Qué ocurre cuando la idea de estar permanentemente de fiesta no va demasiado con tu forma de ser y Mango te pide que diseñes una cápsula nocturna donde la palabra party está incluida en el briefing? Que la colección resultante es puro equilibrio, digna de las fiestas más especiales de la temporada (moderna y chispeante) y, al mismo tiempo, tan versátil y atemporal que seguirá estando vigente tiempo después, en (casi) cualquier momento y (casi) cualquier lugar. La influencer colombiana, afincada en Miami, Jen Ceballos es la artífice de esta carambola estilística y del destino, una mujer que un día decidió seguir las señales de su particular estrella de Oriente, una que la atraía como un imán hacia el universo fashion, dando un motivo más para que su familia la tildara de rebelde.
Abandonó la carrera de Diseño en Colombia para trasladarse a Estados Unidos y allí comenzó su idilio con la moda –y con su novio, Cory, su partner in crime y quien le hace las fotos para su perfil de Instagram–. Con la idea de ahorrar para poder ir a la Universidad de Nueva York, entró a trabajar en una boutique multimarca de Florida, donde descubrió firmas maravillosas con las que se identificaba y, dejándose fluir, cambió de opinión. Empezó a crear contenido, haciendo al mismo tiempo de modelo, para las marcas que vendía en la tienda, se lo tomó en serio desarrollando su pasión y así arrancó una aventura que dura hasta hoy. A sus 31 años su nombre resuena entre las jóvenes influencers de la moda internacional. ¿Su última parada? La colección de fiesta Jen Ceballos x Mango que ella misma ha diseñado y que verá la luz el próximo 2 de noviembre. «Cada pieza es absolutamente fiel a mi gusto. No soy una persona que va de fiesta en fiesta, pero cuando voy a una deben cumplirse dos criterios: estar cómoda y llamar un poquito la atención», confiesa con voz suave.
Su perfil de Instagram, @endlesslyloveclub, es un moodbard perfecto de estilo minimalista y limpieza estética con dosis añadidas de candidez sugerente y sexy, pero en su justa medida, «si no, no sería yo», confiesa. Ese equilibrio tan íntimo se traslada a la colección, apostando por una elegancia juvenil, pero relajada y sin esfuerzo donde priman los vestidos lenceros –su favorito es largo, metalizado, con tirantes y espalda al descubierto–, tops con escotes pronunciados, minis muy minis y abrigos muy largos que cumplen con el sueño de cualquier invitada.
¿Qué referencias has utilizado a la hora de inspirarte?
Ninguna concreta, pero me llama mucho la atención el estilo de finales de los noventa y principios de los dos mil, de ahí la clara inclinación hacia los slipdresses, el talle bajo y las líneas minimal de aquellos años.
¿En qué ha cambiado tu vida desde que apostaste por la moda?
Principalmente en los viajes y en la cantidad de conexiones interesantes que hago. Siento una gran admiración por toda la gente que voy conociendo y es ahí donde absorbo y aprendo cuanto puedo. Siempre me he sentido una persona muy libre, eso no ha cambiado, pero por dentro me he transformado bastante. Las experiencias son otras y mi interior se va nutriendo de ellas.
Tus redes sociales desprenden una imagen de mujer seria, ¿lo eres?
No tanto, pero me pongo una coraza, mi personalidad es más bien reservada. Tengo que estar segura de la persona que tengo enfrente para abrirme. Me encanta conocer gente, pero los small talks me aburren, prefiero las conversaciones largas.
Detrás de ese blindaje, ¿se esconde alguien de armas tomar?
Desde pequeña siempre he querido ser yo misma, nunca me ha gustado hacer lo que los demás me dictan, por eso conocerme y ser honesta conmigo ha supuesto mi mayor reto. Desde ese lugar, me construyo cada día y tengo una relación interior y espiritual que se proyecta hacia fuera.
No debe resultar sencillo trabajando en moda y utilizando las redes sociales como escaparate...
Fui muy naíf cuando empecé a exponerme. Pensé que con el trabajo mental y espiritual sería suficiente, pero sufrí un golpe de realidad, incluso me he sentido obligada a ser de una determinada manera para encajar. Amo las cosas materiales, me apasiona la ropa, pero son cosas... Por eso me esfuerzo en volver a mi centro para no perder el norte y lo que me trajo hasta aquí.
¿Cómo lo consigues?
Con una rutina diaria. Escribo mis pensamientos, hago ejercicio como necesidad mental y practico la respiración consciente. Es la única manera de no perderme y vencer la ansiedad que todos tenemos a veces. Hay un libro que siempre viaja conmigo porque me calma y arrulla, The Untethered Soul. Creo que los cuerpos son olas que suben y bajan y no siempre puedes ser tu mejor versión, pero basta con aceptar también esos momentos, sin dejarse boicotear por la mente.
¿Utilizas el ejercicio como terapia?
Pues no lo había pensado nunca, pe-ro creo que sí. Empezar la jornada entrenando me asegura un día feliz. Corriendo me siento más creativa, también hago rutinas de estiramiento y ejercicios anaeróbicos.
¿Con qué marcas te identificas?
Saint Laurent, The Row y Khaite son mis favoritas. Como ocurre con Mango, tienen un estilo sublime y elegante, cómodo y atemporal.
¿Cómo te ves en 10 años?
Con una familia grande, con cuatro hijos y una casa enorme con piscina en Florida, donde me pueda esconder cuando lo necesite.
*MAQUILLAJE Y PELUQUERÍA: PEDRO CEDEÑO (NS MANAGEMENT) PAR L´ORÉAL PROFESSIONNEL. AGRADECIMIENTOS: HOTEL BLESS MADRID.
