lucia rivera
Mario Sierra
Rebeca de punto y top, pantalón de seda, gorrito y maxipendientes, todo de Emporio Armani.

Lucía Rivera Romero (Gijón, 1998) lo tiene claro: «O me amas o me odias, pero creo que no hay un término medio en el que caiga simplemente mal o bien. La experiencia me ha demostrado que soy ese tipo de persona». Y es que, a sus 25 años, ha vivido un cúmulo de experiencias tan diversas que la han subido a su particular montaña rusa de emociones, un viaje intermitente que la ha llevado a encontrar ayuda en la terapia, a escribir hasta un libro autobiográfico (Nada es lo que parece, 2023) y a marcharse a Milán, donde reside desde hace menos de un mes, en busca de trabajo y, especialmente, de calma y anonimato. Todo lo contrario a la fama que le persigue desde que, a sus dos años de edad, su madre, la modelo Blanca Romero, se casó con el torero Cayetano Rivera y este decidió adoptarla. En ese momento, Lucía pasó a tener un padre (el biológico no formaba parte de su vida) y un lugar, para nada buscado, en el papel couché. «En el colegio era la hija de y todos conocían mi vida. Pero, gracias a Cayetano, no tuve la sensación de abandono paterno». Y ahora, con la mente tranquila y enfocada en ella misma, posa para ELLE por las calles de la capital italiana, mientras demuestra sus dotes de modelo y su profesionalidad (damos fe de ello) enfundada en looks de Emporio Armani. En el camino nos habla de sus vivencias, de su carrera y de lo que más le importa: cómo se siente. ¿Veredicto tras la charla? La amamos.

¿Has venido a Milán buscando o huyendo?

Las dos cosas. Quiero alejarme del estigma de enchufada que me persigue en España. Aquí nadie conoce mis apellidos, soy una modelo más, y es maravilloso. Estoy orgullosa del esfuerzo que he hecho, he vivido sola desde los 14 años y me he buscado la vida trabajando sin pedir nada a mis padres. Yo lo tengo claro, pero parece que el resto no.

¿Te está tratando bien la ciudad?

No te voy a mentir. Hay días en los que quiero echar a correr y volver a casa por la soledad que siento. Estoy en los castings esperando y me pongo a mirar vuelos de vuelta. Pero luego hay cosas que lo compensan, como las fotos de hoy. Esta profesión resulta muy dura en ocasiones, y es algo que me gustaría que se explicara de verdad, la sensación de estar alerta todo el rato y el vaivén de emociones y de economía brutal. Aunque bueno, es como mi biografía, que siempre ha sido un sube y baja en todos los aspectos (risas). Por eso disfruto la vida nómada de modelo, porque yo siempre la tuve.

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Mario Sierra
Maxivestido, pulseras y zapatos, todo de Emporio Armani.

¿Has estado subida en una montaña rusa vital?

En el colegio siempre fui la delgada, la adoptada, la famosilla y la nueva, ¡cambié 11 veces de centro! Desde pequeña, he ido a terapia porque mi infancia fue, desde mi punto de vista, una locura. Con tu abuela, ahora con tu madre, ahora tus padres se divorcian, ahora aparece tu padre biológico... Vives en Asturias, luego en Madrid... Mis compañeros me decían que Cayetano no era mi padre y muchas cosas más, y en ese momento, como eres una niña, te lo repiten tantas veces que te lo acabas creyendo. Pero ahora ya tengo una edad en la que nadie va a venir a decirme que no lo es. El cerebro es muy sabio y, cuando siente sufrimiento, dice: «¿Para qué?».

Pero aparentas ser una mujer muy fuerte...

Pienso que la gente siempre tiene una impresión de mí muy diferente a la realidad. Que soy impulsiva, clara y sincera creo que se me nota (risas). Eso tiene su lado bueno y malo. En mí hay una parte dura, pero a la vez soy muy sensible y observadora, quizá por eso me afectan más las cosas, porque me doy cuenta de todo.

Y tu sensibilidad la plasmaste en una autobiografía, ¿verdad?

Sí. Escribirla fue mi mayor terapia. Viéndolo con perspectiva, más que para contar mis experiencias creo que la escribí para aceptarlas. Me quedé vacía al publicarla. Trataba mis problemas de anorexia, ansiedad, violencia de género, salud mental... Hablaba de feminismo. Iba sobre muchas cosas que sufren las personas de nuestra generación. Opino que es un libro muy valioso y no se entendió.

Cuando comparto mis síntomas de ansiedad es para intentar normalizarlo. Me duele que lo interpreten como algo
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Mario Sierra
Conjunto de chaleco y pantalón en seda, sandalias y pulseras, todo de Emporio Armani.

¿En qué sentido crees que no llegó tu mensaje?

Lo reventaron por una frase en la que hablaba de mis problemas familiares con una persona cercana, pero los medios se centraron en eso y fueron muy duros conmigo. Cuando ves que algo que te importa de verdad se transforma en lo que no quieres y se dan otros mensajes, no es nada agradable. Así que corté la promoción; en ella me sentí todavía más desnuda que escribiéndolo.

¿En qué más te sentiste atacada?

Yo me comparo con mis amigas y siento que soy una señora mayor en un cuerpo joven por todo lo que he vivido, pero se me cuestiona por hablar. No vengo a decir que mi vida sea muy dura, aunque para mí lo ha sido. Sé que todos tenemos problemas y soy consciente de que no he pasado una guerra civil, no me equiparo con nadie, pero tengo derecho a explicar que no ha sido fácil sin que me juzguen.

¿Contaste tus vivencias?

Hay gente que me dijo que lo que relato en las páginas es muy dramático, pero para mí es algo normal, es mi vida, lo que mi mente y mi cuerpo sufrieron.

lucia rivera
Mario Sierra
Conjunto de chaqueta y ‘shorts’, chaleco cruzado, gafas, bolso de lino y sandalias, todo de Emporio Armani.

Y en parte, ¿crees que todo viene provocado por tu fama?

Al haber sido un personaje público desde tan pequeña, entiendo ciertas cosas como lógicas que quizá no lo son, como que la gente ame u odie a mi padre sin conocerlo, o que sientan que saben todo de nuestra vida.

Dices que a veces odian a tus padres, pero que en muchas ocasiones los aman, ¿cómo lo llevas?

Soy consciente de que mis padres son guapos, pero no lo expreses en un término sexualizado, ¡son mis padres! (risas). Me dicen: «Quiero casarme con tu padre», o «qué buena está tu madre...». Pero ojalá sólo fuera eso (risas).

¿Qué tienes de ellos?

De mi madre, la voz, sin duda, y de mi padre, Cayetano, la calma, aunque mi cabeza vaya a mil revoluciones.

¿Qué es para ti la familia?

Yo vengo de una desestructurada, y lo digo abiertamente, porque pienso que hay que normalizar la palabra. Es una familia algo distinta al resto, pero mi relación con ella es muy buena. Adoro a mi madre, aunque soy más su hermana que su hija, y en el 80% de las ocasiones parezco yo su madre (risas).

¿Esperas crear la tuya propia algún día?

Sí, y tengo muy claro que sobre todo le daré estabilidad a mi hijo, y que voy a ser extremadamente protectora.

lucia rivera
Mario Sierra
Conjunto de blusa de gasa, top, pantalón de lino, bolsito de paja y botines, todo de Emporio Armani.

*Maquillaje: Chiara Guizzetti (Green Apple).
*Peluquería: Florianna Cappucci (Green Apple).
*Vídeo y edición: Antonio Rubio.
*Agradecimientos a Hotel ME Milán II Duca.