Recuerda Andrea Combalia en su libro 'Piel sana in corpore sano' la gran pregunta que todas deberíamos hacernos alguna vez: ¿sabes qué es exactamente un cosmético? Tras esta pregunta, un sinfín de cosas cuyo objetivo es, en esencia, mejorar alguna parte del cuerpo en aspecto, apariencia, color u olor.

"Los cosméticos hacen referencia a la belleza, limpian, perfuman y embellecen la piel. En definitiva, los cosméticos cumplen una función estética", dice la doctora. Y es esto último lo que les convierte en objetos golosos. La pelota del partido de los eslóganes que engañan y los que no. Lo estético nos importa, aunque queramos negarlo. Y el mercado de los cosméticos y en concreto, de las cremas, lo sabe.

El ingrediente estrella

La gran frase. Si esa crema tiene EL INGREDIENTE ESTRELLA, entonces ES LA CREMA. Aunque no tengas ni idea de si a ti te hará bien o no. "Cuando se promociona un producto, se suele incidir mucho en su ingrediente estrella. Ingredientes activos hay muchísimos y, con frecuencia, oímos hablar de ellos sin saber exactamente lo que son, cómo actúan, si funcionan de verdad o si le convienen a nuestra piel. El marketing invade nuestras vidas", dice la doctora Combalia.

En esencia, un cosmético es un conjunto de ingredientes. Y tal y como explica la experta, "un mismo ingrediente puede tener funciones muy diversas. Que un ingrediente tenga más o menos actividad o desarrolle principalmente una función u otra, va a depender en gran parte, de la fórmula final".

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En qué fijarnos cuando compremos una crema

Se trata de conocer en profundidad qué vas a usar en tu piel, del mismo modo que lees los ingredientes de un alimento cuando tienes algún tipo de alergia o cuando, simplemente, quieres comer saludable y te fijas en los azúcares añadidos o las grasas saturadas. Es decir, cuando compremos una crema, hay que fijarse en varias cosas.

  1. Las concentraciones
  2. La estructura de las moléculas
  3. Los excipientes
  4. Su presentación
  5. Su conservación

Sí, lo sabemos, esto no es CSI. Pero en definitiva, lo que la doctora quiere decir cuando nos recuerda estas 5 cosas a la hora de elegir una crema, es tener en cuenta que productos que tengan ingredientes parecidos no tienen por qué ser iguales. Y por otra parte, que debemos considerar cada producto de manera global y no guiarnos sólo por "su ingrediente estrella". Efectivamente, elegir una buena crema es complicado.

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Guido Mieth

Veámoslo con un ejemplo práctico. El ácido glicólico. Si has escuchado hablar de sus bondades, seguro que quieres una pero tienes que saber que, el ácido glicólico en bajas concentraciones y en formato crema sobre una piel seca, puede ser ideal. Sin embargo, si la piel tiene tendencia acneica, es mejor en mayor concentración y en formato gel. Así que no sólo se trata del ingrediente estrella (en este caso, el ácido glicólico), sino también su presentación (crema o gel).

Cuidado con los aceites

Parece que cuando un cosmético está hecho a base de aceites, todo suena más natural y por tanto, mas respetuoso con la piel. Pero una cosa es como suena y otra cosa es la realidad. Y en este punto debes saber dos cosas:

  1. Que no es lo mismo un aceite VEGETAL que un aceite ESENCIAL. "Los primeros se obtienen mediante presión en frío y son ricos en ácidos grasos insaturados, mientras que los segundos se obtienen habitualmente por destilación y contienen compuestos aromáticos volátiles con propiedades asociadas a la planta o al fruto del que proceden", explica la doctora Combalia.
  2. Que los aceites ESENCIALES están MUY concentrados. Es decir, están desaconsejados totalmente por los expertos para aplicarlos directamente sobre la piel, pues se requieren unas precauciones de uso y unos conocimientos sobre ellos muy rigurosos para usarlos.
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Courtesy of Press Office

Los reclamos que nos confunden

Dentro de las estrategias habituales del mercado cosmético que pueden generar confusión a la hora de elegir una crema adecuada para cada uno, la doctora Raquel Marcos Esteban comparte algunos de ellos en su libro 'Belleza con ciencia'.

