- Louis Vuitton deja huella en Seúl con su desfile Pre-Fall 2023
- 10 tendencias que seguiremos según la semana de la moda de Copenhague
El glamour de París, la sofisticación de Milán, la vanguardia de Londres, la transgresión de Nueva York... las grandes capitales de la moda sobre las que tradicionalmente se ha cimentado la industria encapsulan una personalidad propia y reconocible, un logro que les ha permitido situarse como epicentro del sector desde hace décadas e incluso siglos en el caso de la capital francesa. Sin embargo, en los últimos años, el tablero fashionista ha empezado a transformarse y nuevas ciudades se postulan como referentes a la hora de exportar tendencias, diseñadores y, sobre todo, un estilo característico y codiciado. De Copenhague a Seúl o Lagos, el nuevo escenario está más globalizado que nunca.
'Hallyu', la ola coreana llega a la moda
La cultura surcoreana (y su industria cosmética) fascina al mundo y la moda tampoco se ha resistido a sus encantos. El país asiático triunfa con sus telenovelas, su música (el fenómeno del K-pop es imparable) sus películas y, en los últimos tiempos, ha conseguido multiplicar la visibilidad de su semana de la moda. Los asistentes a los desfiles de la fashion week surcoreana reflejan una forma de vestir que, si bien está más próxima a los códigos estéticos de occidente que a la moda tradicional del país, funciona como un soplo de aire fresco. La ola coreana o hallyu, como se conoce al fenómeno que da nombre a la popularidad de todo lo relacionado con Corea del Sur, adquiere cada vez mayor altura y las firmas de lujo lo confirman. A finales de abril, Louis Vuitton presentaba su desfile Prefall 2023 en Seúl, donde la firma francesa cuenta con 18 puntos de venta. El escenario escogido para desvelar la colección fue el puente de Jamsugyo sobre el río Hangang de Seúl. Además, el encargado de la escenografía fue el director de la exitosa serie El juego del calamar, Hwang Dong-hyuk y la modelo que abrió el show, Hoyeon Jung, una de las protagonistas de la ficción de Netflix.
El interés de las firmas por la ciudad asiática viene de lejos. En 2015, Chanel ya presentó su desfile Crucero en la plaza Dongdaeum Design de Seúl y Dior hizo lo mismo hace justo un año con su colección Prefall 2022, desvelada en la universidad Ewha Womans. El nexo del lujo con Corea no se limita a Seúl ni a los desfiles. En los últimos meses, las grandes marcas han fichado como embajadores a súper estrellas del K-Pop, una estrategia que ha acercado a las firmas al público más joven y que ha disparado su visibilidad en redes sociales. Por ejemplo, la cantante Jisoo de Blackpink es imagen de Dior y cada vez que acude a uno de los shows de la marca, el revuelo de fans está servido. Jennie, otra de las integrantes de la famosa girl band, es imagen mundial de Chanel desde 2021, mientras que J-hope, uno de los chicos de BTS, el grupo de K-pop más famoso del mundo, fue fichado como embajador de Louis Vuitton este febrero y su compañero Jung Kook en Calvin Klein.
A todo ello se suma el creciente interés por los diseñadores surcoreanos, con un aluvión de marcas que construyen un horizonte de lo más prometedor para la K-Fashion. La firma Minjukim, con sus diseños etéreos y románticos, es una de las más exitosas del momento.
Lagos, el epicentro de la moda en África
A más de 12.000 kilómetros de Seúl, en una ciudad completamente diferente, se está fraguando una incipiente industria de la moda que ya se postula como el motor del sector en el continente africano. Nos referimos a Lagos. La capital de Nigeria celebra desde 2011 una semana de la moda propia y muchos de sus diseñadores emergentes han logrado hacerse un sitio en el armario de mujeres tan influyentes como Beyoncé o Michelle Obama. Algunos de estos nombres inician su carrera en Nigeria para después dar el salto al circuito europeo en ciudades como Londres o en el continente americano en la semana de la moda de Nueva York. Entre las celebridades que han apoyado a la moda nigeriana en los últimos años encontramos, como decíamos, a Beyoncé. Por ejemplo, la cantante confió en 2020 en los coloridos trajes de EnaGancio, diseñador nigeriano afincado en Houston. Y en el caso de la exprimera dama Michelle Obama, dio visibilidad a Amaka Osakwe, de la firma Maki Oh, uno de los sellos nigerianos con mayor proyección, en parte gracias a la popularidad que ha conferido a la firma vestir a Michelle Obama y estrellas como Lupita Nyong'o, Solange, Lady Gaga o la propia Beyoncé. Si bien la diseñadora es de origen nigeriano y utiliza textiles tradicionales de la forma de vestir de su país para dar forma a sus creaciones, normalmente presenta sus colecciones en Nueva York o Londres. Mención aparte merece el reconocido Kenneth Ize, que presentó su primera colección en la semana de la moda de Lagos en 2013, y debutó en París siete años más tarde. Él también forma parte de esa generación de jóvenes talentos que han contribuido a sitúar Lagos en el nuevo mapa de la moda.
El desarrollo del negocio de la moda en Nigeria no solo se refleja en el talento de sus diseñadores, también en las empresas que empiezan a florecer en torno al sector. Un ejemplo lo encontramos en Alára, la primera tienda conceptual de África occidental, ubicada en Victoria Island, cerca de Lagos. Fue fundada en 2014 por la abogada y empresaria británico-nigeriana Reni Folawiyo y se ha convertido en lugar de peregrinación para los amantes de la moda de lujo, con espacio dedicado al diseño y al arte. Además de firmas de lujo como Valentino o Stella McCartney, por descontado hay una presencia destacada de diseñadores nigerianos y de otros países del continente. Su éxito y relevancia es tal que Folawiyo fue incluida en la prestigiosa lista BoF500 del portal Business of Fashion, donde se reconoce el trabajo de las personalidades más influyentes de la industria de la moda a nivel global.
Copenhague, punto de encuentro del estilo nórdico
Ganni, Stine Goya, Rotate, Saks Potts... el número de firmas danesas de éxito internacional se amplía año tras año. La industria de la moda nórdica está en plena forma y la semana de la moda de ciudades como Estocolmo o Copenhague lo dejan más que claro desde hace años. La evolución, especialmente de la fashion week danesa, dirigida por Cecilie Thorsmark, está estrechamente vinculada a la apuesta del sector por la moda sostenible, reflejado en algunas de las exigencias que deben cumplir las marcas que participan en esta pasarela, entre las que destacan la obligación de no usar plásticos de un solo uso y emplear al menos un 50% de materiales reciclados en las colecciones presentadas.
Si el estilo escandinavo ya marcaba tendencia en el ámbito del diseño o la decoración, gracias a las redes sociales se ha viralizado esta forma de vestir repleta de contrastes. Por un lado, encontramos a las prescriptoras de estilo abanderadas del minimalismo más depurado, lo que podríamos llamar hoy en día lujo silencioso (aunque a veces su gusto por los logos entra en conflicto con esta etiqueta). En este primer grupo encontraríamos a la todopoderosa Pernille Teisbaek, la reina del street style danés. Por otro lado, estilistas como Emili Sindlev reflejan otra forma de vestir repleta de color, mezclas audaces y grandilocuencia estética. Paradójicamente, estos dos estilos tan diferenciados son los que más se repiten entre las invitadas a las semanas de la moda de estas ciudades. Queda claro que la inspiración a la hora de vestir ya no se rige por los códigos de siempre y que cada una puede encontrar su estilo personal y su forma de entender la moda en el sitio más insospechado.
