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A finales del año pasado, la web Beauty Pie (beautypie.com) publicó un informe sobre las tendencias de belleza que dominarían en este 2024. Tras analizar millones de datos obtenidos de TikTok, Instagram y Pinterest, así como del histórico de Google, no tuvieron la duda de que en el área de cuidado de la piel había una clara vencedora: la ectoína (sus búsquedas en el portal aumentaron 163%). A pesar de que no se trata de un ingrediente nuevo (en Shiseido lo emplean desde hace más de dos décadas), parece que tiene todas las papeletas para gozar de una próxima época dorada de popularidad y convertirse en todo un reclamo. Y es que, más allá de lo que dicten las redes sociales, las expertas nos explican sus numerosas propiedades.
El adn de la ectoína
«Es un aminoácido producido por ciertas especies de bacterias acostumbradas a vivir bajo condiciones extremas, a las cuales protege de la radiación, la sequedad, el calor o el exceso de salinidad ambiental», responde Consuleo Mohedano, directora de Formación Prestige del Grupo Shiseido.
Destaca por actuar como un antioxidante ejerciendo «una protección natural que mantiene de forma efectiva la estabilidad de las células, previene del daño de los rayos UV-B producen al ADN celular», apunta. Otras voces añaden que esta virtud también es útil frente a las consecuencias de los agentes contaminantes. Sobre otros beneficios que aporta, la Dra. Leticia Alonso, dermatóloga de la Unidad de Dermatología de la Clínica del Grupo Jaén y Grupo Pedro Jaén La Moraleja (grupopedrojaen.com) resalta su capacidad para mejorar el estado de la barrera cutánea (el manto hidrolipídico que recubre la piel para ayudar a evitar la deshidratación y la penetración de agentes que pueden ser dañinos e irritantes) y, gracias a su alta afinidad por el agua, lo considera un gran agente hidratante.
El resultado es que la ectoína es capaz de suavizar la textura de la piel, reafirmar, minimizar el aspecto de las líneas de expresión, reafirmar, optimizar la elasticidad... E incluso paliar los efectos secundarios no deseados de otros tratamientos más agresivos (como ciertos ácidos o los propios retinoides) en cualquier tipo de piel, incluso «sensibles, deshidratadas o irritadas», sostiene la dermatóloga.
Dónde y cómo localizarla
Es frecuente encontrarla en fotoprotectores, fórmulas hidratantes (faciales y corporales), referencias antiaging y en las destinadas para cutis reactivos, con rosácea o atópicos.
En la lista de ingredientes aparece bajo el pseudónimo de ectoin y es probable que lo veas asociado a otros habituales como el ácido hialurónico, las ceramidas o la glicerina, potenciando su acción.
En definitiva, se trata de un auténtico comodín, pero, a pesar de la actual pasión por los activos concretos, Consuelo Mohedano recuerda que «un producto cosmético es algo complejo, hay que saber cómo está formulado, con qué y para qué... Hablar de ingredientes aislados es cero interesante para saber si es eficaz».
Moraleja: analiza con criterio las tendencias de skincare y, en caso de duda, consulta con tu dermatólogo.