Vender un cosmético se puede hacer de mil maneras y usando diferentes tipos de estrategias


Los cosmecéuticos

La palabra ya de por sí, impone. "Comúnmente se cataloga como cosmecéutico a cosméticos que tienen un efecto transformador en la piel. Productos que incorporan ingredientes como los retinoides, alfa-hidroxiácidos o despigmentantes. Son productos que podrían estar entre un dispositivo sanitario o medicamente y uno cosmético, lo que se conoce como los productos frontera", explica Marcos. Pero la verdad es la siguiente: según la legislación, los cosmecéuticos no existen y por el momento, es un término meramente publicitario.

La cosmética vegana

Los cosméticos veganos son aquellos que no contienen ingredientes derivados de fuentes animales. Encajan en los estilos de vida veganos y en ocasiones, "se entremezclan con el movimiento libre de tóxicos, pero no están interconectados más allá de las estrategias de las marcas cosméticas", recuerda la doctora Marcos. Es decir, leer "clean beauty" no significa que siempre sea vegano. Aunque pueda serlo.

La etiqueta "No testado en animales"

Cuidado, porque este tipo de reclamos son comunes y a su vez de los que más controversia genera. Desde el año 2013, la Unión Europea determinó que los productos cosméticos terminados y sus ingredientes, no pueden testarse en animales. Es decir, ningún fabricante cosmético en Europa puede basar la seguridad de su crema en los ensayos con animales. Pero hay dos excepciones en esa legislación:

  1. "Cuando el uso del ingrediente está generalizado y no puede sustituirse por otro ingrediente capaz de desempeñar una función similar."
  2. "Cuando se explica el problema específico para la salud humana y se justifica la necesidad de realizar ensayos con animales, todo ello, apoyado por un protocolo de investigación detallado propuesto como base para la evaluación".
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El caso de China

Hay que recordar que en este país, la práctica de los ensayos con animales es todavía muy habitual. Y por ahora, todos aquellos fabricantes que exportan sus productos a este país, pueden someterse a controles de experimentación en animales por el gobierno chino. Y aquí llega la confusión. Aunque los productos de esa empresa sean distintos y no testados en animales, la misma empresa está exportando a China y pueden verse sometidos a experimentos animales. Es la misma empresa esencialmente.

Entonces, ¿qué pasa con la etiqueta 'cruelty free'?

Pues como explica la doctora Marcos, "esta etiqueta no es oficial y al igual que ocurre con los certificados de cosmética natural u orgánica, son otorgados por empresas privadas".

En resumen: la prohibición del testado en animales a nivel mundial, todavía está muy lejos.

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Danielle Skibola
El problema está cuando con nuestra estrategia estamos influyendo en la opinión de los consumidores


La gran confusión: Libre de tóxicos y Clean Beauty

La próxima vez que veas un eslogan con ambas cosas juntas, que sepas que es lo mismo. El objetivo: no usar sustancias aparentemente tóxicas y aunque se han ido poniendo de moda en momentos diferentes, estamos ante términos sinónimos y lo único que generan este tipo de reclamos es confusión.

"Vender un cosmético se puede hacer de mil maneras y usando diferentes tipos de estrategias. El problema está cuando con nuestra propia estrategia estamos influyendo en la opinión de los consumidores, que optan por nuestros productos, no porque libremente escojan, sino porque lo hacen pensando que el resto de los cosméticos pueden ocasionar un riesgo en su salud. Esto se conoce en comunicación como propaganda. Y su único fin, a parte de vender, es persuadir e influenciar al consumidor a que tome una decisión determinada", advierte la doctora Raquel Marcos.

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El 100% natural

Ojo con esto porque también hay cierta confusión. Y es que mientras que nos dejamos llevar por los cantos de sirena de la alimentación 100% natural, pensamos que en cosmética es lo mismo y lo cierto es que no. En la industria, casi todos los ingredientes pasan, al menos, por un método físico-químico de transformación: ya sea en su extracción, purificación o con las reacciones químicas de saponificación en los jabones. Es decir, lo 100% natural en la industria cosmética, simplemente, NO EXISTE.

