El ritmo latino inunda una de las calles mas vibrantes de Madrid. En pleno barrio de Las Salesas, NOS emerge como un espacio innovador que desafía la gastronomía convencional. Impredecible y provocadora. Así es la cocina de Luis Alejandro Hernández, venezolano de nacimiento y chef por experiencia y pasión.

La innovación se respira en cada concepto de la carta, que combina la esencia latina con el mejor producto mediterráneo. El entorno, intimista y acogedor, destila la elegancia propia de los restaurantes gourmet, título que termina por confirmarse al probar bocado. Cada receta ha sido cuidadosamente diseñada para cautivar el paladar incluso de los más escépticos, desde combinaciones inesperadas en platos aparentemente tradicionales hasta propuestas internacionales bajadas al gusto local.

barra de bar con mesas y vasos de vino
NACHO BORRELLA
vaso de cocktail con pajita y naranja
NACHO BORRELLA

¿Qué podemos encontrar?

Lo nuevo y lo bueno. El chef busca elevar el sabor de la materia prima, protagonista de cada plato. Bajo esta filosofía, crea recetas como los tiraditos de pescado con mango, leche de tigre de mandarina y pimientos asados, el asado negro de carrillera melosa de vaca, con yogurt libio y papas nativas al wok, brioche de steak tartar de vaca rubia gallega, ají cascabel y huevas, los tortellini de gamba blanca de Huelva, y el favorito de los clientes hasta el momento: tacos de picaña madurada.

plato de brioche de steak tartar con copa de vino
NACHO BORRELLA
Brioche de steak tartar
plato de chipirones al wok con copa de vino de fondo
NACHO BORRELLA
Chipirones al wok

Respecto a la oferta dulce, la propuesta diferente se mantiene. Surgen elaboraciones como la torrija de maíz, el ruibarbo con yogurt, miel y flores de saúco, o el chocolate con plátano y cacahuate.

plato de tiradito de pescado con coctel
NACHO BORRELLA


A esto se le añade una selección de vinos nacionales e internacionales, así como cócteles clásicos reinventados y otros originales de la casa, elegidos para maridar cada bocado.

NOS promete convertirse, no ya en el restaurante de moda, sino en un punto de reunión entre los más atrevidos y apasionados del buen comer y beber. O lo que es lo mismo: de la buena vida.