Querido Universo,

Hoy es mi cumpleaños. Se supone que debería estar en Albuquerque -Nuevo Mexico. Al menos, eso es lo que dijo la mujer que me leyó la revolución solar: allí se concentra toda la energía para que este año fluya.

Aquí estoy en el sofá zampándome una bolsa de patatas fritas con una resaca del mil mientras mis hijos ven “La banda del patio”. No me quiero imaginar la que se me viene encima.

Al principio todo me resonaba muchísimo: ¿te puedes creer que en Albuquerque se grabó Breaking Bad y Kill Bill? Por todos los astros, ¡si Heisenberg y Beatrix Kiddo han sido mis referentes durante los últimos años! ya me veía yo vengando mis muertos y atiborrándome a pollo frito en Pollos hermanos.

Por no hablar de los desiertos de Nuevo México adonde se retiró Georgia O Keeffe a pintar. Georgia, mi musa errante, de verdad que la sincronía no podía ser más épica.

Me puse a pillar vuelos mientras releía su biografía: “Le entusiasmaba la plenitud del cielo, las puestas de sol, las nubes y el atardecer”. Me encuentro en pleno Stendhal cuando veo los precios y cierro el ordenador.

Vamos a ver Universo, yo creo en las energías, las casas regentes y lo que tú quieras, pero no tengo el chakra para dejarme dos mil euros de viaje. Además cuéntale tú a mi madre que me voy Albuquerque por mandato de una astróloga: me lleva a rastras a que me exorcisen y a ver quién me cuida a los niños.

En realidad nunca he hecho ni caso a todas estas cosas y a ver, tampoco me ha ido mal…

Mientras te escribo esto, los últimos diez años de mi vida pasan por mi mente como una peli de esas que te enchufan antes de morir. MERDE. Dos de mis cuatro hijos casi palman, soy viuda y el año pasado perdí mi empresa y casi palmo yo. Ay universo, QUE LA HE LIADO OTRA VEZ.

Necesito respuestas pero te tengo que dejar; mis hijos se están dando de leches. Han bramado improperios que no puedo transcribirte porque me han contado que todo lo que uno dice, el karma lo devuelve por tres. Y en fin, bastante he tensado ya la cuerda con lo de Albuquerque.

Aunque te seré franca, mi hijo Nico acaba de soltarme “te kiedo tanto que exploto”. Y mira Universo, no creo que pudiera estar ahora mismo en ningún lugar mejor que este pequeño Big Bang. Lo de las patatas fritas ya lo iremos viendo, pero relax, que hoy es mi cumple.

Lucía Benavente