La etiqueta "SIN"

Como el "sin BPA" en los chupetes o el "sin gluten" en un champú. "El efecto que produce en un usuario desinformado la etiqueta "sin" es plantearse la duda de si el gel que comparte estantería con el que tiene la etiqueta "sin" es mejor o peor y, de ser así, el impacto que puede tener en su salud", dice Marcos.

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Es decir, esta etiqueta tiene un fin: convencer al consumidor, denigrar al competidor. Juego sucio. Especialmente cuando ambos juegan con las mismas reglas. Y aunque en 2017 la Unión Europea se esforzó en regular estas prácticas desleales, siguen siendo comunes.

Cosmética verde y sostenible

Otro de los reclamos más utilizados y que mas confusión generan. Y aunque podríamos pararnos a detallar todos los principios que debe cumplir un cosmético con "química verde", resumámoslo en que "la cosmética verde tiene que ser sostenible no sólo en los ingredientes que lo componen, sino en toda su cadena de suministro y producción", recuerda Marcos. Es decir, que sea sostenible no significa que necesariamente no tenga sulfatos o derivados del petróleo, porque ser sostenible va mucho más allá (comercio justo, gestión de residuos sostenible, transporte, envases, reutilización o biodegradación...

Y como consumidores, sólo vemos el final y pensamos, por ejemplo, que un cosmético libre de envases va a ser más sostenible que otro porque generamos menos deshechos. Pero cuidado: "puede ser, precisamente, el más contaminante", advierte la experta. Lo que se llama "Greenwashing": parece verde, pero no lo es. El ejemplo: un cosmético comercializado en Europa con siliconas sintetizadas en un laboratorio puede ser más sostenible que un aceite de sándalo de la India Occidental procedente de árboles que crecen en Haití o por ejemplo, que un aceite de rosas, para el que se necesitan entre 5 y 10 mil pétalos para producirlo.

Y no es sencillo identificar lo más sostenible hoy en día porque para eso se necesita TRANSPARENCIA. Así que como consumidores con consciencia, como recuerda la doctora Marcos, debemos empezar a ser más críticos con las estrategias de Greenwashing camufladas con etiquetas como la de "sin", "eco" o "bio".

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Oscar Wong
Una buena crema se distingue por la etiqueta de ingredientes

¿Son las cremas más caras, mejores?

No, pero sí, pero no. Vayamos por partes.

En el precio de un cosmético se refleja no sólo la calidad de sus ingredientes, sino también la investigación que hay detrás y... el nombre que la sustenta.

Tras un buen cosmético hay unos ingredientes que han demostrado ser eficaces en los estudios que farmacéuticos, químicos, biólogos, ingenieros y médicos han realizado, además de tener una formulación correcta que permita conservar a la crema todas sus propiedades.

"Desarrollar un cosmético o cosmecéutico requiere tiempo, esfuerzo y muchos conocimientos, Por lo tanto, evidentemente, un buen producto va a tener un coste", dice la doctora Combalia. Y es que, no todo vale y mantener la eficacia y estabilidad de sus ingredientes en el tiempo, requiere de un trabajo no fácil. Hay que desarrollar la textura adecuada, hay que tener en cuenta la adaptabilidad a cada tipo de piel... y todo eso debe pasar después rigurosos controles de calidad y tolerancia. Así que no parece fácil, ni barato.

Pero, "el precio de un cosmético no siempre es directamente proporcional a su eficacia", añade Combalia. Y es aquí donde entra en juego todo lo que te hemos explicado anteriormente, porque en ese eslogan y ese precio, también van incluidos el peso de la marca, su presentación y la imagen, determinantes en su precio final.

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Emma Innocenti

La recomendación de los dermatólogos

Que recuerdes que "una buena crema se distingue por la etiqueta de ingredientes", dice. Y es que, cuando no tengas ni idea, siempre tendrás a los profesionales cosméticos detrás para ayudarte, pues ellos nunca te recomendarán una crema o un cosmético sin un estudio clínico detrás y sabrán al detalle qué le irá mejor a tu piel.

El mercado cosmético está en constante renovación y evolución. Se patentan productos nuevos casi cada día con formulaciones muy interesantes. Así que elegir una buena crema es una tarea especialmente complicada. Y por ello, la necesidad de una buena educación cosmética de base. Ningún reclamo engañoso podrá contigo.