El problema: Las patas de gallo y las arrugas en la zona del párpado inferior, surgen por la propia gesticulación, el paso de los años y las exposiciones al sol y al humo del tabaco, sin gafas.
La solución: La técnica más eficaz para tratar las primeras es el Botox, que relaja las arruguitas de expresión hasta hacerlas desaparecer. “Además, si se infiltra en las zonas adecuadas se pueden subir las cejas y dar un aspecto más joven a la mirada”, asegura el dermatólogo. A los cuatro o cinco meses hay que repetir sesión. Y para las arrugas del surco de la ojera, los nuevos láseres fraccionales, como Icon, producen un calentamiento de la zona que provoca la síntesis de colágeno nuevo, rejuveneciendo la mirada –se conoce como resurfacing-. Son necesarias tres sesiones de media.
Precio: Botox, desde 400 €/sesión. Icon, desde 200 €/sesión.