Tras el fracaso rotundo de su álbum 'Can't be tamed', la chica Disney del momento que daba vida a Hannah Montana en la pequeña pantalla, aquella que cantaba canciones dulces y era todo un ídolo para las niñas que se adentraban en la pubertad, cambiaba de rumbo.

Todo empezó con un corte de pelo radical seguido por apariciones en alfombras rojas con vestuarios que cortaban las alas de la imaginación.

Pero, por aquel entonces, la nueva Miley no había hecho más que comenzar. Fue nombrada 'provocadora sexual' por los Estados Unidos tras su inolvidable interpretación en los MTV Video Awards con una gran dosis de 'twerking' que eclipsó la actuación de Robin Thike. Un mes más tarde logró causar aún más polémica cantando desnuda sobre una bola de hormigón oscilante. Sí, consiguió ser 'demoledora'...

Pero repasando la historia de la cantante nos viene a la cabeza a otro fenómeno musical: Britney Spears. Una dulce colegiala que soñaba con el amor adolescente. Una mirada dulce y cara angelical que, en su videoclip 'Sometimes', observaba al chico de sus sueños en una playa y se creía incapaz de superar su propia timidez. Más que un vídeo musical se asemejaba más a un anuncio de Hollister. 

Entonces, ¿qué nos perdimos entre el 'All I really want is to hold you tight' (Todo lo que quiero es sostenerte fuerte) al 'I'ts Britney, bitch!' (¡Soy Britney, zorra!)?

Clothing, Hairstyle, Shoulder, Sleeveless shirt, Chest, Undershirt, Active tank, Neck, Beauty, Blond, pinterest

El eslabón perdido de la cadena 'Spears-Cyrus' tiene nombre y apellido, y responde al interrogante que muchos tienen sobre el motivo de la
mutación exprés de estas dos divas del pop.

Un hecho que confirma la existencia de una sensacional estrategia de marketing para impulsar ambas carreras y hacer cifras descomunales.

Larry Rudolph, así se llama manager que primero se encargó de relanzar a Britney y llevarla a lo más alto con un enfoque más agresivo y provocativo que cesase su mala época. 

El caso 'Miley' fue su otro proyecto diseñado para triunfar en la época actual, una sociedad más atrevida en la cual hay tanta competencia que, al final, lo diferente equivale a éxito. Esta vez se trataba de un producto más potente y renovado, que rompiese los esquemas de su pasado Disney. 

Ninguno sabemos lo que es estar en la piel de una estrella, pero siempre se ha dicho que la mala publicidad no existe. Y que es más rentable para el bolsillo que te critiquen por llevar un vestido hecho de filetes, a ser una del montón. Sino que se lo digan a Lady Gaga.

Todo el mundo tiene un precio y un sentido distinto de la felicidad, pero, ¿realmente compensa?