Hollywood ha hecho que las rupturas en restaurantes sean tan clásicas, que casi podríamos hablar de un género cinematográfico asociado a esta temática. Mientras que ‘Una rubia muy legal’ cuenta con una mítica escena en la que el novio de la protagonista termina la relación al considerar que ella no encaja en su prometedor futuro en Harvard, la reina de las rupturas, Taylor Swift, cuenta en la canción ‘Right Where You Left Me’ una historia parecida.

"Maldito quien prefiere dejarte en tu restaurante preferido y no en un 100 Montaditos"

Pero lo que hoy nos ocupa no es la ruptura en sí, sino qué pasa cuando ese desenlace tiene lugar en tu restaurante preferido y qué hace el equipo del lugar cuando se topa con estas escenas que si bien quedan bien en la gran pantalla, resultan delicadas en la vida real. Incluso existen normas no escritas a seguir para dejar a alguien con dignidad en un restaurante (desde hacerlo en la barra hasta romper antes de pedir, cuando sólo se han pedido las bebidas, por si la cosa se pone tensa -lo hará-), pero cuando eso ocurre, hay algo esencial, vital, humano y responsable ha tener en cuenta: la ruptura no puede ocurrir en un lugar que signifique algo para la pareja ni en el restaurante preferido del que es dejado, porque entonces, se convertirá en un sitio intransitable y prohibido. Que te rompan el corazón ya es lo suficientemente doloroso… ¿De verdad es necesario no poder volver a pedir ese delicioso ramen que te obsesiona y que-no-tiene-servicio-delivery-por-favor-send-help -sí: hablo desde la experiencia- porque tu pareja ha decidido que prefiere la familiaridad que otorga el enclave a dejarte en un 100 Montaditos?

“Cuando una pareja discute, yo me acerco, calladito, a ver si son conscientes de mi presencia"

“Cuando una pareja discute, yo me acerco, calladito, a ver si son conscientes de mi presencia. Si siguen a lo suyo, les doy otros dos minutos. Y también depende de lo acalorado de la discusión”, explica a ‘Elle Gourmet’ Sergio González, jefe de Sala en Terzio.

romper en restaurante
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Cómo romper en un restaurante

Muchas personas deciden romper en lugares públicos para evitar salidas de tono, aunque es sabido por todos que cuando se escucha el primer “crack” del corazón, la razón sale por la puerta y deja paso en ocasiones a una ira ajena a normas y convicciones. Por eso, incluso en internet hay listados de restaurantes idóneos para dejar. Uno de los más populares es (lo sé: si vas a dejar a alguien, quizás te pilla algo lejos y la ruptura te sale cara) Pomodoro, un restaurante italiano que es conocido como "el mejor lugar para romper" después de que Jerry Seinfeld así lo asegurara en la sitcom ‘Seinfield’. “Seinfeld dijo que este es el restaurante perfecto para romper, y nosotros lo llamamos el imbatible italiano”, presume el propio restaurante en su web. Cualquier publicidad gratuita es bienvenida, ¿no?

"Al menos, si rompes en Shake Shack, tu pareja podría llevarse su hamburguesa”

"Hay quienes creen que es más oportuno y cómodo dejar a alguien en un restaurante de barrio en el que es poco probable que se monte una escenita”, explica Peter Coundouris, dueño de Pomodoro, a ‘ABC News’. Al parecer, no le falta razón. “Sería terrible permitir que tu cita se arregle y salga de casa pensando que está a punto de pasar una agradable velada, cuando en realidad está a punto de ser abandonada. Si es el tipo de lugar donde la gente suele ir a comprometerse (imaginemos en esos lugares románticos con manteles blancos), realmente no querrás elegir ese enclave. Es mejor un sitio informal, a una hora tranquila. No querrás ir cuando hay mucha gente y arriesgarte a que tu cita grite obscenidades lo suficientemente fuerte como para que los niños las escuchen. Los buffets serían incómodos. El sushi es demasiado fácil de arrojar a la cabeza. El italiano es demasiado romántico. Ni siquiera pienses en un restaurante francés. Básicamente, te quedas con la comida rápida. Al menos, si rompes en Shake Shack, tu pareja podría llevarse su hamburguesa”, escribe en ‘Eater’ Erin Perkins.

ruptura restaurante
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Rupturas públicas

Este tipo de rupturas son más habituales de lo que cabría esperar, e incluso en las redes sociales hay todo tipo de anécdotas relacionadas. “Dejé a mi novia en un restaurante y la gente pensó que le había pedido matrimonio: se pusieron a aplaudir”, dice un internauta. Ouch.

En la cuenta de X de @soycamarero encontramos el comentario de una comensal que reserva una mesa… Para romper con su novio, como se lo hace saber al establecimiento, al que pide una mesa discreta para no montar un show. “Es para que no le vean llorando”, dice la “considerada” mujer…

Cambia el “no eres tú, soy yo” por “no es el restaurante: el responsable es el-que-ahora-es-tu-ex”

Si te dejan en tu restaurante preferido, ten en cuenta una cosa: el clásico “no eres tú, soy yo” ha de ser cambiado por “no es el restaurante: el responsable es el-que-ahora-es-tu-ex”. De propina, una cosita personal, por si ayuda a alguien. La segunda vez que lo dejé (en esa ocasión, fue él) con el-que-ahora-es-mi-flamante-ex fue en uno de mis lugares preferidos. Ayer tuve una cita ahí. ¿Ha cambiado algo? Nada, porque cuando los camareros te conocen, siempre están de tu lado. Además, del mismo modo que cada ruptura trae aparejada un duelo, si le coges manía a un restaurante, tan solo has de pasar por esas mismas fases hasta lograr reconciliarte.

Pocas cosas son más satisfactorias como volver a enamorarte de tu restaurante preferido

Pocas cosas son más satisfactorias como volver a enamorarte de tu restaurante preferido, incluso cuando tu corazón está hecho un buen tartar. Si la comida es el lenguaje del amor, no hemos de dejar que el desamor sea el que se entrometa en nuestros idilios gastronómicos.