a person in a dress
Cesar segarra
Chaqueta, sujetador, combinación, falda, calcetines y sandalias, todo de Prada, y collar ‘Clash’ en oro rosa, reloj ‘Baignoire’ y pulsera ‘Love’, ambos en oro amarillo, y anillos ‘Clash’ en oro rosa y en oro rosa con diamantes, todo de Cartier.

«Estoy en un momento, ¿cómo decirlo? Místico», dice Blanca Miró (Barcelona, 1992). «Posar embarazada ha sido especial. Diría que incluso he sentido un vínculo profundo con el bebé que llevo dentro y aún no conozco. Es un estado único y me siento afortunada de haber podido capturarlo», cuenta mientras le da vueltas en el dedo a un Trinity de Cartier. Imposible pasar por alto la conexión: se cuenta que el emblemático diseño de la maison fue un encargo de Jean Cocteau, que, habiendo soñado con Saturno y sus tres anillas entrelazadas como símbolos de amistad, fidelidad y amor, encontró fascinante la idea de materializar una fuerza tan grande y universal en algo tan pequeño y personal. «Una joya puede decir mucho», coincide Miró. Tampoco a ella –que nunca ha dejado de poner sobre la mesa el poder de expresión de un vestido, un bolso, un anillo– se le escapa el simbolismo.

a person lying on the ground
Cesar segarra
Top de Cortana y collar ‘Juste un Clou’ en oro amarillo, anillo ‘Trinity’ en oro rosa, blanco y amarillo (en la mano izquierda), brazalete ‘Juste un Clou’ y pulsera ‘Love’, ambos en oro amarillo, y anillos ‘Clash’ en oro rosa y en oro rosa con diamantes, todo de Cartier.

Está viviendo la que seguramente sea una de las experiencias más trascendentes que una mujer puede vivir, y tiene claro que quiere disfrutar cada instante. «Soy primeriza, todo es nuevo para mí. Pero tengo la suerte de contar con una pareja con la que me entiendo muy bien, y eso lo hace todo más fácil», reconoce Miró, que el 9 de julio de 2022 se casó con Javi Fondevila en una ermita de Menorca. Ese día cumplió dos sueños: darle el sí al hombre al que ama, y hacerlo con una capa con capucha. «Siempre le decía a mi madre que si me casaba, sería vestida así». Fue uno de los tres diseños que llevó en su boda, convertida, no podía ser de otra manera, en una sucesión de declaraciones sartoriales que internet escudriñó hasta la última puntada. Está acostumbrada. «Mi estilo lo amas o lo odias. Siempre me ha dado cierto morbo el hecho de no gustarle a todo el mundo».

blanca miro cartier
Cesar segarra

Sus 679.000 seguidores en Instagram hablan más de filia que de fobia. Y en la industria de la moda, al menos, tiene de largo más fans que detractores. Sus looks son un imán para los fotógrafos de street style, la primera fila de los desfiles es ya su hábitat natural y las marcas cogen turno para ver cómo interpreta sus piezas en estilismos que nunca pasan desapercibidos. A 10.000 me gusta la foto de media, las firmas tienen claro el tirón de la catalana. «El estilo tiene mucho que ver con la individualidad, con ser fiel a uno mismo», defiende. Es el quid de su éxito en un sector que ha hecho de la expresión personal una prerrogativa. ¿Mezclar un trench de cuadros con una falda de crochet, zapatos masculinos de color turquesa, un bolso rosa chicle... y amasar likes con la imagen? Sólo ella podría sacar adelante esa ecuación.

blanca miro cartier
Cesar segarra
‘Blazer’, camisa y minifalda, todo de Miu Miu, y anillo ‘Trinity’ y sortijas ‘Juste un Clou’ en oro amarillo y en oro amarillo con diamantes (en la mano izquierda), anillo ‘Trinity’ en oro blanco, rosa y amarillo (en la derecha), reloj ‘Tank Louis Cartier’ en oro amarillo con esfera y correa de color vino y pulsera ‘Love’ en oro amarillo, todo de Cartier.

Lejos de suponer un escollo, esa rebeldía ha sido su mejor baza: se ha convertido en un faro para saber qué y cómo llevar antes de que encauce el mainstream, a tenor de un radar innato para dar con ese diseño especial cuando aún no se ha hecho ubicuo. Al caso: los bolsos de la española Mietis, que amparó antes de que hasta Kelly Rutherford (aka Lily van der Woodsen) se los colgara del brazo, o las merceditas de Carel, que ahora vemos por doquier. «Nunca he querido seguir las modas, sino crear la mía propia». Aunque, reconoce, tampoco es inmune al gancho de las tendencias. «¿Las bailarinas de malla, al estilo de las de The Row? Las deseo. Es imposible no sentirse influido por lo que te rodea. Pero cuando veo algo por todas partes, termina por generarme cierto rechazo», afirma, poniendo sobre la mesa el arma de doble filo que es la (sobre)exposición.

«Sé que sin Instagram no hubiese llegado a ser conocida. Las redes son clave para comunicar mis trabajos, pero nunca he mostrado demasiado mi vida personal. No he querido perder mi intimidad. Para mí las -relaciones personales son algo sagrado; fundamentales para mi bienestar emocional, social y personal. Ahora que estoy embarazada, la gente me pregunta si enseñaré a mi hija. La verdad, no lo sé. Es algo que iré viendo sobre la marcha. Pero es verdad que el embarazo te vuelve un poco más egoísta, y tal vez prefiera mostrar menos de mí y centrar la atención en mis proyectos».

Empezando por Delarge –la enseña de gafas que le ha hecho los ojos chiribitas a Leandra Medine y Ami y Aya Suzuki, el dúo de pelo rosa más buscado del street style– y siguiendo por La Veste –la firma que fundó en 2018 con su amiga María de la Orden y que, con el vichy y los cuellos Peter Pan como seña mucho antes de que coquette fuera la palabra del día–, triunfa desde Tokyo a Nueva York. «Crear una marca con una amiga puede parecer una mala idea. Pero decidimos lanzarnos, y está funcionando muy bien». Empezaron con diez modelos de americana y ahora tienen un guardarropa completo y una línea de casa que sigue el mismo mantra. «Igual que juego con la moda, lo hago con la mesa». Prueba en @blanca_a_table, la cuenta donde hace alarde de sus aptitudes para la decoración. Es genético: hija de la interiorista Rosario Scrimieri y el diseñador de coches antiguos Carlos Miró, ha «mamado esa sensibilidad estética desde pequeña». Y la ha convertido en una forma de vida.

blanca miro cartier
Cesar segarra

Para ella tener un vínculo real con su alrededor es crucial. Y esa premisa se extiende al vestidor. «Adoro las piezas que van cobrando una historia». Como lo hace el Trinity de Cartier que ha grabado con su nombre, el de su marido y las palabras papá y mamá; el reloj Santos de la firma que le regalaron hace tiempo por un cumpleaños; o los tesoros vintage de su madre –y compañera de armario– que también a ella le gustaría compartir algún día con su hija. «Son piezas especiales, a veces únicas». Y ese es siempre un valor seguro.

blanca miro cartier
Cesar segarra
Vestido de Stella McCartney, sandalias de Jimmy Choo y pulsera ‘Love’ en oro amarillo de Cartier.

*Maquillaje y peluquería: Mónica Marmo (Kasteel Artist Managent).