1. Base de maquillaje en un tono incorrecto
Seguro que te sientes identificada con esta situación: compras una base de maquillaje rápido y sin mirar, y cuando llegas a casa te das cuenta de que no se corresponde con el tono de tu piel… y aún así la utilizas. O quizás con esta otra: te compras una base de maquillaje un poco más oscura que tu piel para conseguir un efecto bronceado…
Ninguna de estas dos opciones son lo deseable. En primer lugar, es fundamental que antes de comprarte una base de maquillaje la pruebes sobre tu piel. Y no en el dorso de la mano, ni en la cara interna del brazo. Lo idóneo es probarla en el rostro, concretamente en el corte entre la cara y la mandíbula. escoge dos o tres colores que se aproximen a tu tono de piel, pruébalos sobre el rostro y obsérvalos a la luz: el color que se funda mejor con tu propia piel es el que tienes que elegir. ¿Una opción para acertar seguro? Una 'BB Cream': sus pigmentos son universales y se adaptan a todas las pieles.
Para el segundo problema, debes saber que escogiendo un color oscuro de base no lograrás imitar el efecto de una piel bronceada. De hecho, lo único que conseguirás es un color artificial y nada favorecedor. Utiliza siempre tu tono ideal y, si quieres parecer más bronceada, aplica después unos polvos de sol.

2. Corrector demasiado claro
¿Quién no ha sufrido alguna vez el efecto 'oso panda'? Un corrector más claro que nuestro color de piel puede jugarnos malas pasadas. Lo ideal es usar uno en nuestro mismo tono o, como mucho, uno más claro, y extenderlo bien. Además, es preferible aplicar el corrector después de la base, porque de la manera contraria lo arrastrarás al extender ésta y no servirá para nada.

3. Pintalabios en los dientes
Te arreglas, te pones una barra de labios roja que guardas para las ocasiones especiales, sales a la calle y ¡horror! El rojo ha pasado de tus labios a tus dientes. ¿Te suena? Quizás no sepas que la solución es más fácil de lo que parece. Una vez hayas aplicado el color, introdúcete el dedo índice en la boca y rodéalo con los labios. El color que queda en el dedo es el que podría haber causado el desastre.

4. No protegerse adecuadamente del sol
Estamos ante uno de los 'pecados capitales' de la belleza: salir de casa sin protección solar, no aplicarse crema en la playa para broncearse antes… Debes recordar que el sol afecta a la piel siempre que estemos al aire libre, incluso cuando está nublado. Infórmate de cual es el factor de protección solar que más conviene a tu fototipo y aplícate crema siempre que vayas a estar en el exterior.
Y si vas a tomar el sol, debes protegerte siempre: te broncearás igual con crema solar o sin ella, pero evitarás quemaduras. Y recuerda que lo ideal es aplicar la crema 15 minutos antes de la exposición.

5. No hidratar la piel grasa
Existe la creencia errónea de que las pieles grasas no necesitan hidratación. Sin embargo, es fundamental, ya que de lo contrario las glándulas sebáceas producirán más grasa para compensar la falta de agua y el problema se agravará. Una piel puede ser grasa y estar deshidratada al mismo tiempo, así que lo correcto es escoger una fórmula hidratante libre de aceites y utilizarla dos veces al día, mañana y noche.

6. Máscara de pestañas apelmazada
Hay quién piensa que, cuantas más capas de máscara se apliquen en las pestañas, más volumen tendrán. En realidad, haciendo más de una o dos pasadas lo único que conseguirás es que se formen pegotes nada favorecedores. Lo ideal es cuidar la aplicación para conseguir mejores resultados en menos barridos: coloca el cepillo en la base de las pestañas y realiza un movimiento en zigzag con la máscara paralela al suelo hasta llegar a las puntas.

7. No desmaquillarse antes de dormir
Irse a dormir sin haberse limpiado el rostro es uno de los mayores enemigos de una piel sana. Si no lo haces, los poros quedan obstruidos, no pueden 'respirar' y la piel no se regenera adecuadamente. Para vencer la pereza, puedes recurrir a las toallitas desmaquillantes, aunque no es aconsejable utilizarlas a diario ya que no limpian en profundidad. Lo ideal es buscar una fórmula que resulte agradable de utilizar y con la que te sientas cómoda.

8. Perfilador más oscuro que la barra
Este gran error cosmético parece más propio de épocas pasadas, pero no está de más recordarlo: el tono del perfilador de labios ha de coincidir exactamente con el color de la barra y nunca puede ser más oscuro. Además, no debes salirte de la línea natural de los labios o el resultado será antinatural. Un truco para evitar este error es hacerte con un delineador incoloro, te servirá con cualquier barra y evitará que el color se salga de los labios.

9. Cejas demasiado finas
A veces es difícil acertar con el grosor y la forma de las cejas, lo que puede llevar a depilarlas en exceso. Este error puede llegar a hacerte parecer mayor, además, si lo haces habitualmente, el crecimiento del vello puede verse afectado, lo que podría provocar que tus cejas no volvieran a ser las mismas.
¿La solución? Ponerte en manos de un profesional siempre es una buena opción. Deja que un esteticista de confianza diseñe la mejor forma para tus cejas y depílalas regularmente para mantenerla.

10. Colorete demasiado obvio
El colorete es una herramienta perfecta para conseguir un efecto 'buena cara' y dar forma al rostro. Sin embargo, aplicado en exceso puede ponerte años encima. No utilices las brochas que incluyen los envases de colorete, ya que en la mayoría de los casos son demasiado pequeñas para una correcta aplicación. Invierte en una buena brocha biselada y recuerda la regla de oro: para saber exactamente dónde debes extender el 'blush', sonríe: la parte del pómulo que queda levantada es justo el lugar. Y, por supuesto, difumínalo bien para que quede sutil.