El verano. Qué ganas hay siempre de verano. Y esto se demuestra en el momento de hacer el cambio de armario y recuperar esos vestidos largos, midi y cortos que ya utilizamos el pasado, que nos solucionaron un buen puñado de looks de la mañana a la noche y que ahora vuelven a ocupar una posición privilegiada en el vestidor. Después de una buena temporada vistiendo de entretiempo, estábamos deseando un verano plagado de vestidos. En realidad estábamos deseando un verano a secas con muchas más horas de luz y planes al aire libre, pero la posibilidad de recuperar los mejores vestidos largos, vestidos bohemios de flores, los vestidos cortos drapeados con volantes y los infalibles vestidos camiseros para crear looks ideales -por mencionar solo algunos ejemplos-, eleva cualquier cita a la máxima potencia.
Al igual que no hay verano sin pantalones blancos (y así los visten las expertas), camisetas de rayas, alpargatas, cestas y bolsos de mimbre, no hay verano sin vestidos. En la temporada estival, esta prenda de una sola pieza sale a pasear desprovista de cualquier otra prenda exterior que, con la 'excusa' de abrigar, oculte su belleza. Este es otro de sus puntos a favor: por sí solos completan el look sin necesidad de sumar ninguna otra prenda a la ecuación. Los tipos de escote cambian, las mangas desaparecen o, por el contrario, desarrollan volúmenes y formas arquitectónicas, y el largo pierde o gana centímetros sabiendo que nos jugaremos el éxito del look a esta única carta.
Por todos estos motivos, quien encuentra uno (o muchos) vestidos absolutamente favorecedores a su figura, encuentra un tesoro al que poder sacar partido durante los veranos que están por venir. ¿Existe algún truco que nos asegure este triunfo sin invertir demasiado tiempo? Junto con el método del ensayo y error -es decir, probártelo- que es básico, decidir qué parte de nuestro cuerpo queremos resaltar y cuál no es vital en esta misión, así como elegir los colores que más nos favorecen.
A continuación hemos recopilado 50 vestidos de verano y 50 formas de combinarlos que son pura inspiración, y que te animarán a unirte a este club de las que solo llevaremos vestidos durante los próximos tres meses.
El vestido de verano es una de las piezas más versátiles de la temporada, también si es estampado. Para salir a pasear, a cenar, para disfrutar de las mejores terrazas, para ir de la playa al chiringuito,… No te extrañes si de repente uno de rayas, lunares o flores se convierte en la pieza principal de tu vestuario estival. Un consejo: no dejes escapar los vestidos de estampado de frutas porque tienen un efecto rejuvenecedor.
Son todo ventajas. Estos vestidos neutros se adaptan a todas las pieles, realzando la belleza natural, y se acaban convirtiendo en prendas básicas de fondo de armario que se pueden vestir año tras año. Su elegancia serena los hace sumamente sofisticados, a la vez que su versatilidad nos regala mil y una combinaciones.
Súmate a esta peculiar 'fiebre del oro' que conquista vestidos de todas las siluetas y estampados, desde el street style hasta looks de invitada. Estas tonalidades ayudarán a potenciar el tono de tu piel -y el incipiente bronceado-, además de tener un "efecto buena cara" inmediato. ¿Qué más se puede pedir?
Tonos de inspiración romántica y colores vibrantes. Su patrón es lo de menos siempre que nos sintamos cómodas con él. 'Slip dresses' de inspiración lencera, drapeados estratégicos, mangas abullonadas, vestidos camiseros,… Encuentra el que más se adapta a tus necesidades y llévatelo a todas partes.
El vestido blanco puede convertirse en la panacea de los estilismos veraniegos. No solo son apropiados para la mayoría de las citas del verano, sino que las siguientes versiones sencillas, románticas o estampadas tienen altas probabilidades de convertirse en el 'uniforme del verano'. De este y de todos los veranos venideros.
Rotundamente sí, el color negro también es para el verano. Defendía Coco Chanel en sus lecciones de estilo que el negro es el tono que nunca pasará de moda, y que si hay una prenda atemporal esta será el 'little black dress' o vestido corto negro. Corto, midi o largo, la verdad es que existen pocas prendas que son capaces de adaptarse a fórmulas y estilos tan dispares como esta.