Siempre vigente e incluso más tendencia que nunca, el jersey a rayas, la marinière o el suéter más icónico del estilo francés, viene a resolver muchos de los registros que suelen plantearse durante el periodo de transición entre estaciones. Marca el final del verano, especialmente aquellas mañanas y tardes a última hora susceptibles de experimentar esa gustosa sensación de echarse un suéter de punto ligero o jersey sobre los hombros. ¿Se antoja, quizá, algo trillado o aburrido? Puede que sea el riesgo de apostar clásicos tan rotundos como el que hoy nos ocupa. Sin embargo, hace meses que tanto la pasarela como las influyentes de la industria nos vienen dictando lecciones de estilo sencillas e impecables con el jersey a rayas como pieza clave, a través de ciertos giros de estilo que lo renuevan y nos animan a redescubrirlo en nuestros respectivos guardarropas.
El primero de ellos, la reinterpretación de Céline con un gran cuello de cremallera y amplias mangas para la temporada FW 20-21, ha sido determinante para que la pasada primavera un buen puñado de marcas accesibles propusieran abrazar la renovación del clásico jersey bretón. Seis meses después, las consignas estéticas se repiten: si en los imprevisibles días primaverales se venía declinando desde manera más sencilla y normativa, en una especie de vuelta a lo esencial con vaqueros (denim azul, blanco o negro) o pantalones/leggings de color negro, el paso gradual del verano al otoño se está planteando de manera muy similar, ateniéndonos al feed de las redes sociales, de la mano de mini faldas, bermudas y vestidos satinados. Y todo ello, claro está, aderezado con el favorecedor tono bronceado que las vacaciones han dejado sobre la piel de la mayoría, preparadas para afrontar con actitud el back to school.
El cuello alto y holgado supone otra vuelta de tuerca que puede refrescar los registros de siempre, sobre todo si comenzamos a meternos en esas circunstancias en que el otoño deja ver su faceta más auténtica, parecida a las elecciones que hemos podido avistar este verano en las principales ciudades europeas de la moda. ¿Cómo declinarlo para conseguir looks sencillos y ponibles, pero con un punto singular, diferente, para afrontar la gradual bajada de temperaturas? Nada más simple que añadirlo sin esfuerzo a los registros veraniegos que hemos venido exhibiendo a lo largo de los tres últimos meses, según las indicaciones de las insiders más notorias. Nota: el plus de estilo viene de la mano de gestos tan únicos como colocarlo sobre los hombros, llevar el cuello con la cremallera abierta, el cuello cisne a medio enrollar o la inclusión de accesorios de verano como sandalias planas y capazos de paja. Para todo lo demás, estas son las fórmulas que mejor funcionan y que puedes comenzar a llevar a la de ya:
Asomando bajo una blazer fluida
Para mantener el efecto estival, elige un traje sastre con pantalón en color blanco roto o crudo.
Con vaqueros cropped flared
Imprescindible mostrar los tobillos con unas palas planas o mules con taconcito.
Con mini falda
En negro o denim, nos encanta el jersey a rayas con cuello polo abierto y mocasines o bailarinas planas.
Con pantalón fluido y tank top
Solo queda colocarlo sobre los hombros y continuar el romance veraniego con unas flip flops de plataforma.
Sobre un vestido lencero´
Probablemente no haya combinación más sugerente. El juego entre masculino y femenino en esta combinación resulta sublime.
Con bermudas
En blanco, colores tierra, en denim... Pero integrándolo de manera casual sobre los hombros, reservándolo para el fresco del atardecer.
Con vaqueros baggy
Y el toque femenino y delicado de unas bailarinas bicolor.
