«Con carácter, hechas a sí mismas, profesionales y con las ideas muy claras a la hora de labrar su camino. Cada una con sus particularidades, pero, al final, todas sensibles y fuertes en la misma medida». Así describe Rosa Tous a su squad, el grupo de mujeres que forma el selecto club de embajadoras de la firma de joyería y al que ponen rostro para nuestras páginas la actriz Sara Sálamo (Santa Cruz de Tenerife, 1992) y la modelo Alba Galocha (Santiago de Compostela, 1990).
En el mes del Día de la Mujer, ellas ejemplifican a la perfección el concepto de sororidad. «Ambas son tremendamente seguras. Son muy diferentes, pero comparten una personalidad arrolladora», continúa la vicepresidenta corporativa de la etiqueta (e hija de sus fundadores). Y añade: «Sara posee una madurez y un temple, pese a lo joven que es, que la hacen estar siempre en su sitio. Mientras que Alba tiene esa aparente ingenuidad que luego desmonta totalmente en las distancias cortas porque es superpoderosa».
Sálamo es de esas personas que impactan por su honestidad y su tenacidad a la hora de defender todo aquello en lo que cree. Firme defensora del medio ambiente, se ha convertido en un verdadero referente del movimiento en Instagram, donde ejerce como portavoz ante casi 900.000 seguidores. «Por medio de un post es muy complicado trasladar el mensaje, dada la polarización que existe en la plataforma. Estoy estudiando dirección de cine: quizás la necesidad de aprender la teoría sobre cómo contar historias tenga que ver con mi empeño en tratar de acercar a otros mi realidad. En este caso, pasando por la ficción. También por eso, para mí es muy importante el compromiso de Tous con la sostenibilidad: cada vez se implican más en este campo, y eso hace que me sienta muy identificada con la firma», explica. Por su parte, Galocha ha convertido la red social –en la que cuenta con casi 95.000 followers– en su particular galería de arte, donde muestra sus fascinantes cuadros bordados: «son casi como pinturas abstractas. Creo que, en la vida, atraviesas una especie de proceso de búsqueda, y llega un momento en el que sientes que has llegado a donde debías. El camino te va guiando. Con la pandemia, al pasar tanto tiempo en casa, aprendí a darle valor a aquello que hacía escondida en mi habitación. Fue un descubrimiento. Sigo trabajando como modelo y la interpretación me fascina, me pasaría el día rodando, pero estudié diseño de moda diez años atrás y la costura es algo que practico desde pequeñita, así que encontrarme con esta materia y con mi faceta artesana ha sido un proceso muy bonito».
Las dos representan a una generación que creció con la figura del emblemático oso de la etiqueta como objeto de deseo y simbolizan, a día de hoy, su renovación. «Pienso que el secreto de Tous reside en que sus propuestas no son excesivas pero siempre tienen algo especial. Para mí, la joya perfecta debe ser discreta aunque con poderío, capaz de despertar tu curiosidad. Nos encontramos en unos momentos en los que todo está cambiando, y saber ajustarse a las nuevas generaciones sin dejar de ser fieles a su historia es admirable», concluye Alba.
De cara a la nueva temporada, la enseña se inspira en los veranos adolescentes y lanza la colección Vibrant Summer, en la que los metales nobles se combinan en una aleación de estilo de lo más innovadora y el color se convierte en el gran protagonista gracias a los juegos de esmalte en tonos pop y a las gemas teñidas en llamativos pigmentos.«Hemos querido darles más vida a las piezas, aportarles mucha luz y personalidad. Al final, las joyas añaden ese último toque a un look, pero también empoderan, poseen la capacidad de hacerte sentir bien. Estoy convencida de que cada mujer les imprime su carácter y se ven completamente diferentes según quien las lleve», explica Rosa. Para prueba esta Tous gang, que, como no podía ser de otra forma, encabeza la joyera catalana.
Cuando la palabra feminismo aparece ante ellas, todas tienen claro que falta mucho por hacer. Para Sara, es la hora de intervenir en la educación, ya que «según las estadísticas, los jóvenes de ahora son más machistas que los de generaciones anteriores». «Es importante tratar el tema no sólo en el colegio –continúa–, también en casa. Ahora que soy madre, veo que mis hijos aprenden lo que les digo y también lo que observan que hago. Por otro lado, en el cine, el teatro o la literatura tenemos una responsabilidad con cómo tratamos el tema. Al final, la gente se identifica con nuestro trabajo, y es importante poner la igualdad sobre la mesa. En muchos círculos no se entienden ni los conceptos básicos, y eso es algo muy grave». Por su parte, Alba se muestra optimista: «Aún queda un largo recorrido, pero siento que estamos avanzando más que nunca. Me parece fundamental destacar la cantidad de mujeres que hay grabando podcasts, levantando la voz, contando sus experiencias, escribiendo... Creo que estamos abriendo definitivamente el camino. Llevábamos ya un tiempo en la tarea, pero ahora parece que hemos abierto las puertas de par en par y hemos dicho: “Aquí estamos”. Da esperanza».
¿Otro concepto importante para ellas? El de la empatía entre mujeres. «Si no nos ayudamos entre nosotras, nadie nos va a ayudar. Al entender que juntas podemos llegar más lejos es cuando, en definitiva, podemos dar grandes pasos», afirma Rosa. A lo que Sara añade: «Es importante deconstruir el argumento con el que nos hicieron crecer, enfrentándonos. Es crucial formar equipo». Para Galocha, la sororidad se basa en «ponerse en la piel de las demás». «Todas tenemos un motivo para comportarnos de una determinada manera –dice–,puede ser más o menos lógica, más o menos emocional, pero creo que es clave entenderla y no juzgar».
Las tres coinciden a la hora de apuntar a sus madres como sus grandes referentes. «Ella me ha acompañado en cada etapa y ha sido determinante durante mis épocas más vulnerables y sensibles, con la maternidad y los dos postpartos», cuenta Sálamo. Alba lo tiene claro: «Si pienso en lo mejor que otra mujer ha hecho por mí, siempre me viene a la mente mi madre, junto con las otras grandes figuras de mi vida, desde mi abuela o mis tías a Ana, la chica que me cuidaba cuando era niña. Me han apoyado en distintos momentos, más o menos difíciles, y siempre han estado para darme un abrazo y aliento». Por supuesto, en la familia Tous no podía ser de otra forma. «Somos cuatro hermanas y tenemos una madre increíble –Rosa Oriol–. Todo lo que he aprendido ha sido de ella, pero también de mis amigas, mis abuelas y, cómo no, mis hijas. Además, trabajo rodeada de mujeres a las que admiro, y ese mensaje se traslada también a nuestras joyas. En España, durante la década de los 70, mi madre se dio cuenta de que la mujer estaba cambiando y se empeñó en crear un tipo de joyería más accesible y asequible, pero no sólo en lo económico, sino también por su facilidad de uso. Ella quiso crear piezas que pudieran usarse de la mañana a la noche, para sentirse bien y sin esperar a que nadie las regalase», concluye la gemóloga. Sin duda, fue dicho y hecho.
