La temporada de los calçots es prácticamente sagrada en Barcelona (la que firma el texto es de Madrid y vive en la Ciudad Condal desde hace demasiado tiempo como para reconocer sin avergonzarse que sigue sin "parlar una mica de català"), y por eso hoy queremos descubrir qué demonios tienen esas cebollas a la brasa para convertirse en el alimento más deseado de cada quedada.

De hecho, en realidad lo realmente mágico de quedar a comer calçots es, además de la parafernalia que conlleva (tener que ponerte un babero suma espectacularidad al encuentro), que se trata de un encuentro social entre amigos o familiares, por lo que podría ser vista como esa cita entre allegados para tomar una buena paella… Con la diferencia de que comer un calçot requiere cierta maña o al menos, unas mini instrucciones en clave Ikea... ¿O no?

"¿El secreto para comer un calçot? Ninguno"

"¿El secreto para comer un calçot? Ninguno. Lo mejor es no tener una idea preconcebida y dejarse llevar por el momento. Para los "novatos" en la materia, nuestro equipo en Mussol siempre está dispuesto a echar una mano y muestra paso a paso en que consiste el: 'Pela-suca-menja' (Pela, chupa y come). Ellos lo hacen "contigo" para que no te sientas un bicho raro y lo disfrutes al máximo, dejando al lago las vergüenzas y protocolos. Lo que queremos es que la gente disfrute y viva la experiencia a su manera y se olvide de todo lo demás” explica Marcos González, Chef ejecutivo deANGrup restaurantes.

calçotada
Restaurante Mussol
La salsa Romesco

Otra duda que ronda la cabeza de quienes presencian esta suerte de 'Midsommar' calçotero por primera vez es si de la calcotada, lo que más gusta en realidad, no es su DELICIOSA salsa, la i-r-r-e-s-i-s-t-i-b-l-e y absolutamente a-d-i-c-t-i-v-a salsa romesco. "La salsa es una parte importantísima de toda calçotada. Da alegría a los calçots y nos permite mojar pan y guarniciones. Es un vicio. Es imprescindible en toda calçotada, y sin duda, es una de las claves. ¿Cuántas veces no hemos visto a la gente mojando sin parar en la salsa incluso cuando han acabado de comer? Además, no hay ninguna igual. Cada uno le pone su toque y su ingrediente especial", comenta el equipo de Moritz Barcelona, cuya fábrica acaba de organizar una divertida calçotada urbana.

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Restaurante Mussol
Así se come un calçot

Lejos de haber adoptado la fórmula secreta de la Coca Cola, los restaurantes Mussol no han dudado en compartir la receta de su salsa romesco, algo que hacen cada año en la campaña de calçots porque a la gente le fascina y porque siempre se la piden, especialmente los extranjeros que visitan Barcelona y la prueban por primera vez.

La salsa romesco de Mussol

Ingredientes

  • 4 tomates maduros
  • 1 cabeza de ajo
  • 3 ñoras
  • 10 almendras tostadas
  • 10 avellanas tostadas
  • 50ml de vinagre suave
  • 250ml de aceite de oliva virgen extra
  • 1 rebanada de pan torrat
  • 1 cucharadita de pimentón dulce (opcional si te gusta el picante)
  • Sal al gusto

El paso a paso

-Se lavan los tomates. Se le hace un corte en cruz y se ponen al horno a 170 grados entre 45 minutos y 1 hora junto a la cabeza de ajos.

-Se dejan reposar y enfriar antes de pelar todo

-La noche anterior se ponen a rehidratar las ñoras. Una vez rehidratadas se saca la carne de ñora con la ayuda de una cucharilla.

-Tostar los frutos secos.

-Introducir todo en un vaso de batidora, los tomates, los ajos pelados, los frutos secos, el aceite y el vinagre, el pimentón y el pan tostado.

-Triturar muy bien.

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La calçotada full experience

Prueba de que comer calçots es todo un ritual destinado a las risas y a la compañía es que la venta de los mismos se dispara durante los fines de semana. "Sin duda alguna, las calçotadas son mucho más que un evento gastronómico. Las calçotadas van de disfrutar, de compartir y de divertirse. Supone encontrarse con los amigos y pasar el día, porque una calçotada no dura una hora. Empieza con las cervecitas mientras se preparan los calçots, la charla, las anécdotas... Es algo prácticamente ceremonial, litúrgico. Luego llegan los segundos, postres, el baile, la diversión y la sobremesa que puede alargarse horas. En la calçotada urbana de la Fàbrica Moritz Barcelona llevamos todo lo bueno de estas ceremonias al centro de la ciudad y lo animamos con la rumba de Arrels de Gràcia, para que todo el mundo acabe bailando", dice el team de Moritz Barcelona.

calçots
Restaurante Mussol

Al leer acerca de las cervecitas previas, nos ha entrado ciertas ganas de tapeo y de saber con que podemos acompañar a los calçots. "Nosotros ofrecemos una calçotada básica, sólo con calçots, y otra vegana y festival. Si optas por una opción vegetariana, recomendaríamos: Coliflor marinada y asada al horno y guarniciones de patata asada, judía de Santa Pau con ajo y perejil y ensalada de col. Para la opción "festival" no pueden faltar el codillo de cerdo a la mostaza y las guarniciones de patata asada, la ensalada de col y la judía de Santa Pau con panceta y ajo. Estos combos son perfectos para disfrutar de una calçotada completa", aseguran desde Moritz Barcelona.

Por su parte Marcos González continúa con los postres y con los vinos. "No nos podemos olvidar del vino DO Catalunya Marmellans y de una crema catalana bien quemada o un sorbete de limón, para hacer bajar tal manjar. Para cerrar la fiesta, en Mussol invitamos al porronet de moscatel, un vino dulce típico catalán que acompaña las sobremesas de nuestros clientes junto al café o al postre", asegura. Creo que voy a ir reservando mesa para el fin de semana YA…

Y quien no viva en Barcelona, que no se altere, por favor: cada vez más los restaurantes incorporan los calçots a sus cartas en estas fechas fuera de Cataluña.

Para terminar, una advertencia para principiantes: si es tu primera vez, hay un 99 % de posibilidades de que termines en el Instagram de alguno de tus amigos comiendo un calçot. La imagen no la recomendamos ni para LinkedIn, ni para Tinder, pero sí para el recuerdo.