"Admito que me hace mucha gracia la cara de embarazada, con esos labios enormes que se te ponen, los mofletes inflados y los ojos que no se te abren. A ver, si fuese para toda la vida, me lanzaría al yoga facial como una loca, pero, siendo algo puntual, lo mejor es disfrutar de este momento", comenta entre risas Isabelle Junot (Nueva York, 1991), después de recibir el piropo de un espontáneo. La hija del empresario francés Philippe Junot y la exmodelo danesa Nina Wendelboe-Larsen se hizo popularmente conocida en nuestro país tras su paso por el programa de televisión MasterChef Celebrity, donde, gracias a su frescura y a su charme desarmante, se metió en el bolsillo a la mayoría de la audiencia.
"La gente se reía cuando decía cosas como que en una receta había añadido sal, limón y alpargatas, en lugar de alcaparras. Para mí supuso un reto enorme, porque aunque lo hablo bien, no domino el español como mis lenguas maternas (francés, danés e inglés) y me sentía en inferioridad de condiciones. Además, por mucho que digan lo contrario, no estaba preparada culinariamente. Cuando volví de la luna de miel, mi madre estaba esperándonos y se lo conté. Me dio la enhorabuena y me vaticinó: “Te apañarás”. Aparte de alta cocina, aprendí mucho de mí misma, aunque suene cursi".
Isabelle vino hace cinco años desde Nueva York a Madrid –ciudad que conoce bien, ya que vivió aquí de niña– para visitar a unas de sus mejores amigas, y encontró la capital tan acogedora que, después de cambiar tres veces el billete de vuelta, decidió quedarse. En abril de 2022, contrajo matrimonio con Álvaro Falcó, Marqués de Cubas, con el que espera su primer bebé.
¿Cómo reaccionaste cuando te enteraste de tu embarazo?
Al principio no me lo podía creer. Resultó un momento muy bonito y también un poco surrealista. Se trata de algo que te esperas, aunque a la vez no... Iba andando por la calle pensando "¡anda, pero si voy acompañada!".
¿A quién se lo contaste primero?
A Álvaro, a mi hermana, a mis tres mejores amigas... A mi madre la llamé por FaceTime con la excusa de pedirle ayuda para elegir un sofá. En lugar de mandarle una foto del mueble, le envié la ecografía. Para mis padres, Philippa será su primera nieta. No pueden estar más felices. Se llamará así por mi padre. Se escribe igual, acabado en a.
"Me gustaría tener con con Philippa la misma confianza que con mi madre"
¿Qué rasgos crees haber heredado de tus padres?
De mi madre, su fuerza de voluntad y su tenacidad. De mi padre, el sentido de humor. Él es muy divertido y muy gamberro. ¡A sus 82 años me sigue vacilando! Ambos son muy empáticos, siempre dispuestos a ayudar a los demás.
¿Qué valores te gustaría inculcarle a Philippa?
Los mismos que me infundieron a mí: sentir respeto por los demás, ser educada y buena persona. Lo que más aprecio en aquellos que me rodean es la autenticidad y la bondad. Me gusta mucho la gente, siento curiosidad por sus vidas, por todo lo que tienen que contar.
¿Cómo te has cuidado durante el embarazo?
Aplicando mi método de alimentación intuitiva, Isa Healthy Life (isabellejunot.com). Básicamente consiste en abandonar las dietas y aprender a escuchar a tu cuerpo, identificar lo que te pide este en lugar de enfocarte en reglas alimentarias restrictivas que te llevan a obsesionarte y a caer en comportamientos fuera de control. Se trata de comer y de hacer ejercicio para sentirte bien.
¿Qué cambios significativos has notado en tu aspecto?
Noto la melena mucho más sana, pero igual se debe a que desde que soy embajadora de Kérastase utilizo a diario sus productos. Me encanta lucir pelazo y con el aceite capilar Elixir Ultime Huile Originale se me queda supersedoso y brillante. Para prevenir la pérdida uso Genesis anticaída. Ya de pequeña le robaba a mi hermana el Mask Oleo Relax. Era mi obsesión.
"Me puede molestar no lograr algo, pero sé controlar mi rabia y mi frustración"
¿Qué gesto beauty has heredado de tu madre?
El querer cuidarme sintiéndome bien. Ella siempre ha sido muy natural, muy nórdica. Tiene sus pros y sus contras, porque, por ejemplo, nunca usaba suavizante en la ropa y hasta teníamos una máquina para equilibrar el pH del agua. Mi madre es rubísima, con unos tonos platino típicos de danesa. En verano utilizaba Blond Absolu de Kérastase para evitar que amarilleara. Mientras viví en casa, no me permitió hacerme mechas, pero, en cuanto me independicé, la desobedecí. Enseguida me regaló toda la gama de productos, que a día de hoy sigo poniéndome. ¡No sabes cómo funcionan!
¿Qué tipo de madre esperas ser?
Pretendo que haya un balance. Me encantaría que fluyese la comunicación y, como me pasó a mí con mi madre, querría que mi hija nunca temiese decirme nada. Sea bueno o malo, que supiese que, en todo momento, puede contar conmigo. Con mi madre siempre ha habido una confianza total. La regla consistía en que, si era honesta y decía la verdad, ella no se enfadaba. Bueno, en ocasiones después había consecuencias... (Risas).
¿Has tenido algún antojo o se te ha desarrollado alguna manía durante estos últimos meses?
Me apetece hielo todo el rato, porque me entra calor repentinamente y necesito frío desde dentro. Esa querencia por lo frozen tiene que deberse a mi lado nórdico y a que echo de menos mis raíces. En serio, ¡qué vergüenza! Ya podría antojárseme un donut o algo más normal.
¿Te consideras caprichosa?
No creo que lo sea, francamente. Si me propongo un reto, procuro conseguirlo, aunque no a toda costa. Me puede molestar no lograr algo, pero sé controlar mi rabia y mi frustración. Me gusta tener cosas, dentro de lo normal. Sin embargo donde más invierto es en formación, en todo tipo de cursos de coaching, nutrición... Gasto en mejorar mi curso de Isa Healthy Life.
De niña, ¿qué soñabas ser de mayor?
Empecé queriendo ser veterinaria, como todos. Luego actriz, cantante... El mundo del espectáculo siempre me ha atraído. De hecho, estudié interpretación en Estados Unidos. Me divierte mucho, pero me motiva más el tema de la nutrición. Estoy centrada en mi proyecto al cien por cien.
¿Qué es lo mejor que te ha pasado?
Mudarme a España, porque esa decisión me ha llevado a donde estoy. Tanto en lo personal como en lo profesional, todo va floreciendo. Me siento en paz. Estoy feliz.
