Aquello de «dime qué hay en tu playlist y te diré cómo eres» es complicado de resumir en el caso de la actriz Clara Galle (Pamplona, 2002). En la suya están Fito, The Cranberries, Extremoduro, The 1975, Amy Winehouse o Imagine Dragons, entre otros. A Clara no le gustan las etiquetas, de hecho, de tenerlas, se las quita a codazos (sin perder su cándida sonrisa) con la intención de preservar su espacio, ese que la define sin importarle encajar en un molde. Reconoce que pasó por la adolescencia de puntillas, sin sentirse identificada con lo que la rodeaba, algo que quizás le ha permitido ganar terreno y enfocarse rápidamente hacia su objetivo de ser actriz. «El cuerpo me pide dedicarme a esto, pero todo comenzó como un juego, participando en un anuncio para Tous hace unos años. Lo hice sin presión ni expectativas. Mi intención ahora es que esa sensación de no jugarme nada se repita en cada trabajo, conectando con esa parte de disfrute», comenta.
A punto de meterse en el papel de una científica en un planeta sin luz en Penumbra, de Pablo Maqueda, y terminado el rodaje de la temporada final de The Head, su primer proyecto internacional, espera con ganas el estreno en mayo de la nueva producción de Netflix Ni una más, un drama social que retrata los problemas de la adolescencia actual. Una serie que sobre todo habla de sororidad y de la necesaria red de amor entre amigas, pero también de violencia machista y abusos de poder desde una mirada femenina. Cualquier madre desearía para su hija una amiga como Greta, el personaje que interpreta Clara, una joven que no duda en experimentar y que, lejos de ser perfecta, tiene arraigados valores. «Experimentar para un adolescente es rechazar todo lo que se le ha dicho que tiene que ser y empezar a conocerse a sí mismo. Ni una más habla de esto también», nos cuenta.
En el mundo de esta joven embajadora de Tous, hay muchas pasiones a las que no está dispuesta a renunciar. Pinta, escribe, estudia Historia del Arte («poco a poco, a distancia y al ritmo que me permite el trabajo») y hace fotos (su abuelo era fotógrafo y de él heredó la inquietud y el apellido artístico), pero esa parcela la reserva para su intimidad: «Lo que fotografío o dibujo es para mí, no lo hago con un fin. La creatividad, tal como yo la vivo, no entiende de estrés, no es algo que pueda hacer en media hora libre que tengo entre unas cosas y otras. Yo no funciono así y creo que la creatividad pura tampoco. Por eso necesito tiempo sola y una vida alejada de este mundo tan expuesto». Como si una parte de ella alimentara a la otra, Clara aprovecha el tirón y encadena proyectos sin parar. Pero sabe que esto puede cambiar en cualquier momento, de ahí que haga gala de una calma y una madurez inusitadas para su edad. «Necesito mis pilares para mantener los pies en el suelo. Mi familia, mis amigos, mucha disciplina, la mente ordenada y unas cuantas pasiones en las que poder centrarme si el trabajo dejara de ser como espero». A juzgar por cómo se expresa, nos preguntamos si tiene 22 o diez años más... Y ahí reside su triunfo, en sentirse plena al margen de todo lo que está logrando como actriz. «Si ahora me quitaran todo esto, seguiría siendo feliz. Ese es el éxito, trabajarme una vida preciosa, llena de cosas que me gusta hacer y rodeada de gente excelente. Si algo se acaba, tengo todo lo demás», dice convencida de un futuro prometedor, sea donde sea, «pero contando historias, en el cine o como guía en un museo», y a pesar de que el síndrome de la impostora entre en juego
de vez en cuando y le diga que lo que ha conseguido ha sido gracias a su simpatía y no a su talento.
A través de las redes sociales reconoce recibir sólo cariño, sin embargo está deseando poner en funcionamiento su nuevo teléfono, sin WhatsApp ni redes, con el que sólo podrá hablar... «Me encantan las RRSS, porque me gusta expresarme y ver lo que hacen los otros, pero mi cerebro no puede más. Hay algo de automático en el acto de coger el móvil que no quiero».
Aquello que le hacía no encajar hace unos años, ahora le permite brillar y ser más libre, con una disciplina y un sentido común no tan habituales.
* Maquillaje y peluquería: Rebeca Trillo Figueroa (Another Artist) para Autentic Beauty Concept.
