En este momento actual de la música española donde el folclore está viviendo una segunda juventud gracias a su creatividad, poco tiempo después de haber recibido el Premio Nacional de Músicas Actuales, recién elegido su último trabajo 'Manual de romería' como Mejor disco del año 2023 y colgando el cartel de 'sold out' en todos sus conciertos, me convenzo de que son normales mis nervios cuando estoy a punto de recibir a Rodrigo Cuevas (Oviedo, 1984) en la puerta de la sidrería más famosa de Madrid, Casa Mingo (Paseo de la Florida, 34).
Tiene motivos suficientes para ser vanidoso, distante y orgulloso, pero es que además de un renovador como hay pocos en su campo, encima es un 'mozu sandungueru' (perdona Rodrigo, mi asturiano no es tan bueno como el tuyo). Es simpático, dispuesto a cualquier cosa que le pidamos el equipo de Elle.es y causa sensación entre todos. El público que tímidamente entra en Casa Mingo a recoger uno de sus famosos pollos asados se le queda mirando, consciente de estar ante el artista español más influyente del momento.
Todo en él es humilde, llano, tranquilo. Se pasea por el establecimiento cantando 'Marinero de luces' y tengo la suerte de que, en medio de mi videoentrevista, se lanza a cantar el clásico 'La romería', de Víctor Manuel. Todos los astros se conjuran en este hombre de sonrisa contagiosa y mirada penetrante que se define como 'agitador folclórico'.
Rodrigo Cuevas ha pisado el acelerador de su carrera en los últimos cinco años. Tras sus primeros espectáculos escénicos en solitario, 'Electrocuplé' y 'El mundo por montera', arrasó con el tercero, 'Trópico de Covadonga', que le confirmó como uno de los grandes renovadores del folklore tradicional: Cuevas, transgresor, bailarín, icono 'vintage', sorpresivo a cada rato.
Todo esto coincidió con su segundo álbum, 'Manual de cortejo', que contó con la producción de Raül Refree y que aportó un nuevo sonido a las clásicas muñeiras, al xiringüelu y a las canciones de cesteiros. Su siguiente disco, 'Manual de romería', se lanzó en junio de 2023 y fue lo que entendemos como un éxito fulminante: presentaciones agotadas en 10 minutos; giras por Portugal, Bélgica, Francia, México donde confirma su categoría de fenómeno 'traspasa-fronteras'; festivales que se lo rifan...
Polémica en redes sociales
Y todo esto lo acepta con mucha humildad, a pesar que ha habido ciertos sectores políticos que no han entendido su activismo cultural y que han querido insultarle en redes llamándole 'transformista podemita' o 'transformista supremacista', que le hace reír cuando lo comenta: "No me afecta mucho. Yo les agradezco todo la publicidad gratuita y todos los buenos titulares. Ahora hay mucha gente en Twitter que se llama así, transformista supremacista, es maravilloso. Fíjate, con tan poco cerebro que tienen al final sacan alguna cosilla interesante".
Rodrigo Cuevas es consciente de lo que está haciendo pero no quiere subirse al carro de la vanidad. Tiene las raíces muy bien plantadas en Piloña, su pueblo y un cerebro muy bien amueblado. Su disco es el mejor del año para 'RockdeLuxe' y no presume de ello: "Es que algo de origen tradicional, folclórico, está ocupando sitios que hasta ahora no eran para esos géneros. Quizás la revista acabará llamándose FolkdeLuxe, qué maravilla", bromea.
Le menciono a Baiuca, otro renovador del folclore -en este caso gallego-, con el que trabajó en la increíble canción 'Veleno'. Baiuca dice que esto de la tradición renovada, del nuevo folklore (donde se incluirían no solo a ellos dos, sino a Tanxugueiras, Los Hermanos Cubero o Idoipe, entre otros) es una moda, como antaño fueron las guitarras, que quizás no perdure.
Le pregunto su opinión a Rodrigo: "Sí que hay un antes y un después, porque hay hitos que van a marcar históricamente un punto importante para el folklore, pero también creo que es una moda y que será superado por otro estilo. Que todos estén mirando más ahora al folclore seguro que pasará: ahora a todo el mundo le llama la atención porque antes nadie lo miraba. Todos ven ahora lo divertido que es, lo rico, lo interesante y de repente todo el mundo quiere hacer folclore y todo el mundo quiere hacer música tradicional, pero eso se pasa rápido".
La España vaciada, el concepto que se malinterpreta
A alguien que ha reinterpretado el concepto de folclore y de lo rural hay que preguntarle por ese odioso término de la España vaciada, manido por políticos, evocado por escritores y maltratado por la prensa. Y es ahí donde el autor de 'Cómo ye?!' se explaya a gusto.
"El concepto de España vaciada es un poco benevolente con lo que realmente pasa. Yo le llamaría más bien la 'España sacrificada' o la 'España expoliada' porque seguimos teniendo una relación con el mundo rural como si fueran colonias de interior. Se siguen sacrificando territorios para que otros territorios prosperen y generen dinero. Pasó en otros tiempos con los embalses y ahora sucede con el AVE, los polígonos eólicos, las macrogranjas...
Quizás como sociedad ha de pasar, que para que todos tengamos algo en concreto se sacrifiquen ciertas zonas. No sé si está bien o mal, pero deberíamos hablar con honestidad y ser agradecidos con esos lugares, compensando su deuda, poniendo un precio a ese sacrificio y pagándolo.
Por ejemplo, llega el AVE a Asturias, ¡ay, qué maravilloso, qué bien, va a traer la prosperidad, abramos champán! Pero... ¿y todos los sitios que se han quedado sin tren o los que se han quedado sin agua por la perforación de los acuíferos de la montaña central, leonesa o asturiana? Pues eso no se comenta y parece que ahí no ha pasado nada. Pero no, hay damnificados. Para que tú cumplas el capricho de ir a Asturias desde Madrid en tres horas en vez de cuatro, hay damnificados; gente que se quedó sin casa, sin agua, sin conexiones... La sociedad debe ser más sincera con la España rural".
No quiero terminar la entrevista con Rodrigo Cuevas sin bajar un poco la intensidad y le pregunto qué hace cuando está de bajona (¿este hombre tan activo, sensible, irónico e inteligente puede tenerla?) para recuperar el ritmo. "Cuando noto que estoy apagado, lo que hago es cerrar un poco el móvil. Yo creo que con eso ya de repente espabilas, se te pone la vida al ritmo que viene solo. Si es que la vida tiene muchísimo ritmo, lo que pasa es que estamos apagados y enganchados". Cuánta sabiduría.
