Un dato: 7 de cada 10 menores de 35 años admiten estar demasiado pendientes de su físico por culpa de Instagram. Según el cirujano plástico Antonio Tapia, las intervenciones de cirugía plástica y los procedimientos de medicina estética habrían aumentado un 20% por este motivo. Y si hablamos de influencers, con miles de seguidores en sus cuentas, la cifra es aún mayor. Para muestra, un botón: hace poco la blogger Alexandra Pereira (Lovely Pepa) reconocía abiertamente haberse practicado algún retoque argumentando que sería absurdo negarlo, ya que hay fotos del pasado que podrían delatarla. Por su parte, Kylie Jenner, con solo 20 años, pregona las maravillas que obran los rellenos de labios. Y es que, la imagen de los influencers está en exposición constante lo que ha llevado a muchas a solicitar algunas intervenciones estéticas.

¿Quién pide retoques?

Buena parte de los influencers pertenecen a la generación millennials, entre 25 y 35 años. El perfil de los que se animan a pasar por algún retoque es el de jóvenes de ambos sexos especializados en belleza y moda, de los cuales al menos el 60% son mujeres. "A menudo tienen una imagen distorsionada, porque están acostumbrados a verse en modo selfie, y la auto-foto deforma la imagen y agranda ópticamente zonas prominentes como la nariz", explica el doctor Tapia.

¿Qué se retocan?

Sus preocupaciones estéticas no se centran en el envejecimiento, sino en armonizar proporciones o resultar más sexys. Si hablamos de bisturí, el Dr. Tapia explica que "ambos sexos se preocupan por la nariz, que al quedar en la zona central de la foto es la que más desproporcionada se ve, así que suelen pedirnos reducirla y darle una forma armónica. Le sigue la mirada, que por culpa de una mala iluminación suele verse cansada, con los párpados caídos, más ojeras y bolsas, y con arrugas más marcadas. Ellos y ellas quieren en ocasiones una reducción de papada, que se ve acentuada cuando la foto se toma desde abajo o unas orejas discretas, porque con el selfie espontáneo no siempre tienen ocasión de colocarse el cabello estratégicamente", explica el experto.

Reducción de nariz. "Con una Rinomodelación se puede reducir un caballete prominente –parte del dorso de la nariz-, modificar la anchura de las alas nasales, suavizar asimetrías y elevar la punta nasal, sin necesidad de pasar por un quirófano", asegura el médico estético Moisés Amselem. Esta se lleva a cabo pinchando en el dorso de la nariz ácido hialurónico de alta densidad –Restylane Perlane- o hidroxiapatita cálcica –Radiesse es una sustancia similar al hueso- para corregir los defectos. No requiere anestesia solo la aplicación de frío local. Y los resultados duran un año (Ácido Hilaurónico, desde 330 €. Hidroxiapatita cálcida, desde 400 €).

Párpados caídos, ojeras, bolsas y arrugas marcadas. Plasmage es un equipo que emite una luz fría muy potente capaz de 'vaporizar' el tejido produciendo su estiramiento permanente. "Consigue la retracción de la piel que sobra en los párpados superiores sin necesidad de quitarla. En cuestión de 5 ó 6 días la epidermis se ha regenerado totalmente", asegura el cirujano plástico Ángel Martín. Ofrece muy buenos resultados cuando la flacidez es moderada. Se recomiendan de 1 a 3 sesiones (desde 400 €).

Pómulos proyectados. Es su retoque favorito. "Unos pómulos definidos estilizan el rostro y le aportan proyección, y esto en una foto queda muy patente. Para ello inyectamos inductores del colágeno como la hidroxiapatita cálcica –Radiesse-, un material reabsorbible similar al hueso humano, que estimula la formación de colágeno nuevo" explica la médico estético Concha Albert (desde 500 €).

Bichectomía. Consiste en la extracción de la grasa de los mofletes para afinar el rostro, marcar más los pómulos y proporcionar una cara más angulosa. En Instagram es un reclamo que ha aumentado un 80% para imitar caras tan conocidas como la de Elsa Pataky o Mario Vaquerizo, "La intervención consiste en dos incisiones en el interior de la boca, una a cada lado, a la altura de la parte intermedia; se extraen las bolas, y el resultado es permanente, pues dicha grasa no se vuelve a reproducir", asegura el Dr. Tapia (desde 3.000 €).

Reducción de papada. Belkyra es un fármaco que contiene ácido desoxicólico, una sustancia que microinfiltrada directamente en la grasa de la papada destruye selectivamente las células grasas –adipocitos-. "Con 20 micro-infiltraciones en la zona se consigue una especie de liposucción química. Es muy eficaz cuando la grasa acumulada es moderada", según el cirujano plástico Ahmad Saad. El dolor se controla aplicando antes frío local y los resultados son definitivos. Son necesarias entre 1 y 4 sesiones (desde 520 €).

Orejas más discretas. "Un nuevo implante biocompatible, llamado EarFold, permite corregir las orejas de soplillo en menos de 30 minutos, y con una incorporación y resultados predecibles e inmediatos", según el cirujano plástico Antonio Porcuna. Antes de poner el implante definitivo se coloca uno simulador, llamado PreFold, que moldea el cartílago exterior de la oreja según los deseos del paciente, y una vez decidido el cambio, se realizan unos cortes mínimos y se fijan los clips que sean necesarios para moldear y dar una nueva forma (desde 2.500 €).

Aumento de labios. Con la técnica By-Hialuronic se consiguen unos labios turgentes, hidratados, jugosos y naturales durante 10 meses. "Con ácido hialurónico de alta consistencia se hace un depósito dónde el labio apoya sobre los dientes para que parte de la mucosa que está escondida salga hacia afuera. Después, con un ácido hialurónico de menor peso molecular se rellena tanto la parte carnosa de éstos como el reborde para definirlo", detalla el médico estético José Vicente Lajo (desde 350 €).