursos zoogenéticos adaptados a cada lugar".

En cuanto a la agricultura, se calcula que las plantas solo absorben entre el 33 y el 50% de los fertilizantes químicos y los pesticidas que se les aplican, y el resto o bien los absorbe el suelo o bien llega a ríos y arroyos para acabar en el mar, lo que provoca el desplazamiento o la muerte de diferentes formas de vida marina.

La deforestación

Los bosques de todo el mundo retienen 280.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, cantidad que se reduce cada vez que se tala un árbol. Sin árboles, los niveles de CO2 superarían a los de oxígeno y la vida en la Tierra no sería posible. El ser humano es la principal causa de deforestación: la tala de bosques supone entre el 12 y el 17% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero.

¿Y por qué los talamos? Para producir caña de azúcar, soja y aceite de palma; para crear ranchos extensivos de ganado; para obtener madera como combustible; para hacer carreteras; por extracción minera; para producir fármacos...

El ser humano

Tenemos una enorme responsabilidad en el cambio climático: la población crece sin parar (se prevé que en 2050 seremos 9.000 millones de personas) y nuestro estilo de vida consumista es de todo menos ecológico. Por ejemplo, para producir una hamburguesa se necesitan 3.000 litros de agua; para una taza de café, 100 litros (antes de que nosotros le pongamos el agua) y para llenar una botella de litro de agua, 3 litros.

Otro ejemplo; cada año se matan ¡73 millones! de tiburones para hacer sopa de aleta de tiburón de lujo (se cortan sus aletas y se les deja morir en el mar), por no hablar de los millones de animales (más de 75 millones) que se matan por su piel –además, producir una prenda de piel requiere 20 veces más de energía que una prenda de piel sintética–.

Calentamiento global elle
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¿Qué podemos hacer?

Reducir los desechos plásticos

Escoge productos sin packaging plástico, utiliza cartuchos de tóner reciclados, usa vasos y tazas normales en vez de los de plástico, reutiliza envoltorios, compra siempre con bolsas de tela, cocina sin plástico, no uses pajitas, usa siempre botella reciclable para rellenarla con agua del grifo, compra caramelos en vez de chicle, utiliza envases de cartón y no de plástico (son más fáciles de reciclar), no compres bastoncillos de oído de plástico (¡y no los tires por el WC!), no elijas productos de belleza o pasta de dientes con polipropileno o polietileno, utiliza jabón en pastilla en lugar de gel o jabón líquido, cambia tus fiambreras de plástico por otras de acero o cristal.

Evitar la deforestación

Imprime a doble cara –y ajusta tu documento para que tenga márgenes más estrechos, interlineado simple y un tamaño de letra más pequeño, para un uso más eficiente del papel–, usa papel reciclado, compra productos de madera FSC, pásate a la factura online, reduce tu consumo de carne, no compres productos con aceite de palma.

Reducir la huella de carbono

Compra productos ecológicos en negocios de proximidad, usa el transporte público o apúntate a un coche compartido, come menos carne (para producir 1 kilo de carne se necesitan 15.000 litros de agua), elige electrodomésticos eficientes, tiende la ropa en lugar de usar la secadora, apaga los aparatos eléctricos en vez de dejarlos en 'stand by', recicla y separa bien (¿sabes que puedes ahorrar más de 730 kilos de CO2 solo reciclando bien la basura de tu hogar?).

Recursos online

Residuo, ¿dónde vas?: Esta página nos permite saber en qué contenedor hay que echar cada residuo para reciclarlos correctamente.

Plántalo: Aquí puedes apadrinar un árbol (desde 9,90 euros/mes) para luchar contra la deforestación.

52 gestos frente al cambio climático: Este PDF descargable te propone 52 recomendaciones, valoradas según su dificultad y su aportación para mejorar el medio ambiente.

Luchar contra el cambio climático evitando el desperdicio de alimentos: Esta página nos da varios consejos útiles para aprovechar nuestra cesta de la compra.


Artículo elaborado con información del libro 'El pequeño libro del cuidado del planeta', de Harriet Dyer (ed. Zenith, 9,45 euros).