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No veíamos a tantas celebridades en un mismo espacio desde la pasada gala MET, y por si fuera poco, en este encuentro se ha tenido muy en cuenta otra máxima de la cita de la moda por antonomasia: ‘el dress code’, que en la celebración del 4 de julio era 'total white'. La lista de invitados a la fiesta de Michael Rubin es casi, casi tan sorprendente como el hecho de que en nuestro país, pocos tuviéramos idea de quién es el multi millonario cuya agenda de contactos haría a la de Anna Wintour temblar. Es el fundador y director ejecutivo de Fanatics, una empresa que fabrica y vende productos con licencia en línea para fanáticos de equipos deportivos profesionales y cuenta con más de 150 programas atléticos universitarios de Estados Unidos. ¿La clave de su éxito? Al fabricar la empresa más del 50 por ciento de los productos que vende, puede responder rápidamente a la demanda de los consumidores en tiempo real cuando ante una racha imprevista, la popularidad de un atleta se dispara o un equipo poco acostumbrado a las victorias de repente, despega.
Sus fiestas son siempre tan icónicas que incluso hay celebridades que ofrecen hasta 100.000 dólares por lograr una invitación, y viendo el listado de invitados, no es de extrañar: quien no estaba, no nadie en el mundo del faranduleo internacional. “Nadie hace unas fiestas como las de Michael Rubin”, dijo al día siguiente Tom Brady, que ha asegurado que va a necesitar electrolitos de por vida para recuperarse del fiestón, que se celebró en la mansion de Rubin, valorada en 50 millones de dólares. Situada en los Hamptons, cuenta con unas imponentes vistas a la playa Cameron Beach y tiene siete titánicas habitaciones y cuatro baños. Los eventos de postín forman parte de su ADN, pues su empresa, Fanatics, es conocida por organizar dos fiestas de enmarcadas dentro de la Super Bowl. Una de ellas es un almuerzo para 100 personas que tiene lugar el viernes del fin de semana del evento deportivo, y la otra se celebra el sábado por la noche para 1.000 nombres.
Aunque en las redes sociales ya hay quien ha echado por tierra la celebración (“¿Cómo es posible que estés forrado y tan sólo ofrezcas una tarta de comer?”, ha preguntado un internauta), han sido muchos los rostros conocidos que han dado las gracias públicamente a Rubin en sus redes sociales, algo que rara vez hacen. Su poder es hacer que figuras del espectáculo y de los deportes se reúnan, y en esta ocasión ha reunido a 350 de las personas más famosas del mundo. El año pasado, el listado era de 300. Por cierto, un mensaje para el hater foodie: los asistentes no sólo disfrutaron de la actuación de Usher y de Ne-Yo, sino también de pizzas del templo de la pizza de Brooklyn, Lucali, sushi del icónico Nobu, platos de Cucina Alba y Hart Hous y botellas de champán de 700 dólares y tequila, entre el que por supuesto no faltó el de la marca de Kendall Jenner. Si los multi millonarios no se apoyan entre ellos, ¿quién lo va a hacer? Sí: estábamos siendo irónicos…
Rubin tiene una fortuna estimada de más de 16 mil millones de dólares, por lo que en uno de los hombres más ricos de Estados Unidos. Cada año celebra una “white party” a la que acuden las personas más influyentes del mundo de los deportes y del espectáculo, pero es innegable que este año se ha superado.
Tom Brady, Beyoncé, Jay-Z, Winnie Harlow, Justin y Hailey Bieber, James Corden, Travis Scott, Jennifer Lopez, Ben Affleck, Camila Mendes, Dixie D'Amelio, Kim Kardashian, Kendall Jenner… La lista es interminable, y para los que sigan de cerca las andanzas de las celebridades internacionales, también está repleta de salseos, porque entre los invitados, como no podía ser de otra forma, han coincidido varias ex parejas, varias ex parejas de ex parejas y como guinda del pastel, parejitas que se rumorea que están comenzando. Es el caso de Kim Kardashian y Tom Brady, y ese no es el único titular que nos ha regalado la empresaria y socialité, pues ha coincidido en el encuentro con Chaney Jones, ex novia de su ex marido, Ye. Eso no ha sido lo más grave: han llevado el mismo look en diferentes versiones. El modelo que lleva Kim es un dos piezas de Alaïa que llevó el pasado mes de mayo en negro, y Jones ha apostado por el mismo look en versión vestido.
Una fortuna que se veía venir
Con tan sólo 14 años, Rubin compraba y vendía esquís viejos de la casa de sus padres en los suburbios de Filadelfia. Años después, abrió una tienda minorista llamada Mike's Ski and Sport, y aunque el negocio no tuvo éxito, pasó a revender mercadería liquidada a minoristas, logrando de esta forma pagar las deudas y mejorar sus habilidades dentro del mundo de los negocios.
En 1998 se dio cuenta de que muchos de sus clientes no se desenvolvían bien a la hora de adentrarse en el comercio online, por lo que desarrolló G.S.I. Commerce, un negocio para administrar compras, pagos, cumplimiento y devoluciones digitales. Las cosas le fueron tan bien que entre sus clientes no faltaron marcas de la talla Estée Lauder y Ralph Lauren. En 2011 vendió la empresa a eBay por 2,4 mil millones de dólares, ganando así 180 millones. Mantuvo alguno de los negocios en pie, como Fanatics, obtuvo acuerdos de licencia con ligas deportivas y como señalamos, se especializó en saber responder a las cambiantes necesidades de los consumidores en tiempo real.
Pero no todos es dinero y fiestas: Michael Rubin creó junto a Jay-Z y Meek Mill Reform, una alianza entre empresarios cuya finalidad es reformar el sistema de justicia criminal en Estados Unidos y "reducir drásticamente" el número de personas en libertad provisional, lo que explica su amistad con Kim Kardashian. Exceptuando a los deportistas, desconocemos qué le une con el resto de invitados... ¿La fortuna, quizás?
Reconocemos que no sabíamos quién era Michael Rubin, pero ahora que lo sabemos, tenemos un cometido: que nos invite a su fiesta el año que viene.
