¿Cómo puede un chica que murió hace 20 años inspirar a tantas mujeres de ahora que, no solo emulan su estilo sino que llegan con su foto de novia buscando un modelo similar? Carolyn Bessette ha trascendido de figura pública a icono de la moda minimalista, noventera y casi diríamos, eterna, al ver cómo su impecable estilo sigue vigente hoy en día.

Quizás tenga que ver el hecho de que el minimalismo surgió en un momento en el que los cambios producidos a finales de siglo (conflictos en los Balcanes, en Oriente Medio, guerras en África, desastres ecológicos) provocaron en la gente cierto desasosiego y a la vez ganas de distraerse y refugiarse en casa, conectando con el mundo a través de la televisión y los móviles. Era un nuevo movimiento bautizado como 'cocooning'. Con tanta información negativa procedente de ahí fuera, queríamos buscar la protección de nuestra casa. ¿Os suena?

Fue un momento en el que la moda perdió adeptos, los armarios ya estaban llenos y se buscaba lo chic, los básicos, prendas útiles y poco ostentosas; blazers, faldas tubo, jerseys negros de cuello alto... eso sí, a poder ser confeccionados con los mejores tejidos y en los cortes más sofisticados. Y en esa nueva corriente del buen gusto y de búsqueda del verdadero lujo, se alzaba como su mejor representante la impecable Carolyn Bessette.

john f kennedy, jr and wife carolyn
Tyler Mallory//Getty Images


Ahora, en el mundo post-pandemia que vive entre cuatro paredes la mayor parte del tiempo, los básicos vuelven a dominar el armario, los vestidos de fiesta y las florituras parecen innecesarias y el estilo propuesto por marcas como Khaite, The Row, Bottega Vennetta o Toteme nos recuerda (si es que no se inspira) irremediablemente a esa estética austera y elegante que popularizó la mujer de John John Kenney.

Lo curioso es que la publicista ha llegado a inspirar a mujeres de una generación que ni siquiera recuerdan haberla visto viva. Su vida y su muerte tienen mucho que ver mucho con la construcción del mito.

Carolyn murió trágicamente en un accidente de avioneta cerca de costa de Martha's Vineyard (EEUU) junto a su esposo y su hermana, a la jovencísima edad de 33 años, poniendo fin a un matrimonio cuya historia y estilo había inspirado el mundo entero. Su amor, su boda (de la que apenas hay fotos aunque ese vestido ya se hiciera viral para siempre) y esos paseos por Nueva York eran la envidia de todas las mujeres.

Su carrera también se correspondía con la idea de cuento de hadas o sueño americano: de trabajar como dependienta de Calvin Klein en una tienda de Massachusetts a ser la publicista de cabecera de la marca ganando un sueldo de seis cifras.

kennedy, bessette attend whitney gala
Arnaldo Magnani//Getty Images

Seguramente estar a los mandos de la firma que mejor representaba el minimalismo de los 90 influyó en su forma de vestir, pero también el hecho de que, solo quien tiene todo puede permitirse el lujo de aburrirse de lo ostentoso y no necesitar la riqueza. Por eso ella, que podía hacerse con cualquier look de pasarela o lucir cualquier logo, huía por completo de ellos. Lo suyo era una elegancia relajada, cómoda, pero impecable.

Ese último adjetivo era lo que tenía en común con su suegra Jackie Kenneny, a pesar de que las comparaciones entre los estilos de ambas eran inevitables, Jackie representaba el clacisismo refinado y conservador, mientras que Carolyn era, igual de perfecta, pero con un halo extra de modernidad. Colores neutros, ausencia de estampados, un lujo sin etiquetas, pero exquisito en materiales y perfecto en formas. En sus looks nunca hemos visto un desliz, e incluso los más casuales resultan tan naturales y espontáneos que la hacen si cabe más 'cool'. Nos referimos a esas instantáneas en el Nueva York de los 90 café en mano, paseando a su perro o luciendo una gorra a juego con su (guapísimo) marido. Imposible no querer ser como ella. En su momento y ahora, 20 años después.

