Por qué vestir igual cada día
Una nueva corriente en la manera de vestirnos está llegando. Hasta ahora la clave era no repetir demasiado, o al menos que no se notase. Pero algo está cambiando y ahora el reto es vestir igual cada día de la semana (el fin de semana se puede hacer excepción). Famosos, bloggers y personas anónimas se han sumado ya a esta nueva 'no moda'.
Hace unas semanas dio la vuelta al mundo una noticia sobre una chica hasta entonces desconocida, Matilda Kahl, directora de arte en la agencia neoyorquina Saatchi & Saatchi, que cansada de pensar todos los días en que ponerse, decidió inventarse un uniforme para ir al trabajo y ponérselo todos los días (menos el fin de semana). Y lleva haciéndolo así desde hace tres años. ¿Su look? un pantalón negro (en verano falda lápiz), camisa blanca, una perfecto de cuero negra.
Bastante antes que ella en 1974, otra persona completamente anónima, un profesor, Dale Irby, un profesor de educación física de Texas, descubrió que se había vestido igual en las fotos del anuario escolar durante dos años seguidos. Tras este descubrimiento, su mujer le retó a que se volviera a vestir igual al año siguiente, y así lo continuó haciendo los 40 años siguientes.
Además de ellos, numerosos famosos han confesado seguir este sistema o filosofía a la hora de vestirse, desde Einstein hasta Karl Lagerfeld, pasando por Steve Jobs, Mark Zuckerberg o Barack Obama. De hecho toda esta suma de nombres de grandes personalidades han dado lugar a muchos estudios sobre si este tipo de decisión sobre la ropa se asocia a personas muy exitosas y brillantes.
Y por supuesto no podemos dejar de lado a los bloggers, los grandes protagonistas del mundo digital, que sin llegar a ser exactamente lo mismo, hace unos 4 años decidieron unirse al reto 'Proyecto 333' que consistía básicamente en usar sólo 33 prendas durante 3 meses.
Otro gran proyecto relacionado es el de 'The Uniform project', en el que Sheena se propuso vestir 365 días con el mismo vestido negro (reversible) como ejercicio de sostenibilidad y para recaudar de fondos para apoyar el Akanksha Foundation, y que le llevó entre otras cosas a ser nombrada 'Elle Magazine’s Women of the Year' en 2009. Su popularidad fue tal, que su vestido negro reversible se convirtió en objeto de deseo. Ese mismo año, 365 vestidos como el suyo se pusieron a la venta en edición limitada para recaudar fondos solidarios. Se agotaron en una semana. Desde entonces hasta hoy, el proyecto ha ido evolucionando, y hasta decidió aceptar donaciones de accesorios de personas también anónimas para sus looks.
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