Porque aunque ahora hayan pasado a un segundo plano desterrados por los modelos más anchos, los vaqueros pitillo siempre formará parte del armario cápsula de cualquier mujer. Son femeninos, estilizan las piernas, marcan curvas y -por qué no decirlo- definitivamente hacen tipazo. Son un imprescindible para todas las mujeres, independientemente del tipo de cuerpo, de la edad o de lo que dicten las últimas tendencias en moda. Y Belén Rueda ha sido la encargada de recordarnos el porqué de su éxito con un look compuesto por básicosque calificamos de matrícula de honor.

A sus 57 años, la protagonista de 'La familia perfecta' enseña cómo llevar de la manera más favorecedora aquellos vaqueros pitillo que tenemos guardados en el fondo de nuestro armario. Y ojo, porque se trata de un conjunto tan infalible, que perfectamente podría llevarlo una persona de 20, 30, 40, 50, 60 años... La edad, con este estilismo, es lo de menos.

La madrileña lucía impecable frente a las cámaras días más tarde de someterse a una operación para solucionar la presbicia que la venía acompañando desde hace una década. Y para la ocasión, ha tirado de las prendas básicas que no pueden faltar en el guardarropa de ninguna mujer: una camisa blanca, una americana negra y unos tacones de lo más alegres.

belén rueda con vaqueros pitillo a sus 57 años
Sergio R Moreno
belén rueda con vaqueros pitillo a sus 57 años
Sergio R Moreno

Con su estilismo, la artista nos ha creado la necesidad de volver a utilizar nuestros queridos skinny jeans que tanto tiempo hemos dejado atrás y darles una nueva oportunidad.

Belén Rueda formulaba así un look de sobresaliente elaborado por las prendas más simples. La zona superior, conformada por una camisa blanca básica con cierto diseño ligeramente oversize y completamente por fuera del pantalón y, sobre esta, una clásica americana negra, abierta, y cuyos puños de la camisa asomen remangados por encima de ella. En cuanto a la zona inferior, no hay sorpresa, unos vaqueros completamente pitillo que se ciñan a las piernas con un efecto de segunda piel, pero... con el bajo remangado para conseguir un corte de lo más favorecedor.

Un detalle que se potencia, a su vez, con la elección de llevar unas sandalias de tacón (preferiblemente fino) para estilizar al máximo la figura y, en este caso, darle un poco de color al outfit.