Camisa blanca

celebrities attend gala at whitney museum of american art in new york city
Evan Agostini//Getty Images

La camisa blanca es el lienzo en blanco con el que conjugar cualquier estilismo. Ella las lucía de estilo masculino pero también clásicas y con un 'twist' como este modelo cruzado y súper favorecedor que parece un falso escote.

Guantes

municipal art society's revitalization of grand central terminal
Ron Galella//Getty Images

Un accesorio que ha vuelto a ponerse de moda, tanto en su versión clásica, los llamados guantes de ópera, largos y de etiqueta, como en su registro más grunge; mitones y de lana. Entre ambos extremos, una multitud de opciones que ella ya llevó en varias ocasiones. Aquí con vestido negro, pero también en su boda, largos y de tul.

Casual

john john kennedy and his wife carolyn in new york
Lawrence Schwartzwald//Getty Images

Un look súper sencillo donde los detalles marcan la diferencia: el talle del pantalón, ni bajo y alto sino justo en su sitio, el corte al tobillo estilizando las piernas, las sandalias de tiras minimal y el top con el patrón perfecto: cerrado y sin mangas.

Accesorios

carolyn bessette, wife of john john kennedy
Lawrence Schwartzwald//Getty Images

La ausencia de joyas, incluso en los eventos, también era otro de sus sellos. Los accesorios se limitaban a gafas de sol y bolsos (de lujo pero sin logos). Las gafas podríamos llevarlas perfectamente hoy (de pequeño tamaño y ovaladas) y la diadema ancha y rígida (muy Prada) es también muy actual. Era uno de los pocos complementos, fuera de lo común, que veíamos en ella.

Falda tubo

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New York Daily News Archive//Getty Images

Otro de los clásicos del armario que puede ser interpretado de mil maneras, desde la versión más lady hasta la más sexy. Carolyn optaba por lucirla de forma sencilla, con botas y jersey, en un look que hoy podríamos ver perfectamente en los escaparates de COS o The Row.

Little black dress

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Brooks Kraft//Getty Images

¿Quién no tiene un mini vestido negro en el armario? Y si hoy en día aún son imprescindibles, en los 90 su uso era prácticamente imperativo. Carolyn los llevaba a su manera, ni muy cortos ni muy largos, ni con mucho escote ni demasiado tapados... en su habitual estilo sobrio y chic.

Traje

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Diane Freed//Getty Images

Uno de los pocos estilismos en los que hemos podido verle siluetas más orgánicas y menos estructuradas es este traje con volantes. Aun así, ella lo llevaba con la melena bien recogida de forma impoluta, y sin accesorios. Y por supuesto, tirando de la paleta de los neutros, camel y negro.

Su vestido de novia

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Hemos perdido la cuenta del número de colecciones y diseñadores que dicen haberse inspirado en el vestido de novia de Carolyn Bessette. Lencero, al bies, conjuntado con un ramo igualmente sencillo, un recogido simple y unos preciosos guantes de tul. Es una de esas ocasiones en las que se unen varios elementos aparentemente simples y al juntarse, crean magia. Una estampa que pasará a la historia y que, por supuesto, dió un enorme empujón de popularidad a su creador, Narciso Rodríguez.

Carolyn Bessette y John Kennedy: la pareja más cool

john f kennedy jr walks with wife
Evan Agostini//Getty Images

Pero si su estilo era deseado, cuando la veíamos pasear con su guapísimo marido, por aquel entonces el hombre más sexy del mundo, las envidias que despertaban eran aún mayores. Carolyn Bessette y John Kennedy eran jóvenes, guapos, estilosos y lo mejor, despreocupados. Nada en ellos era impostado o forzado. Nunca iban demasiado arreglados pero siempre iban perfectos. Y seguramente por eso, aún hoy nos siguen inspirando.

Carolyn Bessette: el shopping inspirado en la musa de los 90
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