Rostros como Beyoncé, Madonna o Salma Hayek, entre otros muchos, se han unido a la campaña solidaria de Gucci CHIME FOR CHANGE. El objetivo de esta campaña es dar apoyo en materia de educación, salud y justicia a las mujeres y niñas de todo el mundo para que afronten con mayores garantías el reto que supone para ellas su día a día. Un proyecto que va creciendo de forma imparable.
Muchas recordareis el concierto celebrado en 2013 para recaudar fondos en el Estadio de Twickenham (Reino Unido) en el que participaron, entre otros, Jennifer López, John Legend o grupos como Haim.
En la actualidad la campaña de CHIME FOR CHANGE está volcada en su nuevo proyecto Women Bylines (Firmas femeninas). Se podría pensar que se trata de un objetivo menor, pero, en realidad, es algo tan importante como un concierto para recaudar fondos. El objetivo de esta nueva aventura es dar voz a través del mundo de la narrativa femenina a aquellas mujeres que han sido marginadas o silenciadas en algún momento de sus vidas.
¿En qué consiste el proyecto Women Bylines?
El proyecto Women Bylines consiste en una serie de talleres repartidos por todo el mundo, en los que reconocidas periodistas y escritoras animan y orientan a las participantes a narrar las historias de otras mujeres que no tienen ni voz ni presencia a nivel mundial.
Salma Hayek, en concreto, ha hecho un llamamiento para que se "escuchen las voces de estas mujeres a las que nunca se les ha prestado atención con anterioridad".
El primero tuvo lugar en Erbil, Irak, en 2015, donde la responsable del proyecto, Mariane Pearl, dirigió un taller de periodismo y narrativa para refugiadas yazidíes y cristianas que habían logrado escapar de ISIS. Es de sobra conocido el negocio de la esclavitud sexual llevado a cabo por Daesh/ISIS, por lo que es muy importante dar la oportunidad a estas mujeres para que hablen sobre sus experiencias mientras estaban en manos de los terroristas.
Women Bylines en París 2017
Hace poco se celebró uno de estos eventos en París y la revista ELLE fue invitada para conocer el proyecto más de cerca.
El evento tuvo lugar en la sede de la Fundación Kering en París, un hospital rehabilitado (con un invernadero en su interior) en la orilla izquierda del Sena. Allí se reunieron 12 escritoras francesas, con muchas ganas de contar a través de la palabra escrita, la fotografía y el cine historias protagonizadas por refugiadas, supervivientes de agresiones sexuales y mujeres discriminadas por su edad.
Pearl fue la encargada del proceso de selección y de orientarlas sobre cómo contar su historia, de manera que comprendieran la fuerza que puede llegar a tener la narración de una historia personal. Durante una semana, entre el 17 y el 21 del pasado julio, este grupo de mujeres, algunas recién llegadas al mundo de la narrativa y otras con décadas de experiencia, compartieron con el resto de mujeres sus sentimientos más íntimos.
Los talleres
En el transcurso de una semana Women Bylines programó una serie de talleres que habrían sido la envidia de cualquier curso de posgrado de periodismo.
Después de una visión general sobre la mejor manera de preparar una entrevista, la directora de cine documental,Stephanie Lamorre, dio una conferencia sobre cómo se ganó la confianza de las protagonistas de uno de sus documentales.
Lamorre pasó un año acompañando a las pandillas de mujeres de Los Ángeles para su documental L.A: Gangs de femmes. Lamorre explicó cómo se identificaba en muchos aspectos con aquellas mujeres y cómo le transmitieron "su deseo de que se conociera su situación dentro de un mundo desprovisto de sentimientos y la lucha cotidiana que suponía vivir así".
En otro de los talleres impartidos por la propia Pearl, se instruía a las mujeres para evitar caer en la típica dualidad víctima/heroína que abunda entre los relatos relacionados con los refugiados y las víctimas de abusos. La sesión profundizó en las vivencias de aquellas mujeres pandilleras, cuyas contradicciones y complejidades son lo que precisamente las hace más convincentes, reforzando la idea de que un sujeto puede seguir siendo un personaje muy empático, aunque no siempre vaya por el camino "correcto".
Una historia personal
Mariane Pearl también tiene su propia historia personal.
El marido de Pearl, el periodista estadounidense Daniel Pearl, fue decapitado por los talibanes en 2002. Mariane dio a luz a su hijo pocos meses después de su muerte.
Su particular lucha contra el extremismo comenzó de forma paralela a la que libraba el resto del mundo. Apenas meses antes de la muerte de su esposo, el World Trade Center había sido objetivo del ataque terrorista más devastador de la historia moderna y allí murieron casi 3.000 personas, privando a miles de familias de alguno de sus miembros.
Mientras hablábamos con Pearl, recordó la pregunta que empezó a obsesionarla a medida que veía que el número de muertos no hacía sino aumentar. Esa pregunta era: ¿Hay alguna esperanza?
Estaba dispuesta a creer que la esperanza no había muerto con todos aquellos miles de personas de Nueva York, así que comenzó a buscarla y descubrió que esa esperanza estaba en lo que las mujeres podían contar.
Pearl cree que hay algo de verdad absoluta en la forma en que las mujeres cuentan sus historias. A lo largo de sus 12 años de carrera cubriendo, sobre todo, asuntos relacionados con mujeres, ha descubierto que la respuesta de una mujer ante el sufrimiento, consiste en una compasión abrumadora.
"He visto a muchas mujeres que pasaban por todo tipo de situaciones difíciles", nos dijo, "y siempre están dispuestas a hacer algo para ayudar a los demás".
Los conciertos y el apoyo de las celebrities son una manera muy eficiente de promocionar la campaña de Gucci, pero son las mujeres como Mariane Pearl y los proyectos como Women Bylines los que probablemente conseguirán cambiar la situación de aquellas mujeres que viven en el anonimato.
Pearl insiste en que, si bien las invitadas tenían pocas cosas en común, lo que las unía a todas era su compromiso por ayudar a otras mujeres.
En opinión de Mariane, no hay ninguna diferencia entre estas mujeres francesas y las mujeres Yazidi con las que hizo un taller similar hace dos años, ya que en estos tiempos en lo que abundan los conflictos, es más importante que nunca que las mujeres se unan en una campaña de acción global.
