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El verano de los divorcios no podía terminar de otra forma que no fuera una separación mediática, y la de Sophie Turner y Joe Jones ha sido la encargada de poner el broche a la temporada en la que Cupido ha fracasado estrepitosamente. "Después de cuatro maravillosos años de matrimonio, hemos decidido terminar nuestro matrimonio de manera mutua y amistosa. Hay muchas especulaciones sobre el porqué, pero la realidad es que esto es una decisión mutua y los dos deseamos, honestamente, que todo el mundo pueda respetar nuestros deseos de preservar nuestra privacidad y la de nuestros hijos", han explicado en un comunicado que han publicado en sus respectivas cuentas.
La alusiones a las especulaciones no es baladí, pues se está comentado incesantemente que a la actriz le gusta mucho la fiesta, una clara bofetada machista por parte de una sociedad empeñada siempre en culpar a las mujeres. Lo llamativo no ha sido sólo la forma en la que tanta gente se ha precipitado a culpar a la intérprete de ‘Juegos de Tronos’, sino la tristeza que ha despertado la noticia. ¿Por qué tanta gente ha lamentado el divorcio (casi) tanto como el de una pareja de amigos cercana? Para comenzar, por las denominadas relaciones parasociales, un término que acuñó por primera vez en 1956 por los sociólogos Donald Horton y R. Richard Wohl. Hablaron del fenómeno según el cual una persona cree mantener una relación cercana con una persona mediática, una relación que por descontado es unilateral. Aunque cuando se le dio nombre no existían las redes sociales, son estas las que han enfatizado el poder de este tipo de relaciones.
“Los usuarios de redes sociales ven a los influencers y celebridades como gente muy cercana porque comparten con ellos sus viajes, experiencia, éxitos, buenos y malos momentos personales. Pueden comentar sus publicaciones y aunque no les respondan, se genera la sensación de que están hablando con ellos. Entre los mismos usuarios comentan y comparten contenido e incluso discuten entre ellos, y se convierte todo esto en un fenómeno, como vimos con Rosalía y Rauw Alejandro”, explica a ‘Elle’ Fátima Martínez Lçopez, Especialista de Marketing Digital y Social Media.
Es importante lo que señala, pues los vínculos parasociales ayudan a generar conexiones tanto online como de forma física entre gente que comparte intereses similares. "Existe un sentido de pertenencia que surge de ser parte de una comunidad. Las personas que no conocen el fandom a menudo pasan por alto ese aspecto por completo. Para la mayoría de la gente, es una actividad muy comunitaria", explica en 'Time' la psicóloga Lynn Zubernis.
Un estudio de 2017 señaló que las relaciones parasociales pueden ayudar particularmente a los adolescentes a formar una identidad y desarrollar autonomía. Al imaginar relaciones y asociar emociones con personas a distancia, tenemos un "espacio seguro en el que experimentar con diferentes formas de ser", aseguraron sus investigadores. Otros estudios han asegurado que este tipo de relaciones pueden también ayudar a las personas con baja autoestima a sentirse más seguras y acercarse a su yo ideal.
Otro motivo por el que en concreto el desamor entre Turner y Jones entristece a tantos es que su historia comenzó de forma simpática, como si fuera casi parte del guión de una sitcom. “Ni mis amigas ni yo éramos fans de los Jonas Brothers… De hecho, les odiábamos”, confesó hace tres años la actriz a ‘Elle’. El hecho de que fuera el cantante el que decidiera dar el primer paso al enviarle un mensaje privado a través de Instagram no sólo hace que sea prácticamente imposible no sonreír, sino que de alguna forma, nos hace fantasear con la posibilidad de que algún día, alguien (famoso, incluso) haga lo propio.
Sí: las relaciones de las celebridades nos sirven, aunque queramos negarlo, como inspiración y aspiración. Así lo explica Amabel Bardera Rojo, psicóloga general sanitaria y sexología y terapeuta de pareja. “Nos hace felices ver parejas felices, porque es ver algo que creemos que podríamos tener o imitar; lo idealizamos y pensamos que es impenetrable. Por eso cuando estas parejas rompen, algo en nosotros cambia. No es tanto por la pareja en sí, sino porque en ella habíamos puesto nuestras esperanzas e ilusiones y habíamos construido una serie de esquemas en base a lo que creíamos de su relación. Cuando esto se termina, para nosotros es una pérdida de la ilusión y una ruptura de nuestros propios esquemas, por lo que tenemos que elaborar unos distintos”, asegura.
Nos encanta también la forma en la que las parejas de famosos entrelazan en ocasiones sus carreras, como si estos 'matches' laborales estuvieran destinados a ofrecernos una performance exclusiva y privada, si bien es cierto que indudablemente, son conscientes del poder de este tipo de acciones. “Saben bien cómo manejar la comunicación en redes para conseguir viralidad y son conscientes de que los temas del corazón son los que mejor funcionan”, alega Fátima Martínez López, que el 14 de septiembre publica 'Influencer Marketing Curso práctico para agencias, influencers y marcas'. Por eso, cuando Sophie Turner participó en el vídeo del single de los Jonas Brothers ‘Sucker’, junto a Danielle Jonas y Priyanka Chopra Jonas (es decir, junto a las parejas de los hermanos), el amor por la pareja aumentó aún más. Ya no sólo mostraban su cariño en las redes sociales y en la alfombra roja, sino que incluso llevaban su romance a la pantalla.
¿Y qué decir del hecho de que Turner confesara públicamente que su marido fue clave para ayudarle a superar sus problemas de salud mental? Mucho nos tememos que la figura del príncipe azul sigue inmersa en el imaginario popular, y un padre que se desvive por su familia, especialmente en momentos en los que las relaciones tóxicas están tan presentes, es la figura perfecta para alimentar la fantasía de ese amor romántico que tanto daño hace y que cada vez queda más claro es el unicornio del universo de las relaciones…
Si te ha entristecido la noticia del divorcio de Sophie Turner y Joe Jonas, así como el de cualquiera de las parejas que se han separado este verano, no pasa absolutamente nada: la culpa es de las redes sociales y ante todo, del cada vez más fraudulento amor romántico. Cada ruptura de parejas conocidas, de cuyas relaciones en realidad sólo tenemos constancia mediante las publicaciones que hacen en sus redes sociales, donde la felicidad se construye y edita, nos hace preguntaros si el amor para siempre es ya imposible. Lo importante es recordar que separarse no es un fracaso: fracasar es estar junto a quien ya no quieres o no te quiere.
